jueves, 29 de mayo de 2014

Cultura y folklore ¿quién da más?


Cuando las culturas primitivas lograban una buena pesca o una cosecha excepcional bailaban y cantaban en señal de festejo y lo hacían como les salía, sin pretensiones artísticas, pues el arte es en realidad la búsqueda del perfeccionamiento de esas expresiones populares humanas.

Desde entonces el sentido común ha asociado cultura con folklore y con el arte como si fueran exactamente lo mismo o lo que es peor, se ensalzan más las manifestaciones folklóricas y la verdadera cultura queda relegada a un segundo plano o a veces permanece ausente de nuestra concepción.

En otras palabras, “cultura” es el arado, la técnica y las prácticas que permitieron a los humanos primitivos transformar su realidad de tribus nómadas y recolectores en civilizaciones que inventaron la escritura, que construyeron pirámides, que llegaron al espacio y que invaden los mercados con sus productos, resultado del ingenio y la ciencia. La verdadera cultura es el dominio del fuego, la domesticación de los animales, la invención de la máquina y el forjado del hierro, mientras que para nosotros, lo “cultural” no pasa de la diablada, el charango y el taquirari que le canta al camba flojo y bebedor.

Los bolivianos estamos convencidos que nuestra máxima expresión cultural es Carnaval junto con sus grandes exponentes, por quienes brotamos pecho y nos enorgullecemos, como si representaran lo más excelso de nuestro ser y nuestro pensamiento, como si representaran nuestra inteligentzia y el modo de organizarnos. Y lamentablemente eso ocurre con frecuencia, pues los partidos y la manera de hacer política es casi un calco del modo cómo se organizan las comparsas y fraternidades y frecuentemente los concursos de belleza son un inagotable semillero para las candidaturas a cargos públicos.

¿Tiene cultura Bolivia? Claro que sí, pero nadie se fija en ella y muy pocos son los que buscan promoverla. El Ministerio de Culturas paga sumas exuberantes a cantorcitos que machacan estribillos contagiosos, pero nunca ha reparado por ejemplo, en rescatar la amplísima sapiencia que existe en relación a los tejidos ancestrales que habría que perfeccionar y dotarles de un sistema de producción y comercialización que les permita a los indígenas mejorar sus condiciones de vida. Bolivia tiene miles de variedades de papa ¿quién investiga eso? ¿quién lo desarrolla? ¿quién se encarga de mejorar los rendimientos  para que el campesino surja, produzca más y genere riqueza y para que sus cantos no sean de lamento?  ¿quién puede rescatar la sabiduría de las culturas hidráulicas de Moxos que pudieron vencer las inundaciones hace miles de años? ¿quién se encarga de promover el método de cultivo en escalinatas de los quechuas que permiten conservar los suelos y evitar la erosión? ¿acaso el Estado está incentivando como lo hace en otros campos, la investigación relacionada con la quinua?

Ni siquiera el arte, que es la manera que tienen los más iluminados de imaginar el futuro, tiene tanta promoción y frecuentemente se queda en pequeños círculos sociales, como si se tratara de algo elitista y prohibitivo. O que digan los responsables del proyecto Manzana 1 de Santa Cruz, que están por cerrar sus puertas porque les falta 350 dólares mensuales para cubrir sus costos.

¿Desconfiado yo?


El presidente Morales dijo hace poco en una entrevista con la famosa revista Vanity Fair que no confía en sus ministros porque no le dicen toda la verdad. En medio de todo esto surgen las más recientes declaraciones del exfiscal Marcelo Soza, quien asegura haberse reunido con el Primer Mandatario, supuestamente preocupado por la marcha del juicio por terrorismo que desde hace cinco años se tramita contra 39 acusados. Se ha mencionado también que el principal responsable de supervisar este caso es el vicepresidente Álvaro García Linera, hecho que pone en duda las declaraciones de Soza ya que a decir del propio jefe de Estado, la confianza hacia su principal colaborador es total. El presidente Morales es el único que ha admitido haber dado la orden de intervenir en el hotel Las Américas el 16 de abril de 2009, donde según las pruebas, se produjo una ejecución sumaria contra tres ciudadanos europeos. Lo que no se sabe es si aquella orden era consciente de todos los pormenores que se han conocido después y que ahora está revelando Marcelo Soza. En ese caso, no solo es comprensible la reunión Evo-Soza de la que habla el exfuncionario, sino también las revelaciones a la revista Vanity Fair.

Acarreando el fraude


Con las nuevas reglas del juego definidas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), votar en las provincias o en las áreas rurales será determinante y la victoria dependerá mucho de la capacidad de acarrear gente de un lado para otro.

Por eso es que no sorprenden las denuncias de traslados masivos de electores que se han estado dando en los días previos al cierre de la fecha tope del empadronamiento. El caso más alevoso se ha dado en San José de Chiquitos, donde sospechosamente aparecieron más de un millar de nuevos inscritos, personas supuestamente llevadas desde Cochabamba, por lo que el alcalde de la localidad, Germaín Caballero, ha solicitado a la autoridad correspondiente revisar cada nombre para evitar el fraude.

Hablar de mil electores no parece mucho, pero de acuerdo al mapa definido por el TSE, la incidencia de esos votantes puede ser determinante, no solo en San José. Tan distorsionada está la situación, que tres sufragios de ciudadanos de la zona urbana de Cochabamba equivalen a uno solo de Pando cuando se trata de la elección de diputados uninominales. En otras palabras, para elegir a un representante en el departamento norteño se necesitan algo más de 55 mil votos, lo que en la capital valluna equivaldría a 195 mil. No hace falta ser matemático ni opositor para darse cuenta de la estrategia subyacente a esta enajenada forma de democracia.

Acarrear votantes, recurrir al voto comunitario y poner las elecciones a merced de los movimientos sociales es un grave peligro del que ya se tienen negros antecedentes en las elecciones pasadas. Ese riesgo se lo puede ver con nitidez en el departamento de La Paz y las denominadas circunscripciones especiales asignadas a los pueblos originarios. En esa región la distorsión entre el voto indígena y el voto urbano es de 5 a 1 en la jurisdicción en la que votan algunas de las nacionalidades definidas en la Constitución. Allí un diputado podría ser elegido con 41 mil votos, mientras que la población promedio en las otras circunscripciones llega a casi 200 mil.

En el oriente boliviano, donde hay etnias que están en vías de desaparición y aún así figuran como naciones, con derecho a tener representación en el Congreso, un diputado uninominal podrá ser elegido hasta con dos mil sufragios, lo que resulta ser un despropósito en relación una de las zonas electorales con mayor número de votantes que se encuentra en El Alto, con más de 215 electores, según el Censo.

El mapa inicialmente definido por el Tribunal Supremo Electoral era peor, pero las distorsiones permanecen, tal como se ha podido demostrar. Bolivia tiene un 70 por ciento de población urbana, que el 18 de octubre próximo valdrá cuando mucho un tercio de la cifra original. Se espera que al menos las autoridades puedan reaccionar y poner alto a lo que aparentemente, es la consumación del más grande fraude cometido en el país. El TSE tiene la palabra.

Realidad y ciencia ficción


En la industria petrolera, una de las más desarrolladas del mundo, no existe el “ojímetro”, pero el presidente de YPFB, Carlos Villegas, asegura, sin perforar ni un solo pozo exploratorio, que Bolivia tiene reservas de 60 trillones de pies cúbicos, una cifra que parece sacada de la ciencia ficción. En función de esas fantasías es que supuestamente los centroamericanos le ruegan al presidente Morales para que les venda gas y el vicepresidente habla de abastecer con energía nada menos que a Europa. Todo eso sin mencionar que el Estado Plurinacional acaba de relanzar la estrategia neoliberal de ser el “eje continental de distribución del Cono Sur”, postulado derribado por el grito revolucionario “Gas para los bolivianos”. En realidad, en campaña se aguanta todo, pero lo que no se puede admitir es que mientras se les vende y se les quiere suministrar gas a medio mundo, las empresas cementeras bolivianos, el Mutún y tantos otros emprendimientos de todo el país sigan esperando cuando menos “una molécula de gas”.

lunes, 26 de mayo de 2014

Campaña electoral y farándula


Ha comenzado a pintar el tono que adquirirá la campaña electoral para las elecciones del 12 de octubre y al parecer el votante no tendrá la opción de escuchar propuestas serias ni asistir a un debate sobre el futuro del país, sino que simplemente asistirá a lo más parecido a una espectáculo de farándula.

El Gobierno se ha vuelto sordo y ciego frente a las cosas que están pasando en el país y simplemente pone a andar su aparato político-represivo para contener las denuncias de corrupción, los conflictos que llegan a los tiros en Inquisivi, el derrumbe del caso Rózsa que, sin embargo, no puede atravesar el muro de la impunidad y la desvergüenza de los operadores de justicia; la reconstrucción del Beni que todavía sigue soportando la tragedia, la creciente inseguridad que no se frena porque el narcotráfico continúa en ascenso y muchos otros problemas que han pasado a segundo plano porque el país parece estar dedicado a al espectáculo.

De vez en cuando el presidente desliza algunos lapsus y menciona el problema de la escasez de carburantes que obliga a importar más y destinar cantidades progresivas de recursos a la subvención; también se menciona la escasez de alimentos y nuestra necesidad de aumentar las importaciones; la falta de inversiones en el área petrolera que nos pone cada vez más cerca del final de una curva muy peligrosa y la ausencia de una propuesta económica seria para enfrentar la desaceleración que se avecina y que mantiene en vilo a muchos países que como el nuestro, depende de la demanda y los buenos precios internacionales, en otras palabras, de lo bien que le vaya al odiado capitalismo mundial. 

Se trata de amenazas reales, de problemas que constituyen desafíos que es necesario enfrentar por lo menos en el plano del debate político con los actores que se van a enfrentar en la contienda electoral. En esta elección debe hablarse de un balance de la nacionalización y la falta de cumplimiento de las metas de la industrialización y del cambio de la matriz productiva nacional que sigue siendo dependiente de las materias primas, con excesiva fragilidad frente a las variaciones del comercio exterior. El modelo de lucha contra la corrupción ha fallado por completo; hace falta debatir y proponer sobre lo que se hará para cambiar la justicia, para luchar contra el narcotráfico y combatir la economía ilegal que está matando de a poco la delgada franja de la formalidad. 

Con la “farandulización” de la campaña, el oficialismo pretende demostrarle al país que todo marcha bien, que la bonanza de precios se mantendrá indefinidamente, pues hasta eso han vendido como si fuera un mérito del proceso de cambio, como si Bolivia fuera el que controla la demanda de materias primas en China o la India.

El país está rifando millonadas en recursos para dos días de cumbre, invertidos en adulos como los que Lula, que muchas explicaciones le debe a su país sobre la corrupción y el derroche criminal en el que han incurrido para la cita mundialista.  En el oficialismo existe temor por no conseguir el nivel de votación que le asegure la hegemonía que ha mantenido en su segundo periodo y por ello se espera un derroche nunca antes visto en una campaña electoral en Bolivia. Pero eso no es lo peor, pues lo lamentable es que otra vez la vida de los bolivianos se defina en el contexto de un espectáculo circense.

Las bondades de nuestra justicia


Existe la posibilidad de que el expresidente boliviano, Gonzalo Sánchez de Lozada, pueda exigir de manera urgente su traslado a Bolivia, para pedir que sea la justicia de nuestro país la que tramite las acusaciones por violaciones a los derechos humanos supuestamente cometidas durante la última fase de su gobierno en el 2003. A Goni le puede haber entrado el miedo a que se haga justicia con él después de que un juez de la ciudad de Miami admitiera una demanda en su contra, tras haber encontrado “indicios convincentes” por los delitos de los cuales se lo acusa. La ciudad de Miami se está haciendo famosa por ser la cárcel de los bolivianos. Recordemos que allí está preso por narcotráfico el general de policía René Sanabria y recientemente fue condenado a seis años de prisión el oficial Fabricio Ormachea, acusado de extorsionar al empresario Humberto Roca. En este caso la justicia norteamericana demoró menos de un año en el proceso y Sánchez de Lozada debe estar preocupado que le pase lo mismo. En Bolivia, luego de 11 años, la Fiscalía ha confirmado que está por terminar la traducción de las solicitudes de extradición del Sánchez de Lozada y el exministro Carlos Sánchez Berzaín. Y esto no es broma.

viernes, 23 de mayo de 2014

¿Candidatos o votantes de calidad?


Las elecciones generales del 12 de octubre tendrán nuevas reglas supuestamente destinadas a incrementar la transparencia del proceso y en algunos casos, a mejorar la calidad de los candidatos, algo que podría entusiasmar al electorado, no siempre bien entrenado a la hora de elegir. El ciudadano boliviano es casi un adicto a votar, pero de elegir sabe muy poco y frecuentemente se equivoca. Veremos si las nuevas reglas sirven para que cambie de actitud.

A la abultada lista de requisitos para ser candidato a los cargos que están en disputa en los órganos ejecutivo y legislativo, se han sumado exigencias como la de no haber formado parte de la “enajenación del patrimonio nacional”, en otras palabras, no haber participado ni en la privatización o capitalización de las empresas públicas. Los postulantes deben hablar por lo menos dos de los 36 idiomas oficiales del Estado Plurinacional y por último, lo más novedoso, no haber tenido relación con algún caso de violencia contra la mujer.

Desde que se impuso el requisito de la libreta del servicio militar para ser candidato sabemos que todo aquello puede convertirse en letra muerta, a no ser que nuestros ilustres gobernantes puedan demostrarnos fehacientemente que de aquí hasta el mes de octubre son capaces de aprender aymara, quechua, guaraní o bésiro (el idioma de los chiquitanos) en un rápido curso intensivo.

En relación al tema de las mujeres, en realidad no han sido muchos los parlamentarios, alcaldes y otros funcionarios acusados de violación, asesinato, palizas y otro tipo de violencia hacia las damas, sino que lo grave ha sido la connivencia de bancadas enteras, de autoridades de alto nivel y de administradores de justicia, que no solo han tolerado, sino que han reincorporado en sus funciones a los abusivos y han ayudado a evadir la ley a los culpables de graves delitos.

El hecho más emblemático y bochornoso fue el de Justino Leaño, parlamentario abusador de su propia hija y que recibió la protección política de su partido, empezando desde la  expresidente de la Cámara Baja, Rebeca Delgado. El último caso pertenece al alcalde del municipio potosino de Pocoata, Teodoro Rueda, quien estuvo a punto de recobrar su puesto pese a haberse comprobado que violó a una enfermera. Lo más trágico ha sido la reacción de la legisladora oficialista Emiliana Aiza, quien pidió la indulgencia de su compañero y culpó a la cerveza por el crimen cometido.

Como se ve, el discurso, las leyes y los actos simbólicos que suele asumir el Gobierno son producto de la más pura demagogia, tratando de hacerle creer al ciudadano que sus demandas han sido escuchadas, que el pueblo al fin está gobernando para imponer justicia, que las aspiraciones de las grandes mayorías son las que inspiran los grandes cambios, muchos de los cuales se quedan en figuras nomás.

Nuestro país no necesita tantos políticos y leyes en realidad, porque la excesiva legislación es en verdad la señal de una nación que no tiene rumbo y que no halla en los principios éticos y morales la única manera de conducir a la población hacia el bien común. Lamentablemente nuestra gente es demasiado inclinada a que la adulen, a que le mientan y le cuenten historias que no tienen ninguna relación con la realidad. Mientras no madure el pueblo, su voz nunca será ni la de Dios ni la de la justicia, sino simplemente la de una masa adormecida por cantos de sirena.

El fútbol y la política


El fútbol y la política se parecen mucho en Bolivia y si bien lo de Bolívar es como para entusiasmar al más pesimista, la realidad es una lágrima en ambos aspectos y por las mismas razones. El la política uno de los males que impide mejorar es el caudillismo. Las masas suelen enamorarse de ciertas figuras, los líderes se endiosan, se creen Pelé y Maradona juntos y luego no quieren dejar la cancha, piden alargue y jamás le dejan espacio a las nuevas promesas de la dirigencia, que terminan eternizándose como suplentes. En el fútbol la cosa es parecida, pues no existe promoción de las divisiones inferiores, muy pocos apuestan por los chicos y los clubes prefieren ir a Argentina o Brasil, de donde se traen un par de tipos cancheros, jugadores de área que aseguran goles y buenos resultados… económicos, porque los logros futbolísticos siguen esperando. La única vez que fuimos a un Mundial por mérito propio fue gracias a una gloriosa camada de ex Tahuichis que fueron “cultivados” desde niños. Lo normal es que los clubes estén llenos de veteranos en declive que han pasado por todos los equipos. Con las últimas novedades ligueras, todo indica que los dos defectos, los del fútbol y los de la política se van a poner la misma camiseta.

Callen a Soza


El Gobierno nacional se ha propuesto callar al exfiscal Marcelo Soza y a todo aquel que sea capaz de corroborar sus afirmaciones. Hace poco consiguieron que dos diputados de la “Comisión de la verdad” abandonen la investigación de los casos oscuros que rodean al régimen y una de las más comentadas ha sido la situación de Rebeca Delgado, quien dejó entender que prefería callarse por su propia seguridad y la de su familia. En medio de las revelaciones de Soza, ha saltado el embajador de Bolivia en Brasil, Jerjes Justiniano, quien todavía está esperando la retractación de la revista Veja sobre presuntos vínculos del narcotráfico con algunos círculos del poder. Justiniano está seguro de poder callar a Soza, porque supuestamente está violando las normas establecidas para los refugiados políticos, quienes están prohibidos de hacer proselitismo en el lugar que les brinda cobijo. El embajador olvida que todo lo que se ha estado conociendo últimamente pertenece al expediente que está acumulando el Consejo Nacional de Refugiados de Brasil que analiza el caso Soza y que su contenido no es político, sino judicial. Para resumir las cosas, Justiniano intentó primero dar clases de periodismo en Brasil, ahora pretende enseñar diplomacia.

Por soberanía y por dignidad


Por más presión que hayan ejercido los pobladores y algunas autoridades de Yapacaní, el Gobierno no debió ceder tan fácilmente, pues en el futuro pueden proliferar como hongos los pueblos, comunidades y regiones con solicitudes parecidas y con el tiempo Bolivia será algo así como un territorio lleno de feudos y santuarios, unos dedicados a la producción de droga, otros a la protección del contrabando y algunos se dedicarán al robo de mineral, etc. etc.

Algunos dirán que eso ya está ocurriendo en el país, pues  se propagan las narcocomunidades, las poblaciones que defienden a tiros a los “chuteros” y en este momento, son los mineros informales, los que avasallan minas y explotan los recursos naturales sin pagar ni un solo centavo en impuestos, los que están imponiendo su propia ley al Estado Plurinacional. Cómo será de grave la situación de la minería boliviana, que en los tiempos de los barones del Estado, la contribución al erario público era mayor.

Dicen que quien tiene cola de paja no se debe acercar al fuego y en verdad el Gobierno cuenta con muy poca fuerza moral para luchar contra la ilegalidad, porque inmediatamente los sectores “atacados” le echan en cara lo que ocurre en el Chapare, una suerte de volcán de donde emanan muchas de las iniciativas contrapuestas a la ley, que el régimen trata de combatir en otras regiones que no tienen un padrino tan importante.

La amenaza de que este problema se expanda ya no solo se yergue contra la “sociedad formal” que tanto ha estado combatiendo este Gobierno, pensando que la mejor forma de acumular poder era empoderar a los “movimientos sociales”, muchos de los cuales han encontrado la manera de lucrar con actividades delictivas. El riesgo avanza también sobre el propio Estado que el MAS está intentando consolidar, con muchas contradicciones e incoherencias, pero Estado al fin, pues asegura una cierta forma de estabilidad.

El mejor ejemplo de este fenómeno es Somalia, donde el Estado prácticamente desapareció y hoy sus autoridades no saben dónde parapetarse, pues los grupos delictivos son los que gobiernan el país. Algo parecido está ocurriendo en Nigeria, donde un grupo extremista que controla el noreste de la nación africana, comete delitos, secuestra, mata y hace estallar bombas, sin que el Estado pueda ejercer control, pues las autoridades han perdido todo el poder para hacerlo.

Los terroristas nigerianos de la organización Boko Haram son responsables de un hecho que mantiene en vilo al mundo desde el pasado 14 de abril. En un ataque comando, secuestraron a más de 200 niñas de un colegio y posteriormente atacaron el pueblo donde viven sus familiares, sin que el ejército y otras fuerzas de seguridad puedan hacer nada. No hay que olvidar que Nigeria es uno de los países más ricos de África en recursos naturales, es de los mayores productores de petróleo, pero sin Estado, sin leyes y sin control, eso sirve muy poco.

Pero hay un riesgo mayor aún para todos en Nigeria. La situación de las niñas secuestradas y la incapacidad de sus gobernantes para actuar ha motivado la reacción internacional. El Consejo de Seguridad de la ONU ha hecho una advertencia a las autoridades locales de que habrá una intervención armada multinacional en caso de que ellos no puedan resolver el problema. De hecho, Estados Unidos dice estar preparado para actuar y desde todas las partes del mundo surgen ofertas para intervenir. Nadie quiere que en Nigeria y en ninguna parte del planeta surja otro Somalia. Bolivia tendrá que hacer lo propio si quiere seguir hablando de soberanía y dignidad.

viernes, 16 de mayo de 2014

Los otros "metemanos"


No volveré a hablar de Percy Fernández, aunque su “metida de mano” siga levantando polvareda. Me referiré más bien a la reacción de la periodista que fue víctima del “tacto municipal”, pues creo que ha sido lo más lamentable de todo este episodio, es decir la sumisión del ciudadano ante los abusos del poder.

Todos los días, a hombres mujeres de este país nos meten la mano y casi todos reaccionamos de la misma manera que lo hizo aquella señora, con resignación, porque pensamos que la justicia también es “manilarga” cuando se trata de vaciarnos los bolsillos y de “ojos largos” cuando se trata de clavar su espada de acuerdo a su conveniencia. ¿Queremos que sigan así las cosas? Disculpemos entonces, no denunciemos y hagamos como si nada hubiera pasado.

No puedo creer cómo todos los años, religiosamente, cientos de miles de bolivianos nos sometemos al martirio de hacer cola bajo el sol y la lluvia para cumplir con la famosa “inspección técnica” de la Policía, una metida de mano mayúscula que parece gustarnos.

Vivimos en un estado ratero lleno de trancas, peajes, papel membretado, valorados, timbres, legalizaciones, renovaciones, segunda y tercera placa y reconocimientos de firmas, un inmenso aparato que apenas sirve para darle de comer a tanto pordiosero inútil que se hace llamar funcionario, dignatario y que nos mete miedo todos los días para que respetemos su investidura.

Y lo peor de todo es que nos sentimos inteligentes y muy importantes cuando aprendemos a movernos en este mundo de metemanos, cuando pensamos que actúa a nuestro favor. En fin, ya lo dijeron tantas veces. “Tenemos los manilargas que nos merecemos”.

viernes, 9 de mayo de 2014

Otra trampa que esconde el fraude


Uno de los factores concretos que degeneró la política boliviana fue la creación de las circunscripciones uninominales que se puso en práctica por primera vez en las elecciones generales de 1997. Pese a que la intención parecía buena, el hecho es que la manera de implementar la reforma trastocó el sistema representativo y permitió el ingreso de verdaderos mercenarios de la política al Poder Legislativo. El Gobierno actual no solo quiere seguir aprovechándose de ese vicio, sino que pretende sacarle mayor ventaja aún.

Las circunscripciones uninominales se volvieron mecanismos antidemocráticos porque violan el principio fundamental de la representatividad consistente en “un ciudadano, un voto”. La manera de configurar los diferentes distritos electorales, permitió que en algunas zonas rurales, un diputado consiga ser elegido por 14 mil sufragios, mientras que un colega de la ciudad tenía que reunir cientos de miles de votos para conseguir un curul en el Congreso.

El Tribunal Supremo Electoral Plurinacional acaba de aprobar un reglamento que enfatiza en esa perversión de la democracia representativa. En la nueva delimitación de las circunscripciones uninominales, no solo elimina las diferencias entre jurisdicciones urbanas y rurales, sino que plazas importantes como la ciudad de Santa Cruz (cuándo no), pierden posibilidades de conseguir una representación en el Congreso equivalente a su población, ya que se reduce el número de escaños uninominales de siete a dos.

Esta manera de organizar el mapa electoral no solo constituye una enajenación cuantitativa, sino también cualitativa de la política. Es la mejor forma de apuntalar al caudillismo provinciano a base de prebendas. Para los oportunistas es un excelente negocio pues solo hace falta invertir cierta suma de dinero en una campaña muy bien dotada de regalos, bebida y comida, para conseguir un escaño, mientras que en los grandes conglomerados urbanos, la situación suele ser más complicada para un candidato que enfrenta un electorado mejor informado y más heterogéneo.

A partir de 1997 fue notorio y descarado el ascenso de los “recién llegados” al Congreso: nuevos ricos, abogados inescrupulosos, líderes de algunos gremios empresariales y dirigentes de corporaciones como el transporte y algunos rubros del comercio que accedían a la política para transar, cometer saqueo y cobrarse con abultados dividendos la inversión realizada en campaña. Hoy sabemos muy bien cuáles son los rubros económicos que están en auge en el país y así como alguna vez se reconoció la existencia de una bancada de “chuteros”, no vaya a ser que aparezcan también otras representaciones con evidentes nexos delictivos.

Es evidente que el oficialismo siente que el escenario político está más complicado, tal como lo expresan las encuestas y el mismo comportamiento de la opinión pública, que constantemente manifiesta su decepción con el proceso de cambio. Hay casos de abuso, de corrupción y de transgresión de las normas democráticas que han calado hondo en el electorado urbano y de clase media, que le ponen cuesta arriba el camino al MAS, que obviamente busca reeditar sus abrumadores triunfos electorales del pasado. La más reciente medida adoptada por el Tribunal Supremo Electoral no cabe duda que es un nuevo salvavidas que le lanza al Gobierno.

Educación cambalache


Los estudiantes aprenden muy rápido, eso lo conocen sobre todo los padres y los profesores, pero lamentablemente de esto muy poco entienden los políticos. De acuerdo a las nuevas leyes que rigen la educación en Bolivia, se ha vuelto prácticamente imposible el aplazo, pues a algún genio se le ocurrió inventar la autoevaluación, un mecanismo que los chicos usan muy bien para elevar su promedio, pues ni que fueran tontos para hacer lo contrario. Antes existía el famoso DPS (Desarrollo Personal y Social), que otorgaba hasta el 10 por ciento de “yapa” a los estudiantes más despiertos y aplicados. En la actualidad, esa cifra puede llegar hasta el 30 y el 50 por ciento, dependiendo del número de evaluaciones y obviamente premia a los “vivos”, más bien, a los “vivillos”, pues son ellos mismos los que se ponen la nota.  Esos mismos chicos saben que pueden hacer todo lo que quieran, incluso agredir a los profesores y sus compañeros, que no habrá poder que los expulse de la escuela, ya que tienen a mano la posibilidad de acusar a diestra y siniestra de “toda forma de discriminación”. Ese aprendizaje está plenamente instalado en los colegios del país y por eso es que ocurren hechos aberrantes como los que estamos presenciando en estos días.

jueves, 8 de mayo de 2014

De circos, payasos y gobernantes


Si quiere ganar una apuesta muy fácil, pregunte quién es el presidente de Suiza. Casi nadie lo sabe, simplemente porque Suiza no tiene presidente y es gobernado por un grupo de funcionarios absolutamente grises, aburridos y sin carisma denominados consejeros federales. Son fáciles de elegir, fáciles de cambiar, con excelentes resultados al punto que esa manera de administrar el país ha sido calificada como la “fórmula mágica”. 

Nosotros en cambio tenemos gobernantes muy famosos, por parlanchines, por folclóricos y por hacer cosas estrafalarias, al estilo Gadafi a veces o a la moda de Berlusconi en otras ocasiones. Las agencias noticias mundiales rugen cada vez que el presidente Morales pronuncia algún discurso en el que se pelea con los gringos o cuando hace comentarios sobre gastronomía, opciones sexuales o cuando larga sus chistes machistas. 

El alcalde Percy Fernández acaba de convertirse en uno de los más famosos del mundo por su manía que le impide tener las manos quietas; y hasta el diario más importante de Iberoamérica, El País de Madrid, le dedica todo un artículo. 

Un día le pregunté a alguien si le gustaría conocer Suiza. Me dijo que no, porque le daría envidia. Dijo que prefiere viajar a Haití, porque ahí se sentiría orgulloso. Es el único país de América que está peor que nosotros en casi todo. En Suiza solo sus gobernantes son tristes y aburridos, porque cuando quieren reír prefieren ir al circo y no elegir a los payasos como gobernantes. 

martes, 6 de mayo de 2014

Escuelas enfermas


Las escuelas suelen ser el reflejo exacto de lo que ocurre en la sociedad. Los niños llevan al aula todos los problemas de la familia, el barrio, la ciudad y los profesores son a veces los primeros –antes que los propios padres-, en advertir las señales de peligro y los síntomas de las enfermedades sociales que están afectando al núcleo fundamental de cualquier colectividad.

Y están ocurriendo cosas muy malas dentro de las escuelas. Hay consumo y venta de drogas; se han dado casos de estudiantes que han sido reclutados por narcotraficantes para que sean distribuidores dentro de los colegios.

Las pandillas se han apoderado de muchas escuelas. Se trata de chicos prácticamente abandonados, con sus padres tratando de sobrevivir en España o en otro sitio lejano y los chicos acá solos, con dinero en los bolsillos y con tiempo de sobra para perder e invertir en diversión desenfrenada y descontrol. Esos adolescentes pululan alrededor de los colegios, cometen actos vandálicos, robos y generan una situación de zozobra.

En los colegios está cundiendo como una plaga el bullying, una forma de acoso que combina la agresividad con la tecnología,  mezcla que degrada la dignidad del ser humano. Obviamente, la violencia es cosa de todos los días entre los estudiantes y también hacia los profesores, que a veces no se sienten respaldados ni por las autoridades, ni por los padres, que no solo desconocen lo que ocurre con sus hijos, sino que se niegan a reconocer los hechos negativos y se vuelcan en contra de los docentes o de cualquier autoridad que termina estrellado con la dura realidad que azota a la niñez y juventud.

No vamos a negar que el sistema educativo boliviano necesita ajustes y mejoras estructurales, pero antes que nada hay que atender a la familia, pues se trata del punto de partida de los problemas y por supuesto, debe ser inicio de los cambios. Las disfunciones familiares, la disgregación, el abandono y todos los conflictos que vemos en las calles y las escuelas, tienen su origen en el hogar y es inútil buscarle remedio en la escuela, cuando no existe el acompañamiento de los padres.

Recientes y muy graves acontecimientos ocurridos dentro de un colegio han demostrado que tanto la escuela, como los padres y las autoridades caminan cada uno por su lado, pese que las tres instancias deben estar más unidas que nunca en una misma misión y visión enfocadas en un solo objetivo, consistente en conseguir un mejor futuro para jóvenes que están desorientados, con los valores invertidos y a veces decididos a subvertir todos los principios de orden y autoridad.

Existen normas que se deben respetar, principios ineludibles que son válidos para todos los ciudadanos en cualquier circunstancia. Los padres deben inducir a sus hijos a respetarlas y en ningún caso ponerse del lado de la transgresión. La violación de reglas establecidas es una pésima pedagogía para los estudiantes, es la manera de decirles que sus actos reñidos con la ética y la convivencia pacífica pueden continuar y contribuir a destruir una institución básica como la educación y por supuesto, es la forma de atentar contra la familia y la sociedad organizada.

Las manos del poder


Si lo del alcalde cruceño fuera atribuible al exceso de años y a la falta de cordura, habría que encerrar a todos los viejos y maniatar a todos a quienes les falta un tornillo. El poder siempre será abusivo, “mani-larga” y obviamente su tendencia natural es a sobrepasarse. El otro día, cuando ocurrió el incidente de la Villa Primero de Mayo con una periodista de televisión, al lado de Percy Fernández se encontraba la concejal Desirée Bravo, quien alguna vez fue víctima pública del manoseo impúdico del jefe comunal. Y al momento de sobrepasarse con la reportera, todos largaron la carcajada, como lo han hecho siempre con las “ocurrencias” del alcalde. Se leen muchas quejas y críticas con este tipo de actitud en las redes sociales, pero a la hora de la verdad, la gente ríe, festeja y aplaude, como si estuviera bien. El poder no acepta límites, no los quiere y jamás admitirá que el control es necesario. Eso le corresponde a la ciudadanía, a la prensa, a los intelectuales a quienes creen y están convencidos que hay que cambiar lo que está mal. Pero mientras la gente celebre, la prensa actúe con reverencia y las propias mujeres se queden sentadas viendo cómo hacen lo mismo con otras, la mano de Percy seguirá siendo la misma.

Noticias "michis"

En Bolivia hay noticias que han perdido la capacidad de asombro y ocurre por ciertas políticas comunicativas que de a poco se van imponiendo en el país. El jueves, en la localidad fronteriza de Pisiga, el teniente de ejército Juan Carlos Anave, asignado a la Agencia Nacional de Hidrocarburos fue acribillado por contrabandistas de autos. Un colega militar, Fernando Benavides, comandante de la Segunda División de Ejército con asiento en Oruro, ha dicho que el asesinato del oficial tiene que ver con el narcotráfico, pues permanecen intactas las organizaciones que intercambian autos robados por droga en la frontera con Chile. La explicación por el silencio cómplice acerca de este incidente, tiene que ver con la filiación política de los denominados “chuteros”, las afinidades ideológicas de las comunidades que protegen estas actividades ilícitas y ciertos ayllus muy leales al régimen que se han vuelto cómplices de las mafias que se dedican al contrabando. Otra noticia que no ha tenido tanta repercusión ha sido la capitulación del Gobierno en Yapacaní, donde la dirigencia acusada de proteger a los narcos ha resultado ganadora en la pulseada por el cuartel de Umopar, que finalmente no será instalado en el lugar, para dicha de quienes trafican con coca y sus costosos derivados.