domingo, 31 de julio de 2011

La lista de Iván

Periodistas y organizaciones de la prensa le han pedido al Gobierno que de una vez tome el toro por las astas y elabore una lista de los temas, casos y asuntos espinosos que el régimen no quiere que aparezcan en los medios de comunicación. Lo hicieron después que el ministro de Comunicaciones, Iván Canelas, amenazó con adoptar medidas legales contra los órganos de prensa que publiquen informaciones sin reconfirmar y que dañan la imagen del país. "Mejor que hable claro y haga una lista sobre los temas que los periodistas no quieren que hablemos", dijo el periodista Humberto Vacaflor, quien ha sido víctima de censura de un diario que responde a la línea ideológica gubernamental. El columnista sospecha que en la lista negra del Gobierno están lógicamente, el narcotráfico, la falta de políticas económicas y las persecuciones a los opositores. Recientemente, por ejemplo, fue removido de su cargo un jefe policial de Santa Cruz que ha estado haciendo buena letra contra el crimen organizado. Él mismo, en declaraciones a la prensa, dijo que tal vez a alguien no le gustó su empeño y que su cambio posiblemente se debe a la captura de un peligroso capo brasileño del narcotráfico. La pregunta sería: ¿esta noticia debe figurar en la lista de Iván?

El Presidente tiene miedo

El presidente Morales ha confesado que siente miedo del Gobierno norteamericano. Ha dicho que lo quieren incriminar con el narcotráfico, aplicándole restos de cocaína en su avión. Ese temor, sin embargo, ha desencadenado una verdadera cacería de narcotraficantes en Bolivia, lo que confirma que el sentimiento presidencial va mucho más allá de un truco mediático que la oposición ha calificado como “curarse en salud”. El reciente llamado del primer mandatario a eliminar los cultivos ilegales de coca para evitar que se desvíe hacia la producción de cocaína, no hace más que confirmar que la trampa en la que está metido no ha sido fabricada en Estados Unidos, sino que salió del país, aunque obviamente, ahora está en poder de los estadounidenses.

Evo Morales también ha dicho por primera vez que le tiene miedo a las elecciones judiciales. Ante la seguidilla de pronunciamientos por el voto nulo de diferentes sectores políticos y sociales ha tenido la visión de que lo del 16 de octubre puede acabar en un descalabro para el oficialismo, lo que terminaría por destruir la legitimidad del régimen del MAS y por supuesto, truncar las aspiraciones de una segunda reelección. Las elecciones judiciales “han sido un mal cálculo”, dijo recientemente, frase calcada de la que se usó cuando el Gobierno tuvo que retirar el decreto del “Gasolinazo” que inició la era del terror para el proceso de cambio.

El miedo a la economía, mejor dicho, al desastre que ha creado el MAS con la economía boliviana, lo ha obligado a hablar nuevamente de la nivelación en el precio de los combustibles. “El país se desangra por los subsidios”, ha repetido varias veces el presidente, sabiendo no obstante, que de lanzar ahora un nuevo gasolinazo, lo del 16 de octubre no sería un descalabro, sino una calamidad. Pero el miedo es más fuerte que cualquier sentimiento o realidad y lo peor de todo es que los problemas se le han juntado. Las presiones internacionales (acaba de sumarse Inglaterra) para que Bolivia afronte de una vez por todas una lucha real contra el narcotráfico, lo ha llevado a hablar de un nuevo subsidio, esta vez para comprar toda la coca excedentaria y evitar así la súper producción de cocaína.

El presidente Morales no hace más que hablar de Hugo Chávez. De lejos, es el más afectado por la mala salud que atraviesa el líder venezolano y nadie duda por supuesto, de que se trate de un genuino sentimiento que nace del corazón del mandatario boliviano, aunque a juzgar por algunos hechos recientes, parece también que tales expresiones de dolor, se originan en el miedo de que un desenlace fatal, se traduzca en una mortal estocada al proyecto regional “antimperialista” que Hugo Chávez ha estado alimentando copiosamente a través de sus petrodólares en varios países, entre ellos Bolivia, donde ya se anunció la suspensión temporal del programa “Bolivia cambia, Evo cumple”, financiado íntegramente con dinero acarreado desde Caracas.

El miedo es siempre un mal consejero y los que surgen como víctimas del temor tienden a llevarse la peor parte. El temeroso régimen acaba de poner en marcha una campaña de amedrentamiento destinada a aplacar los ánimos de los que pueden hallar en este momento la oportunidad para levantar cabeza. La oposición regional enfrenta una nueva ola de persecución política a través de maniobras golpistas y la reactivación del “caso terrorismo”, con la ampliación de imputados. La libertad de prensa vuelve a ser acorralada, con detenciones, el secuestro de la edición de un diario en Pando y la citación judicial a uno de los íconos de la prensa en Bolivia.

sábado, 30 de julio de 2011

Sarna con gusto…

 Evo Morales se ha estado quejando durante cuatro meses que los chilenos lo engañaron con diálogo, los trece puntos y la construcción de confianzas mutuas. El jefazo pateó el tablero el 23 de marzo pasado, amenazó con recurrir a la justicia internacional y ha estado desparramando hostilidad a diestra y siniestra en todo este tiempo. Las cosas no le salieron como lo planeó el Gobierno. El nuevo discurso antichileno no pegó en la población y en el plano internacional, terminaron en papelón las paradas de “gallo tuerto” que intentó hacer el régimen de Evo Morales. Lo de la OEA en San Salvador fue un verdadero desastre y a partir de ahí, los diplomáticos criollos no tuvieron más remedio que callar en siete idiomas. Todo ha comenzado a girar nuevamente desde que el presidente Morales anunció el reinicio del diálogo con Chile. Dijo públicamente que llamaría a su colega Sebastián Piñera para pedirle audiencia, cosa que sucedió en Lima este jueves. El propio mandatario chileno ha dicho que en la reunión nadie habló del mar, ni él ni Evo y tampoco se ha dejado en claro el restablecimiento del diálogo. No hubo conferencia de prensa ni declaración conjunta y el encuentro terminó en un simple apretón de manos. El presidente Morales no se ha quejado de este trato displicente.

viernes, 29 de julio de 2011

Sospechas y confirmaciones

 Cada vez que el presidente Morales repite el cuento de que los gringos le van a "plantar" droga  en su avión para incriminarlo con el narcotráfico, aumentan las sospechas en el mundo sobre lo que él mismo está obligando a todos a pensar. Pero aquello figura en el plano de las suposiciones, porque su acusación contra Estados Unidos encierra una inequívoca confirmación. Cuando afirma que el Gobierno norteamericano es capaz de cometer un delito para comprometerlo con la justicia, es porque supone o sabe que en Bolivia eso sí se puede hacer. Evo Morales no sabe que en "Gringolandia" tal cosa es imposible, a no ser que haya locura de por medio. El presidente tiene que saber que el sistema judicial estadounidense está muy por encima del Poder Ejecutivo y que si alguna vez lo llega a pillar en algún desliz, como lo hizo con Nixon o como posteriormente ocurrió con Clinton, lo destruye inmediatamente y además con mucho agrado. Es el Poder Judicial el encargado de salvaguardar el sagrado derecho del pueblo de estar por encima de sus gobernantes y el deber de estos de respetar las leyes para beneficio de todos. Justamente por eso es que en Bolivia por primera vez se produce un mamarracho como el de la elección de jueces y magistrados.

Uso y abuso del 'desacato'

 
Una exconcejal del municipio de Montero fue trasladada a La Paz con fuerte custodia policial. La arrestaron como si se tratara de una peligrosa delincuente. En la sede de Gobierno la pusieron frente a un juez cautelar que le aplicó medidas sustitutivas a la detención. El delito: "desacato", una figura que prácticamente ha sido proscrita de la legislación internacional porque pertenece a los tiempos medievales, pero que en Bolivia el Gobierno del MAS está usando con denodado esmero.

El acusador de la exautoridad montereña no es más que un diputado oficialista que tiene el suficiente peso partidario para movilizar policía, justicia y tribunales a su favor y darse el lujo de ordenar la detención de una persona que ha estado investigando hechos de corrupción que presuntamente vinculan al dirigente masista.

Lo que hace ese diputado no es más que seguir la corriente de los principales gobernantes de este país que han estado usando la figura del "desacato"  para amedrentar a todo aquel que tenga la osadía de expresar dudas o alguna sospecha sobre la forma de conducir el país. Numerosos líderes opositores enfrentan procesos jurídicos y podrían  ir a la cárcel, por un supuesto delito del que se sirven aquellos que creen que el Estado y sus agentes están por encima de la ciudadanía y que, por lo tanto, merecen el trato de semidioses, a los que no se les puede exigir cuentas y menos poner en tela de juicio. Es más o menos lo que ocurría durante el período del absolutismo con los monarcas que convencieron a todos que eran la encarnación de Dios.

El Estado moderno fue creado para servir a la gente y no para que un grupo se sirva de él y lo utilice para atemorizar al resto. El régimen del MAS ha sido muy hábil para sembrar la confusión entre Gobierno y Estado, con el fin de sacralizar a un pequeño grupo de personas que están llevando al país hacia la autocracia.

Hace mucho que la Corte Interamericana de Derechos Humanos recomendó a los países miembros de la OEA eliminar de sus legislaciones la figura del "desacato", no solo por considerarla anacrónica y violatoria de los derechos fundamentales, sino porque trastoca por completo el deber ser del Estado y de la democracia. El Estado se debe al pueblo y éste tiene todo el derecho a exigirle explicaciones, a manifestar sus sospechas y, en todo caso, los gobernantes, agentes pasajeros de la administración estatal, tienen la obligación de rendir cuentas y no proceder como lo hacen los regímenes autoritarios, sofocando ya sea por la fuerza o por medio de la coacción jurídica -que viene a ser lo mismo-, cualquier manifestación del ciudadano que contradiga a las autoridades.

En Bolivia, el desacato está siendo usado como una coraza frente al pueblo para impedir la transparencia en el manejo de los asuntos públicos. Mientras que los gobernantes tienen todo el derecho de vilipendiar, dictar juicios y aplicar sentencias públicas sobre determinados líderes opositores, pretenden que el pueblo guarde un disciplinado silencio cuando se trata de su investidura.  Esta conducta, además de generar cada vez más malestar, fomenta la corrupción y envilece a la democracia.

jueves, 28 de julio de 2011

Objetivos

Siempre hemos escuchado que hay que tener objetivos en la vida, pero
he descubierto que esta premisa puede tener sus trampas. Conozco mucha
gente que se propuso obtener un título universitario a cualquier
costo, pero después no supo qué hacer con el cartón y se dedicó a
vender “movilidades” o a ofrecer productos para adelgazar. Los padres
presionan a sus hijos para que estudien y sean “alguien en la vida”,
pero descuidan aspectos como los valores, la sensibilidad individual y
los anhelos personales. El resultado es frustración y pérdida de
tiempo.

Santa Cruz es una región entrampada en sus propios objetivos. Hace
unos 50 años, las élites cruceñas se propusieron la meta de convertir
al departamento en una potencia económica. Cuando se produjo la
explosión de la educación universitaria, las casas de estudios se
llenaron de ofertas para estudiar finanzas, economía, administración
de empresas, ingeniería comercial, informática, marketing, ingeniería,
arquitectura, etc, todo para apuntalar el vertiginoso desarrollo
local.

A nadie se le ocurrió que en la región había la necesidad de formar
también filósofos, historiadores, escritores, artistas, en definitiva,
gente que se dedicara a pensar, a hacer circular ideas y a visualizar
el futuro de Santa Cruz y del país, no sólo en función de números,
cemento y producción. Las élites creyeron que todo eso era caldo de
cultivo para el florecimiento del “zurdaje” y sofocaron cualquier
iniciativa dirigida hacia otros objetivos que no sean los marcados por
el potencial económico regional. Cuando surgió la necesidad de hacer
política y plantearse objetivos de liderazgo, los empresarios y los
administradores tuvieron que asumir ese rol y así nos fue. Por culpa
de esa mala puntería en el planteamiento de las metas, el departamento
no tiene quién lo defienda y lo que es peor, están en peligro todos
los logros conseguidos con tanto esfuerzo.

Mal de muchos…

 El Vicepresidente comienza a aclarar las cosas en materia de narcotráfico y lógicamente, se inclina por justificar la modorra con la que encara el Gobierno este problema. García Linera dice que el tema de las drogas no es exclusivo de Bolivia y que las soluciones exigen “equilibrios necesarios” y sobre todo, esfuerzos de los países más grandes del mundo. Precisamente, las grandes potencias de Europa y Norteamérica, son las que más le insisten al Gobierno boliviano sobre la necesidad de darle duro a los narcos, pero la respuesta interna es sacar a patadas a la DEA, mandar a callar a la ONU y hacerle la guerra a los programas de sustitución de los cultivos de coca. A no ser que el vicepresidente se refiera a los “equilibrios necesarios” como una actitud tolerante por las famosas “razones sociales” que también sirvieron de justificativo al ingreso de 130 mil autos chutos, muchos de ellos robados en los países vecinos. A este paso, no será extraño que en el futuro el narcotráfico sea reconocido como una estrategia de lucha contra la pobreza. Excusas no van a faltar. La Ministra de Justicia acaba de afirmar que la lucha contra el narcotráfico no es atribución del Estado porque no figura en la Constitución Política del Estado. Ya ve.

¿Prosperará el voto nulo?

Al Gobierno del MAS se le acabaron los argumentos para tratar de aplastar jurídicamente un derecho fundamental que ampara a los que promueven el voto nulo para las elecciones judiciales del 16 de octubre, las que podrían convertirse en uno más de numerosos plebiscitos a los que se ha sometido el oficialismo desde el 2006 y que le han permitido avanzar bruscamente en la conquista del poder total en el país.

El avance del MAS tuvo un fuerte tropezón electoral el 4 de abril del año pasado, cuando fracasó al dar el último paso que le faltaba para enseñorear su poder en todo el territorio nacional. Todavía estamos viviendo los remezones de ese golpe que sufrió el oficialismo, que puso en marcha una gigantesca estrategia jurídica y política para derrocar a los líderes que le ganaron la pulseada al MAS en lugares claves como las ciudades de Oruro, La Paz, Sucre y Potosí y en los departamentos de Tarija, Beni y Santa Cruz, además de una gran cantidad de municipios donde el aparato masista  ya aplicó su torniquete golpista.

La imagen del MAS ya estaba seriamente deteriorada aquella vez, como consecuencia del autoritarismo, el abuso y los ataques al estado de derecho. Esa situación ha empeorado en los últimos meses, por la vía de los golpes, el narcotráfico, el gasolinazo, la inflación, la pésima gestión económica y la corrupción, pero aun así, Evo Morales puede conseguir el 16 de octubre, el oxígeno político necesario que le permitirá lógicamente, recuperar parte de la legitimidad que su régimen ha tirado por la borda y sobre todo, conseguir el respaldo popular indispensable para seguir arremetiendo con sus políticas ilegales y antidemocráticas.

El Gobierno había diseñado el plan perfecto para lograr una aplastante victoria el 16 de octubre: censura a la libertad de expresión, elección amañada de candidatos, prohibición de hacer campaña, de tal forma de consolidar una suerte de “voto ciego” y sin opciones reales para la ciudadanía. No es casual que, ante el fracaso –decíamos-, de las amenazas contra los que promueven el voto nulo, el régimen haya desencadenado una nueva ola de persecución con traslados ilegales de presos políticos, planes de derrocamiento del gobernador del Beni y la rearticulación del caso terrorismo con nuevos implicados, entre los que se encuentra la máxima autoridad del departamento de Santa Cruz, Rubén Costas, cuya posición respecto del voto nulo, sería gravitante para concentrar voluntades.

El ex alcalde de La Paz y líder del Movimiento Sin Miedo ya lanzó su propia campaña por el “no” y por su parte, el jefe de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina también está buscando el apoyo de líderes regionales en función de la misma causa. La gran pregunta es si esta vez la oposición conseguirá articularse en una sola voz y, como han arengado, serán capaces de llegar hasta el final, enfrentando las duras amenazas que les han lanzado desde el oficialismo. Existen sectores como el Conamaq, algunos sindicatos y movimientos sociales, tradicionalmente aliados del Gobierno que han manifestado su decisión de pifiar el voto y obviamente, queda por ver si al régimen gobernante le dará resultado su estrategia de amedrentamiento contra los líderes regionales, de los cuales la población espera una respuesta.

No hay duda que el proceso de elección de jueces ya se ha viciado, no solo porque empezó mal, sino porque el Gobierno también está impulsando el voto consigna. Será la última oportunidad de la oposición de impedir que el MAS de el paso final hacia la imposición de la autocracia en el país.

El caballo del corregidor


El oficialismo ha sido el responsable de enturbiar la elección de los
jueces y magistrados del Órgano Judicial, a través de la selección
amañada de los candidatos y por medio de maniobras que le permitieron
ejecutar un descarado “planchazo” en la Asamblea Legislativa
Plurinacional. La manipulación le ha permitido conseguir más de un 60
por ciento de presencia de militantes del MAS en las listas de
postulantes, pero aun así, el Gobierno insiste que se trata de un
proceso limpio y transparente. Pese a que las campañas a favor o en
contra supuestamente están prohibidas, los sindicatos y organizaciones
sociales afines al oficialismo han estado propalando que el 16 de
octubre se va a poner en marcha el “voto consigna” a favor, por
supuesto, del “caballo del corregidor”, propuesta que ha sido alentada
desde el Palacio Quemado. El propio presidente Morales se ha puesto la
camiseta de “sus jueces” y actúa como el jefe de campaña. Con estos
antecedentes, el Gobierno cínicamente trata de censurar las otras
campañas, las que ya se han expresado por el “voto nulo” y que
obviamente, son cada vez más legítimas. Recientes encuestas indican
que el 60 por ciento de la población se inclina por pifiar el voto.

Entrampados en la droga

Evo Morales quiere hacerle creer al mundo que el único que está
entrampado en las drogas en Bolivia es él y que todo es producto de
un complot armado por Estados Unidos. Todos los días se producen
asesinatos, ajustes de cuentas, secuestros, la coca invade y destruye
miles de hectáreas de parques y reservas naturales, el narcotráfico
toma comunidades enteras y corrompe a los campesinos, la economía
boliviana está narcotizada y cada vez hay más gente que se vuelca a la
producción de droga como única opción laboral y resulta que el
presidente pretende mostrarse como la única víctima de una situación
que precisamente su régimen ha estado tolerando de manera descarada.

Desde que detuvieron en Panamá y llevaron a Miami al ex jefe
antidrogas de Bolivia, René Sanabria, el presidente Morales detuvo su
vertiginosa gira internacional que no había interrumpido desde el
2006. Todas las sospechas que se habían tejido alrededor de esa
inusitada actitud acaban de confirmarse después de que el jefe de
Estado confirmara que siente temor de viajar a Estados Unidos, porque
sospecha que lo quieren incriminar “plantándole” droga en su avión.
Esta acusación, además de infantil y peregrina, impropia de un líder
de su talla, es simplemente un ardid que trata de esconder la
verdadera trampa en la que ha metido el MAS a Bolivia con su política
cocalera.

Con su denuncia hacia Estados Unidos, que viene justamente después del
anuncio del vicepresidente García Linera de que la DEA no volverá
nunca más a pisar el territorio boliviano, el Gobierno parece estar
dándole el portazo final a las relaciones con Washington, que parecían
destinadas a normalizarse después de que –a regañadientes-, las
autoridades nacionales comenzaron a ponerse las pilas en la lucha
contra el narcotráfico. Del otro lado, el Congreso norteamericano
también ha resuelto golpear la mesa con el anuncio de recortar los
últimos 30 millones de dólares de cooperación que se destinan
precisamente a programas de erradicación de cocales y desarrollo de
cultivos alternativos.

Pero con Estados Unidos o sin él y ya sea con viajes, con avión o con
Evo Morales anclado en el mapa boliviano, Bolivia seguirá entrampada,
y peligrosamente dirigida a convertirse en un narco-estado, donde van
a proliferar situaciones como las del norte de México o la Colombia de
los años 80. Los países vecinos ya están protegiéndose de las
consecuencias que ese escenario podría acarrear y sencillamente han
optado por cercar al país con radares, aviones no tripulados, sistemas
de rayos x que revisan todo lo que sale del territorio boliviano, que
obviamente ha recuperado los tristes estigmas que nos dejó la
narco-dictadura de Luis García Meza.

En lugar de hacer absurdas acusaciones, el presidente debería declarar
y reconocer abiertamente que su política de permisividad hacia la coca
ha fallado rotundamente y que para recomponer las cosas necesita de la
urgente cooperación internacional, no importa de dónde venga. El
mandatario necesita asumir de una vez, que ya no es el jefe de un
sindicato que defiende una causa particular y mezquina que amenaza con
llevar al país a la destrucción total. El narcotráfico se le ha salido
de las manos al Gobierno. Lo ha entrampado, lo tiene a su merced y muy
pronto la conducción gubernamental, las instituciones y las leyes
estarán en sus manos.

martes, 26 de julio de 2011

Evo versus la Iglesia

 Por fin, el presidente Morales ha revelado la razón de sus constantes ataques a la iglesia Católica. El otro día dijo que las obras que ha impulsado a través del programa “Bolivia cambia, Evo cumple”, son más grandes que los templos construidos por los sacerdotes católicos. La ausencia del Estado en el territorio nacional, llevó a los curas a cumplir el rol que jamás pudieron estructurar los gobernantes. La Iglesia educa, atiende a los enfermos, hace de registro civil, se ocupa de las familias, enseña a producir y a trabajar, se hace cargo de los más desvalidos, de los abandonados y de los rechazados por el propio Estado. Obviamente eso genera celos en un caudillo cuya meta es convertirse en la respuesta para todo en Bolivia y que pretende (pretendía más bien), consolidar un Estado integral que no deje lugar a ningún “intruso”. El problema es que justo cuando el jefazo decide medirse con los curas, anuncia que la platita se le está acabando porque desde Venezuela le han dicho que ya no hay qué darle. El trabajo de la Iglesia católica, en cambio, no se ha interrumpido en más de dos mil años y en todo este tiempo los curas han visto cientos y tal vez miles de “evos” u “hugos” tratando de hacerles la competencia. Es más, ellos no hecho más que pedirles ayuda y que alguna vez cumplan la promesa de tomarles la posta.

Cuentos y verdades sobre la pobreza

 Durante los últimos meses, el Gobierno ha estado difundiendo consignas y datos ambiguos sobre la lucha contra la pobreza, auspiciados por la alcahuetería de ciertos organismos internacionales que indican que Bolivia ha dado pasos importantes en la derrota del peor enemigo que tiene el país.

El cuento del “país de ingresos medios” y la disminución de la miseria, han llevado a muchos a pensar que Bolivia está camino a convertirse en la “nueva Suiza”, tal como lo prometió el presidente Morales hace unos años, cuando la realidad es que apenas se han establecido pequeños paliativos a través de los bonos y otras formas de distribución de los ingresos, ya que en lo fundamental la gente sigue en las mismas condiciones y lo que es peor, sin posibilidades de mejorar a través de fórmulas eficaces y sostenibles como el empleo digno, la productividad, la mejora de la calidad de vida y el acceso a servicios básicos.

Un reciente informe, mucho más realista, difundido por la organización Ethos, refleja que Bolivia sigue siendo el país más pobre de América Latina, situación que comparte con los países que han abrazado el populismo, como Venezuela y Ecuador. Esto contrasta radicalmente con otras naciones que sí han alcanzado logros significativos en la derrota contra la pobreza, como Perú y Brasil, donde el camino para lograrlo ha sido el de la marcha paralela entre las políticas sociales y el fortalecimiento económico, a través de la apertura, el fomento de las inversiones, la diversificación y la promoción de las exportaciones, aspectos que en Bolivia han sido aplastadas por el desincentivo de la estatización que castra y paraliza las actividades productivas.

La falta de transparencia en el manejo de las estadísticas y el enfoque enfermizo de los gobernantes en los datos macroeconómicos, llevan a concluir que Bolivia ha disminuido la pobreza extrema. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial aplauden y el presidente se pone contento, pese a que se trata de una verdad a medias, que viene a ser lo mismo que mentir con elegancia. El análisis de la Fundación Ethos, en cambio, fundamenta sus afirmaciones a partir de información sobre los hogares proporcionada por el mismo Estado, es decir, nivel de ingresos, educación, agua potable, servicios sanitarios, condiciones de la vivienda, combustible para cocinar, electricidad y también datos del entorno como salud pública, instituciones, economía, democracia, seguridad pública y medio ambiente. Todo esto lo lleva a afirmar que en Bolivia, el 40 por ciento de la población vive con menos de cinco bolivianos al día y que el problema más importante de la ciudadanía sigue siendo la falta de comida.

La situación de la pobreza en Bolivia y la escasa incidencia que ha tenido el Gobierno de Evo Morales para combatirla ha sido reflejada por diversos estudios, entre ellos por la ONU, que ha desahuciado al país en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio sobre la pobreza. Precisamente, el Programa Mundial de Alimentos, que depende de este organismo, afirmó hace poco que Bolivia todavía se encuentra al lado de Haití, con altos niveles de desnutrición y la situación es solo comparable a naciones del África Subsahariana, India y Mongolia. Nadie puede regodearse con estos datos. Lo triste es que desde el Gobierno los quieran ignorar y mentirle a la población con el fin de ocultar el hecho de que un régimen que predica que es popular y que se enfoca de forma preponderante en “lo social”, se dedica en realidad al despilfarro en aviones, en politiquería, seguridad y armamento.

lunes, 25 de julio de 2011

El efecto Oslo


Más de 90 personas han muerto en Noruega, uno de los países más democráticos, más civilizados y pacíficos del mundo. En su capital, Oslo, se ha producido un doble atentado, originado en el fundamentalismo religioso, un problema que fue señalado, mucho ante de los ataques del 11 de septiembre, como la gran amenaza mundial del Siglo XXI.  Que nadie dude que a partir de este fatídico suceso, se profundizará el consenso mundial sobre la necesidad de intensificar la lucha contra el terrorismo. Lamentablemente, Bolivia está metida en este lío, pese a que, sin ser Noruega, el país nunca había sido un sitio de preferencia de los terroristas ni fundamentalistas. Pero las cosas han cambiado. Hoy tenemos gobernantes con un pasado vinculado a acciones extremistas, el territorio nacional se ha convertido en refugio de algunos sujetos perseguidos por la justicia y nuestras grandes amistades tienen cuentas qué saldar en otros países por graves atentados con un abultado saldo de muertos y heridos. La comunidad internacional se ha portado tolerante con estos coqueteos de Bolivia con países que protegen abiertamente el terrorismo. Esto podría cambiar de manera drástica.

domingo, 24 de julio de 2011

La DEA vuelve ¿o no vuelve?

Cada vez suena con más fuerza el retorno de la DEA a Bolivia, a pesar de que la Policía antidrogas de Estados Unidos nunca se fue del país. De otra manera,  no hubiera podido atrapar al más ilustre narcotraficante que ha caído en los últimos años, el general René Sanabria. La DEA opera con las policías de Brasil y de Chile, países que han comenzado a tenderle un cerco a la cocaína boliviana, actitud que se repite en Argentina, con la puesta en marcha de poderosos radares en la frontera binacional. Hasta el presidente Evo Morales ha mencionado la posibilidad del retorno de los "gringos" para retomar la erradicación forzosa en el Chapare. El jefazo se enojó con Chile por el asunto de Sanabria, pero ya se le pasó y la prueba de ello es que acaba de anunciar que llamará por teléfono a su colega Sebastián Piñera para "un vuelve" (como dicen los novios adolescentes).  El representante de la oficina antidrogas de la ONU, César Guedes, también ha dicho que el país necesita ayuda internacional contra el narcotráfico y dos dirigentes ligados al MAS han opinado lo mismo. Sin embargo, el vicepresidente, quien suele ser el que aparece con la voz discordante en materia de relaciones exteriores, ha dicho que la DEA no vuelve a Bolivia.

El inevitable gasolinazo

El presidente Morales ha vuelto a hablar de lo mal que se encuentran las finanzas bolivianas, aunque obviamente no lo admite en estos términos y tampoco entiende a cabalidad lo que está ocurriendo, de otra forma no hubiera tirado la casa por la ventana en ese absurdo y costoso acarreo de gente a Jujuy para ver un partido de fútbol.

Dice que el país se está desangrando por obra y gracia de los subsidios a los combustibles, que podrían alcanzar los 1.400 millones de dólares anuales, 400 millones por encima de lo previsto el año pasado (efecto de los autos "chutos"). Su discurso hace pensar a todos en una réplica del gasolinazo navideño del año pasado, aunque el susto que ha vuelto a provocar en la población lo ha hecho recapacitar y entonces recurre a otra de sus constantes amenazas; es decir, echarle mano a las reservas internacionales.

En honor a la verdad, el Gobierno no necesita de muchos trámites para hacer "chichisco" las reservas del Banco Central y de hecho ha estado haciéndolo en los últimos años. El problema es que el régimen de Evo Morales sabe gastar pero no tiene la menor idea de invertir, y menos en proyectos productivos. Le dieron mil millones de dólares a YPFB y se tiraron gran parte de los recursos en spots publicitarios, en pagar supernumerarios y pasajes al exterior. El resto del dinero tuvieron que devolverlo porque no sabían qué hacer con él, fenómeno que también se ha producido en la recientemente creada Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos, a la que le asignaron un presupuesto de 6.000 millones de dólares. Los grandes cerebros de la compañía todavía están estudiando para qué cuernos puede servir tanta plata.

En los últimos cinco años, el Tesoro General de la Nación ha estado recibiendo cuatro veces más recursos que el año 2005. El presupuesto de 2011 es de 163 mil millones de bolivianos, 120 mil millones más que el dinero que manejaban los odiosos "gobiernos neoliberales" y pese a ello, las únicas "grandes obras" que el régimen puede mostrarle al país son una fábrica de cartón en Oruro, una planta para fabricar tapas de garrafas y, por supuesto, la compra de un avión en casi 40 millones de dólares; además, claro, de haber incrementado de manera monstruosa la burocracia nacional. Durante la gestión de Evo Morales se han gastado más de tres mil millones en la creación de empresas estatales, cuya única función ha sido fomentar el clientelismo.

Aún así, el dinero no le alcanza al Estado Plurinacional. En los últimos años la deuda externa ha crecido de manera exponencial hasta alcanzar los 3.300 millones de dólares, mientras que la deuda interna está por llegar a los cinco mil millones de dólares. Todo esto tiene una explicación. La caída de las inversiones petroleras ha provocado una reducción en la producción de líquidos, lo que obliga a importar cada vez más gasolina, diesel y gas licuado. Las políticas antiproducción también han causado una contracción en los cultivos de alimentos y, por ende, a batir récords en la importación en este rubro, que además sigue experimentando fuertes tendencias inflacionarias.

Para colmo, Venezuela acaba de anunciar que ya no costeará la repartija de cheques, lo que obligará a buscarle al presidente una nueva fuente de  financiamiento para su costosa manera de apuntalar su liderazgo personal. Estados Unidos también ha resuelto eliminar la cooperación a Bolivia, tendencia que podría repetirse con otros países donantes, sobre todo de Europa, debido a la grave crisis económica que atraviesan en el viejo continente. Es por todo esto que hablar de Gasolinazo no suena descabellado y el Gobierno tendrá que afrontarlo indefectiblemente.

sábado, 23 de julio de 2011

Cerco al chavismo

 La Cámara de Diputados de Estados Unidos ha resuelto castigar a los países chavistas y de paso ahorrarse 6.500 millones de dólares que no le vienen mal a una economía que no consigue levantar cabeza. Aún falta que lo apruebe el Senado, pero ya es hecho el recorte de la cooperación estadounidense a Argentina, Nicaragua, Ecuador, Venezuela y Bolivia. En el caso nuestro se trata de alrededor de 30 millones de dólares anuales, una bicoca en relación a los 50 mil millones de dólares que se ha farreado este régimen en los últimos seis años. Con toda razón, el ministro de la Presidencia, Carlos Romero, dijo que es poca cosa la noticia recién divulgada, que viene a sumarse en todo caso, al anuncio venezolano de recortar los recursos para el programa “Bolivia cambia, Evo cumple”. Aunque no deja de ser mala noticia para un país como Bolivia que todo el mundo esté hablando de tijeras, la peor de todas es que también le van a reducir los fondos a la OEA, el mayor alcahuete de los regímenes que han hecho trizas la democracia en los últimos quince años en América Latina. Sin la OEA y con la ALBA y la Unasur en terapia intensiva, los chavistas se quedan sin palestra internacional.

viernes, 22 de julio de 2011

Los libros y las poses del vice

 El vicepresidente García Linera no se atrevió a quedar de ignorante, no después de haber leído los 25 mil libros que están en su biblioteca. En alguno de ellos debe decir que no hay forma de impedir el derecho que tiene todo ciudadano de votar como le parezca en las elecciones del 16 de octubre y tampoco interferir en la libertad fundamental de expresar públicamente esta decisión. Algunos representantes del MAS, los más toscos por supuesto, han amenazado con meter  presos a los que lleven adelante campañas por el voto nulo para la elección de las autoridades del Órgano Judicial, una amenaza que García Linera no se atrevió a respaldar, aunque obviamente le pasó la pelotita al Tribunal Supremo Electoral, que últimamente ha estado lanzando reglamentos  que acomplejarían al más torpe de los dictadores, como ese que establece la censura para los medios de comunicación. El vicepresidente todavía cuida su imagen y sobre todo, protege la aureola de gran intelectual de la que tanto se ufana. Pero nadie se puede confiar en esas poses, ya que detrás de las buenas maneras, hay un ejército de voluntarios que se encargan del trabajo sucio, como ese viceministro que le dio la orden a un fiscal de meter preso a un periodista. Y García Linera ni se despeinó.
Los libros y las poses del vice
Viernes,  22 de Julio, 2011
El vicepresidente García Linera no se atrevió a quedar de ignorante, no después de haber leído los 25 mil libros que están en su biblioteca. En alguno de ellos debe decir que no hay forma de impedir el derecho que tiene todo ciudadano de votar como le parezca en las elecciones del 16 de octubre y tampoco interferir en la libertad fundamental de expresar públicamente esta decisión. Algunos representantes del MAS, los más toscos por supuesto, han amenazado con meter  presos a los que lleven adelante campañas por el voto nulo para la elección de las autoridades del Órgano Judicial, una amenaza que García Linera no se atrevió a respaldar, aunque obviamente le pasó la pelotita al Tribunal Supremo Electoral, que últimamente ha estado lanzando reglamentos  que acomplejarían al más torpe de los dictadores, como ese que establece la censura para los medios de comunicación. El vicepresidente todavía cuida su imagen y sobre todo, protege la aureola de gran intelectual de la que tanto se ufana. Pero nadie se puede confiar en esas poses, ya que detrás de las buenas maneras, hay un ejército de voluntarios que se encargan del trabajo sucio, como ese viceministro que le dio la orden a un fiscal de meter preso a un periodista. Y García Linera ni se despeinó.

La dictadura

Evo Morales mide todo desde su óptica de sindicalista. Eso lo aprendió en el Chapare donde su voluntad es lo más parecido a una ley suprema. Por eso es que llama “sindicato” a la Asamblea Legislativa, donde jamás le han dicho “no” a ninguno de sus caprichos. Muy pronto tendrá también un Poder Judicial sindicalizado, aunque el sistema que está funcionando en la actualidad no tiene nada que envidiarle a la más servil de las federaciones del trópico cochabambino, donde según algunas evidencias, el “jefazo” ha mandado a ejecutar órdenes muy delicadas. Solo hay que escudriñar en el caso que lo llevó a la expulsión del Congreso en el año 2002 para darse cuenta de la grave acusación que hace el periodista Richard Marcelo Romero en el documental “Dictadura Sindical”.

Pese a que el reportaje de Romero no es nada comprometedor y simplemente evoca algunas de las verdades que han circulado de manera muy tenue en el país en los últimos años, un fiscal-sindicalista, a pedido de un viceministro, lo envió a la cárcel acusado de mancillar la dignidad del presidente Morales. Luego de mantenerlo 48 horas detenido, decidió liberarlo previo pago de cinco mil bolivianos de fianza y le aplicó la orden de arraigo, además de la insólita prohibición de referirse negativamente a ninguna autoridad del Gobierno.

El periodista detenido, quien nunca tuvo éxito con la comercialización de su documental, porque en realidad es poco revelador, obtuvo lo que quería. Ahora es famoso, su producción se vende como pan caliente y sobre todo, ha confirmado la tesis que propone el título de su reportaje. La dictadura no solo ha dejado establecido que la libertad de expresión es cosa del pasado en Bolivia sino que también determina quiénes pueden ejercerla y quiénes pueden hacerse llamar periodistas, pese a que en Bolivia no hay ninguna ley del ejercicio profesional en esta área.

Acaban de meter preso al segundo periodista en menos de un mes en el país y el silencio cunde en el ambiente. Es una señal indiscutible de que los métodos dictatoriales están dando resultados. Tampoco se lee y se escucha nada sobre un reciente decreto firmado por el presidente, que les autoriza a pequeños productores de Tarija a exportar seis mil toneladas de azúcar a Argentina, donde obviamente se beneficiarán de precios preferenciales, mientras que para el resto de los productores azucareros nacionales está prohibido exportar y encima están obligados a respetar un precio fijado por el Gobierno.

Las dictaduras son así. Mientras que machacan que gobiernan obedeciendo al pueblo, por otro lado insisten en caprichos personales y de su grupo y se confían que la gente apoyará sin reparos, medidas que afectarán su propio bolsillo. Esa excesiva confianza le provocó un tremendo sofocón al Gobierno en las vísperas de Año Nuevo y lo mismo podría ocurrirle el 16 de octubre, cuando intente darle el tiro de gracia al sistema democrático boliviano.

Todas las encuestas realizadas durante el transcurso de este año han demostrado que Bolivia no es el sindicato de Evo Morales. Al menos no es como él lo piensa. En realidad la última “gran encuesta” se realizó el 4 de abril de 2010, con la elección de alcaldes y gobernadores, que le cerró al MAS el copamiento territorial del país. Ese mismo día el régimen decidió convertirse en dictadura. A mediados de octubre la población dará su veredicto. ¿Será capaz el Gobierno de obedecerle?

jueves, 21 de julio de 2011

Alcahuetería y discriminación

Un reciente informe de la UNICEF ha comprobado
que los pobres y los inmigrantes bolivianos son los
sectores más discriminados en Argentina.
Mi hija mayor estudia en la Argentina, donde frecuentemente tiene que
tragarse los estigmas que Evo Morales ha popularizado en todo el
mundo. Le dicen “oligarca”, “odiadora de los indígenas” y hasta le
recriminan por haberle quitado las tierras a los originarios. Los
argentinos aman a presidente boliviano, pero cada vez es más fuerte el
rechazo que expresan hacia los miles de “bolitas” que viven en Buenos
Aires y en otras ciudades de ese país. Lo acaba de mostrar un estudio
de la UNICEF, según el cual, los pobres  y los inmigrantes bolivianos
son los más discriminados en las tierras de Borges y Gardel.
Lamentablemente, “el jefazo” jamás se ha quejado por estos incómodos
asuntos cada vez que ha tenido que recibir sus apreciados títulos de
doctor honoris causa.
Es muy fácil hablar de estos temas  y sublimar en Evo Morales el
supuesto amor por los indígenas,  después de haber asesinado a todos
los indios araucanos, tobas, mapuches, tehuelches y de otras etnias
que habitaban el inmenso territorio argentino, donde también
eliminaron a casi todos los mestizos (gauchos). Por eso es
precisamente que nunca tuvieron la necesidad de hacer una reforma
agraria.
No es cuestión de agarrárselas contra los argentinos ya que la
alcahuetería no es exclusividad de ellos y lo peor de todo es que se
trata de adulo con sabor a discriminación. Intelectuales, ONG’s,
gobiernos, organismos internacionales de la talla del FMI, la ONU y la
OEA le rascan la cabeza a Evo Morales y lo hacen sentirse feliz en
asuntos que jamás apoyarían en sus propios países. Representantes de
entidades multilaterales, profundamente colonialistas, le levantan el
pulgar al líder cocalero y le dicen que va por buen camino. Lo palmean
y lo felicitan, cuando en realidad se están burlando de él. Lo más
grave es que al jefazo le gusta.

Dictadura sindical


Richard Marcelo Romero, esposado por ejercer su libertad
de expresión. Difundía un trabajo periodístico sobre la “Dictadura
Sindical” de Evo Morales. El arresto confirmó la tesis de su reportaje.
Richard Marcelo Romero es un modesto y perseverante comunicador que desde hace años ofrece a la venta, ejemplares de un documental sobre Evo Morales, titulado “Dictadura Sindical”. Nunca tuvo éxito porque en realidad su reportaje no aporta ningún dato revelador. Contiene testimonios de cocaleros del Chapare que muestran cómo funciona cualquier sindicato en Bolivia, aunque obviamente, cuando se habla de un rubro tan importante en Bolivia como la coca y un gremio que ha alcanzado semejante notoriedad, las connotaciones autoritarias y de otro tipo son mucho mayores. Cualquiera que pretenda entender la calidad del liderazgo de Evo Morales sólo tiene que hurgar en las evidencias que llevaron a su expulsión del Congreso Nacional en el 2002. Para comprender la naturaleza de su Gobierno precisamente hay que ver lo que ha hecho con Richard Marcelo Romero, quien pese a sufrir los abusos de su detención, seguramente estará feliz en el fondo, porque su tan preciado documental ahora se vende como pan caliente y como periodista, acaba de conseguir notoriedad internacional, cosa que no es nada fácil. Para el resto de los comunicadores no deja de ser una señal de mal agüero que en menos de un mes lleven a dos colegas a la chirola.

Chávez estornuda y Evo se resfría

 A pocos días de confirmarse el cáncer del presidente venezolano, Hugo Chávez, el mandatario boliviano Evo Morales, anuncia en Santa Cruz la suspensión temporal del programa de cooperación “Bolivia Cambia, Evo Cumple”, que durante cuatro años ha repartido más de 300 millones de dólares a municipios, sindicatos, movimientos sociales y organizaciones campesinas afines al Gobierno.

Un día antes, Evo Morales había anunciado la interrupción del envío del dinero venezolano que durante todo este tiempo le ha permitido al presidente repartir cheques a diestra y siniestra, una forma muy efectiva de comprar la lealtad de autoridades y líderes locales en todo el territorio nacional.

Cada vez que el presidente llegaba a una localidad, a bordo de un helicóptero venezolano por supuesto, era recibido por multitudes acarreadas por dirigentes ansiosos por sus cheques, tal como sucedió el pasado lunes en Cabezas, donde repartió los últimos 22 millones de bolivianos y anunció que ya no recibirá más proyectos, porque la plata se ha terminado y hay que diseñar un nuevo plan, pero esta vez, con recursos del Tesoro General de la Nación. Sin los dichosos cheques en la mano, podría ocurrir algo parecido a lo de San Julián donde el presidente se enfureció por el escaso público que fue a recibirlo y amenazó con prohibir las fiestas populares.

No deja de ser una buena noticia que se haya terminado esta farsa de los cheques, cuyo destino final jamás podrá ser conocido por nadie, ya que los recursos entregados no han seguido el flujo regular que estipulan las normas para los fondos públicos, hecho que impide el control y la fiscalización. Los proyectos presentados eran apenas una simple formalidad y el único resultado ha sido un reguero de obras inconclusas y elefantes blancos en todo el país, dinero que terminó en los bolsillos de los avivados de siempre y que en todo caso, ha fomentado también la conflictividad y la inestabilidad en los municipios del país.

Para el presidente Morales es la oportunidad de construir su liderazgo en base a gestión y la transparencia y no mediante la compra de conciencias; también es la ocasión de recuperar su propia dignidad, sometida vergonzosamente al embajador venezolano, el encargado de firmar los cheques que hallaban en el jefe de estado boliviano a un simple mensajero. Obviamente, es el momento de encarar también otro tipo de visión política alejada del caudillismo centralista que acentúa el paternalismo que condiciona y limita a las instancias de poder locales. Conviene por supuesto, establecer otros mecanismos para el tratamiento de las donaciones extranjeras sometidas en los últimos años a un manejo discrecional que ha impedido efectuar el control respectivo y se ha prestado para movidas espurias comparables a lo que ocurría en el pasado con los gastos reservados. Por esta razón es que países como Holanda decidieron suspender la cooperación con Bolivia y Estados Unidos la ha reducido.

La gran pregunta es qué pasará con el régimen boliviano si es que Venezuela reduce aún más la cooperación que le ha estado prodigando a manos llenas. La enfermedad del caudillo caribeño puede traer consecuencias inesperadas para todos aquellos países que se plegaron a su proyecto de expansión política auspiciado por una lluvia de petrodólares que puede amainar y dejar sin posibilidades de acción a los gobiernos satélites. Esta pregunta se la hacen en Cuba y en Nicaragua. En Bolivia se han producido ya las primeras señales.

miércoles, 20 de julio de 2011

Sí, pero no; que no, que no

 Cada vez se hace más difícil entender al presidente Morales. Desde hace algunos días viene machacando con algunas frases calcadas de las que se repitieron hasta el cansancio para justificar el gasolinazo navideño. Que “el país se desangra”, que “los subsidios son insostenibles”, bla, bla, bla. Esto hizo pensar a muchos que el jefazo anda haciéndole el nido al “Gasolinazo Parte II”, hecho que ha sido desmentido rotundamente por el Gobierno, cuyas autoridades aseguran que el “discurso gasolinero” no tiene nada que ver con la posible nivelación del precio de los carburantes, sino que alude a que la gente –según dicen-, ha tomado conciencia de que los subsidios son un grave perjuicio para la economía boliviana y que deben eliminarse. A ver, a ver, organicémonos. Si el Gobierno no tiene planes de lanzar otro gasolinazo, no debería ni tocar el tema de los subsidios, porque luego luego, la gente piensa mal. Por el contrario, si fuera como dice, que la población está consciente del problema y que estaría de acuerdo con el reajuste ¿por qué tanto miedo? Si el pueblo está de acuerdo con el gasolinazo, no hay razón para no obedecerle, en lugar de seguir echándole la culpa del problema a los gobiernos anteriores.

Fuera de control


El abogado Denver Pedraza fue baleado en el ingreso
del Palacio de Justicia. Recibió ocho balazos. El atentado
es atribuido a sicarios relacionados con el narcotráfico.
Solo en la Colombia de los años ’80 y en el México actual se escuchan noticias que en Bolivia están comenzando a menudear. Secuestros, ajustes de cuentas, asesinatos y por último, un atentado en la casa de la fiscal del distrito de Pando, atribuido a mafias dedicadas al contrabando y el narcotráfico.

Ya es un hecho indiscutible que en Santa Cruz está floreciendo la “industria” del secuestro, una actividad que suele prosperar de forma paralela al narcotráfico. El dato de la presencia de alrededor de tres mil narcotraficantes colombianos en el territorio nacional, no hace más que generar preocupación de que la capital del departamento pueda convertirse en la “nueva Medellín” o en la ciudad de Juárez, si es que el régimen de Evo Morales decide continuar en su actitud contemplativa en relación a este flagelo.

Las 230 fábricas de cocaína halladas en la zona de Yapacaní en tan solo tres días dan una idea clara de la monstruosa dimensión que ha alcanzado el narcotráfico en estos años. El Gobierno ya no puede disimular que se trata de un problema que lo ha rebasado y tampoco relativizar las cosas argumentando que las grandes incautaciones de droga son el resultado de mayores esfuerzos en la interdicción.
Estamos inundados de cocaína, de sicarios, narcotraficantes, cárteles internacionales de la droga y la acción represiva de la Policía apenas dispara a la punta del iceberg.

Los cocaleros se ríen de las amenazas del presidente. Los cultivos ilegales del Chapare se han expandido sin control hacia el norte cruceño, han invadido los parques, reservas forestales y le están quitando terreno a las áreas de cultivo de alimentos en Los Yungas y otras zonas. Y donde hay cocales hay droga, eso no se puede ocultar, la prueba está en Yapacaní y en Cochabamba, donde han llegado al extremo de invadir un terreno en el valle de Sacta perteneciente a la Universidad de San Simón.

Mientras el presidente Morales sigue defendiendo la coca ante la ONU, critica a Estados Unidos y hace todos los esfuerzos por desprenderse de los esfuerzos mundiales por combatir la mafia de las drogas, en Bolivia los narcotraficantes ganan terreno todos los días, toman comunidades y convierten en sus cómplices a los campesinos, perforan el poder judicial y horadan la economía nacional con dinero sucio que favorece el lavado y los negocios espurios.

Muchos campesinos ya no quieren producir alimentos porque les conviene más la coca y la cocaína. La naturaleza también pierde pues se contaminan ríos y bosques con químicos para procesar cocaína. Para colmo, una carretera bautizada como la “autopista de la droga” se ha constituido en el mayor empeño presidencial, pese a que podría destruir la mayor reserva ecológica del país y favorecer la consolidación del más grande “narcoterritorio” de América del Sur provisto de su propio corredor de exportación.

No se puede creer que después de todas estas evidencias, luego de la ráfaga contra la fiscal de Pando y la balacera que hirió a un abogado en Santa Cruz horas después, el ministro de Gobierno siga insistiendo que todo está bajo control e insista que en Bolivia no operan cárteles internacionales de la droga. Tampoco es creíble cuando afirma que Bolivia está dispuesta a cooperar con los países vecinos y se niega a firmar un convenio con Brasil porque supone entrar nuevamente en acuerdos con la DEA. El régimen boliviano, en todo caso, está dando señales totalmente contradictorias que causan preocupación en el mundo, tal como sucede con el abandono de la Convención de Viena sobre Estupefacientes.