jueves, 26 de noviembre de 2015

¿Se puede derrotar al populismo?

El candidato ganador de las elecciones argentinas, Mauricio Macri, ha prometido un cambio de época, algo que suena muy pretencioso en un país que vive una era iniciada en los años 40, con el nacimiento del peronismo, cáncer del que han querido sanarse con los remedios más diversos, incluso con férreas dictaduras como la de 1976-1983.
No es por justificar, pero aquel periodo, denominado “Proceso de Reorganización Nacional” tuvo incluso el apoyo de la Unión Soviética, pues lo vieron como una oportunidad de librarse de un modelo que buscaba implantar el nazismo en América del Sur y que ha tenido la astucia de mimetizarse con todos los camuflajes posibles, sin dejar de abandonar su raíz populista y su actitud fascista.
Hoy todos recuerdan las atrocidades que cometieron los militares del “Proceso” y no terminan de perseguir a los culpables de los asesinatos, desapariciones y persecuciones. Lamentablemente nadie quiere mirar a los tiempos de horror del nacional-socialismo peronista, de la misma forma que en Bolivia suelen ignorarse los campos de concentración del “movimientismo”.
La memoria de los pueblos suele ser muy frágil y pocos tienen en cuenta que hasta el propio Daniel Scioli formó parte -con el Menemismo-, de un proceso de desarticulación del peronismo clásico, nutriéndolo con algunos conceptos liberales, objetivo que quedó trunco por la espantosa corrupción que carcomió las bases de ese proyecto político. El quiebre coincidió con la irrupción de ese mamarracho llamado Socialismo del Siglo XXI que le vino como anillo al dedo al viejo peronismo, que revivió con todas sus taras, abusos, personajes nefastos, el histrionismo que caracteriza a sus líderes, el anarcosindicalismo, el saqueo de las arcas públicas y una política paternalista que viene a ser el mejor cobijo de las sanguijuelas que no han dejado de chupar la sangre de la república en más de 70 años.
Así como lo pretende hacer hoy Macri hubo en este periodo otros intentos democráticos y con altos niveles de legitimidad como los encabezados por Arturo Frondizzi y Umberto Illía, considerados entre los mejores presidentes de la historia argentina y de los más honestos que han existido. Pero lo cierto es que ningún gobierno fuera de los regímenes peronistas ha podido culminar su mandato desde 1946 y así lo demuestran no solo los presidentes mencionados sino también otros como Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa, por mencionar los más recientes.
No es por ser pesimistas, pero el peronismo es tan ruin dentro como fuera del ejercicio del poder formal y con Macri intentarán hacer lo mismo que hicieron con otros que intentaron llevar a la Argentina por la senda del sentido común y la racionalidad que se perdió en los años 40, cuando pasó de ser potencia mundial a un país “sudaca” como cualquier otro de la región. El caso argentino es mucho peor que el boliviano. En nuestro país estamos frente al reto de no construir un modelo similar que podría consolidarse definitivamente a partir del pronunciamiento ciudadano que debe ocurrir el 21 de febrero de 2016.

Seguimos de compras

Durante los últimos diez años el presidente boliviano ha estado de gira por el mundo haciendo compras propias de un nuevo rico: aviones, teleféricos, helicópteros, satélite, armamento, plantas industriales chinas llave en mano, etc. etc. Pero últimamente las giras del primer mandatario han cambiado, pues los bolsillos ya no están tan llenos como antes. Evo Morales está buscando la forma cómo lo ayuden con cooperación para el desarrollo y con algunas inversiones, especialmente en el campo petrolero, donde “las vacas han comenzado a enflaquecer”. El problema es que nuestro presidente ya se hizo fama de ricachón y botarate y en segundo lugar los nubarrones son negros para todos y cada uno busca cómo hacer sus propios negocios. Hace poco en Alemania le vendieron un tren que nos costará una millonada y que si bien es necesario, no es la prioridad. En estos días se encontró con el autócrata ruso Vladimir Putin y lo primero que hizo fue ofrecerle la venta de armas y tecnología nuclear. Todos ofrecen cooperación pero eso es a cuenta gotas. Por ahora el que mejor cumple es nuestro jefe de estado con sus compritas.

Por qué somos tan corruptos

Saco vacío no se mantiene derecho”, decía Benjamín Franklin y es verdad. La pobreza es señalada frecuentemente como uno de las principales culpables de la corrupción, lo que no quiere decir que todos los pobres son deshonestos, de lo contrario el 70 por ciento de la población boliviana estaría bajo sospecha y el otro 30 por ciento libre de toda culpa, hecho que es inexacto. Tampoco es conveniente pensar que los bolsillos llenos nos libran de la tentación.
Bolivia tiene que luchar contra la pobreza por muchas razones. Debería ser nuestra prioridad número uno, no solo por este aspecto ético, por seguridad o por evitar que en algún momento estalle una bomba de tiempo.
En lo respectivo al combate a la corrupción hay otros aspectos que necesitan mejorarse a corto plazo, si no queremos empeorar ese cuadro de podredumbre institucionalizada que se ha podido constatar a raíz de la difusión de aquel video-soborno. Ahora le llaman “consorcios” a esos grupos que actúan perfectamente organizados y que seguramente involucran a jueces, actuarios,  fiscales,  policías y otros funcionarios del gobierno. Recordemos el caso del abogados extorsionadores que le robaron millonadas al norteamericano Ostreicher, lo metieron preso y finalmente lo obligaron a huir sin devolverle ni un solo centavo y menos hacer justicia porque todo se envolvió en un mar de burocracia.
Precisamente ese es uno de los males que se debe erradicar de la justicia y de toda la administración pública. Todo el sector público boliviano está perfectamente diseñado para el retraso de los trámites, para la traba y por consiguiente, para la coima y la lubricación de los engranajes que solo se mueven a punta de billetes. Mientras tengamos un estado hecho a imagen y semejanza de los aprovechadores, casos como ese que nos avergüenza seguirán apareciendo. Y existen, solo que no ha habido la oportunidad de grabarlos.
El otro factor que es necesario trabajar es la denominada “meritocracia”. En este mundo que parece sombrío hay seres humanos con honor y decencia; con un prestigio que cuidar, que cultivan valores y que desarrollan sus actividades con pasión y dedicación más allá de la remuneración económica. Es verdad que los funcionarios públicos, los jueces y todos los servidores deben mejorar sus ingresos, pero antes que nada, el Estado debe esforzarse por elegir a los mejores y no solo formarlos para elevar el nivel de la administración, sino conservarlos como una gran riqueza, porque de ellos dependen muchos millones, empleos, producción, agilidad en los negocios, emprendimientos, calidad en las obras públicas, etc.
El tercer elemento y tal vez el más importante es la formación ciudadana. Hoy el boliviano común y corriente piensa que el modo torcido de hacer las cosas es algo normal y como existe impunidad, también está convencido de que no se producirán consecuencias negativas de la corrupción. Pagar para sacar un papel más rápido, “colaborar” con los burócratas y violar las reglas constantemente, porque supuestamente es más barato que cumplirlas, es un razonamiento absolutamente engañoso. Lo puede comprobar no solo con aquella tarifa de nada menos que 15 mil dólares que exigía aquel juez o las “multas” que cobran hoy los policías en las calles, sino en la realidad del país, cada vez más pobre y atrasado.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Testigo en peligro

La  promesa hecha en Irlanda por el Gobierno nacional de ayudar a esclarecer la muerte del ciudadano Michael Dwyer quedó en nada y las evidencias muestran que las intenciones son absolutamente contrarias a la búsqueda de la verdad de lo sucedido la madrugada del 16 de abril de 2009. Un fiscal que responde a las órdenes del Ministerio de Gobierno y que conduce las investigaciones del Caso Rózsa, intentó este lunes suspender la declaración de un testigo considerado clave para ayudar a entender qué fue lo que ocurrió en el hotel Las Américas el día que murieron tres europeos a manos de las fuerzas de seguridad del Estado. El declarante es Luis Hernán Rossel, exgerente del establecimiento intervenido por la policía y que en su momento aseguró ante las autoridades judiciales, que por órdenes de los ejecutores del operativo fueron borrados todos los videos captados por las cámaras de seguridad del hotel. Esas cintas deberían mostrar que lo ocurrido fue nada más que un ajusticiamiento. La suspensión de la declaración de un testigo sería completamente ilegal ya que fue debidamente presentado por la defensa con la suficiente anticipación.

El que denuncia pierde

Una de las primeras mencionadas en torno al escándalo de corrupción del Fondo Indígena fue la excandidata a la gobernación de La Paz, Felipa Huanca. Las denuncias en su contra minaron sus aspiraciones de ganar y en todo caso se produjo una victoria abultada del opositor Félix Patzi. El propio presidente Morales reconoció que la corrupción fue la peor enemiga del oficialismo en las elecciones subnacionales de marzo de este año. Cuando se le pidió a Huanca que rindiera cuentas de los casi 100 mil bolivianos que recibió para un proyecto que estuvo a su cargo, mostró algunos garabatos en los que figuraban gastos en viáticos y comida en vez del detalle de lo invertido en un plan de desarrollo productivo. Uno de los que más ha aportado a la investigación de lo ocurrido en el Fondo Indígena, de donde desaparecieron más de 71 millones de bolivianos, ha sido el diputado Rafael Quispe, quien ha sido denunciado justamente por Felipa Huanca, por supuestos delitos de violencia política contra las mujeres, discriminación y acoso político. Mientras que la excandidata no ha sido ni siquiera citada a declarar, la Fiscalía ya tiene lista la imputación contra el parlamentario Quispe.

lunes, 16 de noviembre de 2015

El pelo y las mañas del TSE


Dicen que el zorro pierde el pelo pero no las mañas y es lo que pasa con el Tribunal Supremo Electoral, donde han querido dar algunas señales de cambio, con cambios de nombre, la posesión de “ilustres” y “notables”, pero no hay caso. Recientemente fueron sancionados los vocales electorales de Chuquisaca que permitieron la consolidación de uno de los casos de fraude más vergonzosos de la historia, cuyo resultado fue la reelección ilegal del gobernador Esteban Urquizu. Pese a todas las irregularidades, no se habla de revisar la legitimidad de la autoridad, pues lo mínimo que debería hacerse es destituirlo de un cargo que ejerce fuera de la ley. Sobre los vocales alejados de sus cargos, tampoco se habla de una sanción y es como si no hubiera pasado nada. Pierden la pega, pero ya el “proceso de cambio” se encargará de reubicarlos y premiarlos de alguna manera. Y volviendo a los flamantes y “lustrosos” vocales, al parecer ya se les cayó el barniz. El más reciente hecho irregular es la aparición de un material propagandístico perteneciente al Órgano Electoral en el aparece un gigantesco “SÍ” con el pretexto de una campaña para empadronar a la gente. Hay que escuchar las explicaciones tan mañosas que están dando sobre esta lamentable transgresión a la ley.

Sabuesos antiimperialistas

El “proceso de cambio” creó el viceministerio de Descolonización y hasta ahora no se sabe de ningún “colono” que haya sido señalado y en todo caso, esta repartición se ha dedicado a meterle juicio a algunos compatriotas que han expresado algunas diferencias con el régimen. Por lo menos hubiera hecho algo con los que avasallan las tierras de los indígenas del TIPNIS, entre los que hay de todo, incluso extranjeros que usan la droga como forma de colonizar hasta las neuronas. Resulta que acaba de anunciarse la creación de un comando antiimperialista en Oruro, una escuela militar que supuestamente impartirá cursos de adoctrinamiento a los soldados para luchar contra los imperialistas. Como se sabe, la primera lección será olvidar que el Che Guevara fue un invasor y pedir perdón día y noche por haberlo capturado y no haberle entregado este país al imperio soviético. A partir de ahí habrá que elegir muy bien los contenidos para no caer en contradicciones. Por ejemplo, se les tiene que aclarar muy bien a los conscriptos que no deben atacar a ninguno de los capitalistas invitados por el Gobierno a invertir en Bolivia, tampoco a las petroleras que invadan los parques nacionales ni a las fuerzas internacionales que ayuden a perpetrar hechos como El Porvenir 

Un acto de guerra

El peor ataque terrorista después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 se ha producido el viernes en París, la capital francesa. Y así como sucedió aquella vez, este episodio ha sido calificado como "un acto de guerra". Es más, connotados intelectuales, analistas y observadores creen que se trata de un evento de la Tercera Guerra Mundial que está en curso desde hace tiempo pese a que hay quienes prefieren negarlo y mirar para otro lado. Si es así, entonces no es simplemente una lucha de ciertas facciones terroristas contra las grandes potencias, como les gusta ver a los denominados "progres", que frecuentemente salen en defensa de los terroristas. Lo que está frente a nuestros ojos es un ataque a nuestra civilización y la búsqueda por imponer otro sistema de cosas en el mundo o tal vez involucionar hacia la Edad Media o peor todavía, a la antigüedad. La última vez que sucedió un hecho similar fue con la arremetida de Hitler y sus aliados que buscaban retroceder a los tiempos previos a la Revolución Francesa que impuso los ideales de la Fraternidad, Igualdad y Libertad. Aquella vez no hubo más remedio que aniquilar a los nazis.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Ser y parecer

Parecen exageradas las críticas que se le han hecho al gobierno en relación a la campaña lanzada en busca de capitales extranjeros que en realidad no es nueva, pero que ahora tiene alcances internacionales, con una gira por Nueva York y ahora un anunciado viaje a Europa con los mismos objetivos.
Muchas de las observaciones han sido apuntadas hacia la incoherencia y la folklórica paradoja de identificarse como socialista y enemigo del capitalismo y tomarse un vuelo a Nueva York para convencer de venir a Bolivia a hombres de negocios muy bien informados y con la sagacidad de los tigres.
Los capitales irían al infierno si fuera posible, porque nunca ha estado en su lista de prioridades la ética, la moral, la ideología y otras cuestiones “metafísicas” que tanta energía nos consumen, cuando en los hechos siempre procedemos por “debajito de cuerda”, traicionando los valores que propalamos de boca para afuera.
Los inversionistas suelen acudir incluso a zonas de guerra, a regiones azotadas por conflictos de todo tipo y algunas trabajan con seguridad especial por temor a ataques terroristas y guerrilleros, así que ofrecerles estabilidad política no es argumento suficiente para convencerlos. Ellos no vienen a apoyar a nadie en especial, tampoco les interesa el mar o la reelección y les da igual quien esté en el poder, mientras los dejen trabajar tranquilos, estén convencidos que hay un Estado que respeta y hace respetar la propiedad privada y que las reglas no están sujetas a vaivenes electoralistas, a caprichos populistas ni a cálculos de ninguna índole. Esa es la estabilidad que les importa.
Los capitalistas (no hablemos de los especuladores), no suelen entusiasmarse mucho con las cifras coyunturales, los periodos de bonanza y los golpes de suerte que siempre han existido, que van y vienen, aquí, en la China, Europa y en Estados Unidos. Ellos apuestan por el largo plazo, por el desarrollo de mercados que implican cambios de mentalidad, desarrollo de actitudes de consumo, mejoras tecnológicas, capacitación de recursos humanos y otros aspectos en los que el Estado puede intervenir para mejorar las condiciones tanto del empresario como del trabajador, porque inclinar la balanza hacia uno solo de los actores no es buen negocio para nadie.
Los grandes inversionistas suelen ser también muy políticos. Ellos están acostumbrados a dialogar libremente con congresistas, con ministros, con gobernantes y con líderes. Las relaciones no siempre son una “taza de leche”, pero no reaccionan bien cuando se los amenaza públicamente con quitarles sus pertenencias y echarlos del país. Ellos no hablan de izquierda ni de derecha, ni de oficialismo ni de oposición. Eso está bien para los tercermundistas que no saben cuál es el rumbo internacional. Ellos presionan sobre leyes que favorezcan los negocios, sobre temas impositivos y seguramente hoy estarían, como cualquier otro, peleando para no pagar el doble aguinaldo, porque lo considerarían absurdo. Es más, los capitalistas suelen sentirse libres de demandar judicialmente al Estado y no temen a represalias ni a jueces que tuercen las cosas.

Coincidencias y negligencias

Los diferentes delegados de la ONU suelen felicitar al gobierno nacional por los éxitos en la lucha contra el narcotráfico, pero al mirar la “letra chica” la cosa parece ser diferente. El representante en Bolivia de la Organización de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDC), Antonio De Leo, se ha quejado de la aparente falta de voluntad para combatir el lavado de dinero en el país, uno de los mecanismos más efectivos para hacerle la guerra a los narcos. Desde 1997 no se ha producido ni una sola sentencia por el delito de legitimación de ganancias ilícitas, pese a que la fiscalía está inundada de casos. El director de la Unidad de Investigaciones Financieras, Alejandro Taboada, confirmó que están en plena investigación 950 sospechas y el Ministerio Público tiene en su poder 246 expedientes debidamente fundamentados que solo tiene agilizar para dar con los culpables. Se podría argumentar que todo es producto del descuido o de la falta de recursos, pero la cosa no parece ser tan sencilla después de escuchar a la senadora Carmen Eva Gonzales, quien acusa al fiscal general del Estado, Ramiro Guerrero, de haber extinguido 21 casos de narcotráfico en el año 2010, cuando ejercía como ministro de la Corte Suprema, lo que permitió liberar a 214 sentenciados, solo por el hecho de que los documentos no habían sido ejecutoriados.