lunes, 21 de julio de 2014

El surrealismo de los autos chutos

El  genial comediante argentino Tato Bores  recreó un mundo surrealista y mágico cuando Carlos Menem llegó al poder en 1989 gracias a una alianza integrada por una colección de lo más variada y nada honorable de partidos políticos, agrupaciones, sindicatos, movimientos sociales, antiguos guerrilleros, paramilitares, etc, etc. En uno de sus programas de televisión, el inolvidable Mauricio Borensztein, fallecido en 1996, mostró un desfile imaginario de los aliados del gobierno en el que figuraban, entre otros, una asociación de ladrones de equipos de música de autos; un sindicato de trabajadores supernumerarios del Estado y una federación de sindicalistas que cobraban sueldo del gobierno. Ese desfile nunca se dio en la realidad, pero nadie olvidará que en los diez años de la administración menemista, el país vecino fue sumido en un pozo de corrupción, que puso varias veces al borde de la cárcel al líder riojano. Tato Bores nunca hubiera imaginado que su parodia se cumpliría, pero algunos miles de kilómetros al norte, en la zona del Chapare (Bolivia), donde acaba de conformarse la Asociación de Propietarios de Vehículos Indocumentados (APROVEI). El hecho de que ese nuevo sindicato haya sido conformado en la región cocalera de Ivirgarzama, no sólo tiene las mismas connotaciones delictivas y políticas que todos conocen, sino una razón muy práctica. En el Chapare se encuentra la cantidad más grande de autos chutos del país. La pregunta es ineludible: ¿Presentarán un día los muchachos de APROVEI un candidato a la presidencia?

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