lunes, 10 de septiembre de 2012

Goni no vuelve

Después de que Brasil le concediera refugio al senador pandino Róger
Pinto, no debería extrañar a nadie que Estados Unidos se niegue a
conceder la extradición al ex presidente Gonzalo Sánchez se Lozada,
quien permanece en Norteamérica desde octubre de 2003, cuando tuvo que
huir del país por temor a ser linchado por los grupos que obligaron a
un cambio de mando en el país. La decisión de entregar  o no a Goni le
pertenece a la justicia estadounidense, que al frente tuvo a
autoridades bolivianas que en realidad nunca han demostrado un interés
genuino por repatriar al ex mandatario. Los errores han sido graves,
desde enviar un embajador a Washington que ni siquiera hablaba inglés
o dejar sin traducción algunos papeles y trámites; el Estado ha sido
bastante chapucero a la hora de hacer sus planteamientos, desnudando
así que la verdadera intensión es cometer el linchamiento que no se
pudo en el 2003. Con el nombramiento de un embajador bastante polémico
en la ONU, el Gobierno nacional no hace más que desnudar el valor que
le da a las leyes, los derechos humanos y la justicia y por su puesto,
lo deja con menos posibilidades de reclamar la entrega de alguien que
es acusado de “genocidio”. El verdadero debate sobre este tema debe
girar en torno a la mirada y a la constatación que se hace a nivel
internacional de lo que está sucediendo en el país.

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