sábado, 31 de marzo de 2012

Nuestra “civilización”

Así luce un estacionamiento en cualquier edificio de Amsterdam.
Mi hija acaba de comprarse una bicicleta y está chocha. Ella no vive
en Bolivia y la verdad es que no me la imagino yendo a la universidad
en Santa Cruz en su bici fashion.

En Santa Cruz somos mucho más “civilizados”, andamos en cuatro ruedas
aunque sea “transformers” y nos gusta estacionar justo al lado de
nuestra casa u oficina, aunque eso signifique generar caos en el
tránsito. Andamos por a calle a bocinazos, parqueamos en doble fila,
insultamos a los micreros y nos volvemos cómplices de la corrupción
policial. A eso le llamamos “vida moderna y agitada”.

Nos hemos vuelto tan sofisticados, que hasta copiamos la moda de
comprar esos monstruos con motores “ocho en ve” que usamos para ir a
dejar a los chicos al colegio. Hay que ver los atolladeros que se
forman cada mañana temprano. Y pensar que los gringos opas, teniendo
tanta plata, no se dan ese lujo y mandan a sus hijos en los famosos
colectivos amarillos.

Nueva York es una ciudad civilizada en serio. Tiene más teatros per
cápita que cualquier capital del mundo y museos ni se diga. Muy pocos
neoyorquinos tienen auto. La mayoría anda en tren o en bus. Lo mismo
ocurre con los londinenses y sus hermosos troles de dos pisos, que por
cierto, han retornado a las calles. En grandes ciudades como esas, la
gente camina cinco a diez kilómetros por día en promedio y si hablamos
de la tuti de la civilización, es decir, Suecia, Holanda o Dinamarca,
allá es puro bici. Hay que ver a esas gringos de dos metros, hombres y
mujeres, jóvenes y viejos, dándole al pedaleo.

Ojala que a mi hija se atreva a seguir siendo civilizada, mucho más
que yo por lo menos. Ojala que un día entendamos, sin pasar por las
terribles experiencias de los europeos, que la civilización bien
entendida, pasa por otro lado.

Basta de manoseo

Nadie se puede rasgar las vestiduras por el toqueteo de las asentaderas de una dama, cuando  la supuesta ofendida es la primera en reírse de la salvajada y las otras señoras y caballeros que miran también lo celebran. Obviamente el gesto es digno del mayor rechazo popular, pero lo que resulta intolerable es que la política municipal siga siendo sometida al manoseo de todas las instancias, desde la señora que tuvo que soportar las incontinencias del alcalde, los concejales que pelean sin disimulo sus cuotas de poder dentro del Municipio y por supuesto, las falsas locuras de Percy Fernández, a quien le siguen dando buenos resultados sus obras teatrales para tapar los enredos en los que se encuentra la Alcaldía, con el MAS atacando por todos los flancos para incrementar su peso político (pegas) dentro de la comuna cruceña. Lo ocurrido en el coliseo de la Villa Primero de Mayo muestra de cuerpo entero el bajo nivel del conflicto municipal, los bajos instintos que allí están en juego, el descaro con el que se actúa frente a los vecinos y, lo más lamentable, las cosas que algunos políticos están dispuestos a hacer y soportar con tal de mantenerse en el poder.

La necesidad de partidos políticos

Las insistentes señales que reflejan la profunda crisis interna que enfrenta el oficialismo, que llegó al poder a través de un “instrumento” que no llegó a consolidarse como partido político, vuelven a poner en el tapete el debate público que debe ser encarado, sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos idóneos de intermediación política en Bolivia.

Este tema es de interés de todos y de urgencia para el Gobierno, ante el acelerado debilitamiento que enfrenta, con serios perjuicios para la figura del caudillo, que parecía “blindada” hace un par de años. Resultan obvias las dificultades del “proceso de cambio” al intentar estructurar un gran proyecto político sobre los hombros de un andamiaje partidario disperso, sin disciplina, carente de doctrina y sin el sustento ideológico imprescindible para respaldar sus acciones.

El conglomerado de movimientos sociales, cada uno con su visión particular del país, con sus exigencias y con todas las intenciones de sacar provecho del poder, han terminado por desvalorizar el espíritu del cambio que se gestó luego del deterioro de la “democracia pactada” vigente hasta el 2005.

El presidente Morales ha expresado en varias ocasiones que se siente chantajeado por el “anarcosindicalismo” reinante y prueba de ello es que durante su mandato se ha batido el récord histórico de conflictos, por encima de los fatídicos años de la UDP. La amenaza de detener y procesar a los que promuevan bloqueos, además del anuncio de depuración de los militantes del MAS son el reflejo de este agotamiento que está a un paso del quebranto final. Si el primer mandatario ha pedido el retorno de importantes figuras políticas de su Gobierno que pasaron a las filas de la disidencia, es porque se ha quedado sin el aporte teórico, sin el debate interno y sin el valor que tiene la militancia basada en principios y no en prebendas, como sucede con los cocaleros y muchos otros sectores que solo causan desprestigio.

Un Gobierno que está a merced de sectores que no hacen más que exigir bonos, que bloquean para no pagar impuestos y demandar el ingreso de autos chutos y que se muestran insaciables con sus exigencias, no puede tener otro destino diferente al que tuvo precisamente la administración conducida por Hernán Siles Zuazo.

Desde el punto de vista de la oposición, la ausencia de partidos políticos estructurados con solidez institucional e ideológica también le ha pasado factura a la política boliviana, que ha pasado de los pactos y coaliciones, a la inconsistencia de las agrupaciones ciudadanas y “juntuchas” efímeras y ocasionales que no han hecho más que desnaturalizar la verdadera finalidad de la participación ciudadana en los asuntos públicos.

Tanto el MAS como los diferentes actores de la sociedad civil, necesitan llegar a la conclusión de que sin partidos políticos, en el clásico sentido de la palabra, no es posible avanzar en el debate y la búsqueda de una visión coherente sobre el futuro de Bolivia. El MAS todavía tiene una agenda pendiente para poner en marcha. La gran mayoría manifestó su apoyo por esa opción, sin embargo, muchas cosas han fallado en la ejecución justamente por la carencia de la maquinaria idónea.

jueves, 29 de marzo de 2012

El Papa y Fidel

Durante varios días, el líder cubano Fidel Castro y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, estuvieron insistiendo en ver al Papa Benedicto XVI y al final se les cumplió el deseo, pese a que no hay registro del encuentro papal con el mandatario bolivariano, cuyas estadías en La Habana se han multiplicado por motivos de salud. El encuentro entre el veterano revolucionario cubano y Benedicto XVI es como para ser anotado en los libros de los récords. Fidel Castro, en cuyo mandato vio recorrer a cinco pontífices católicos y 11 presidentes norteamericanos, ha sido visitado su propia isla por dos papas en menos de 15 años, aunque esta vez ejerciendo el poder detrás del trono de su hermano Raúl. Benedicto XVI, que viene de suceder a Juan Pablo II, el Papa que más récords ha batido en la historia, podría comenzar a anotar su propia lista de marcas mundiales. Muchos creen que pasará a la historia como el sacerdote que le administró el sacramento de la extremaunción a dos mandatarios en un mismo día. Eso está por verse pues Fidel Castro es el líder que más intentos de asesinato ha enfrentado y ahí lo tienen, con ganas de reunirse con el siguiente Papa y de ver al sucesor de Obama.

De la crisis al bochorno

La crisis política dentro del Gobierno Municipal de Santa Cruz no solo tiende a prolongarse, sino también a subir de tono y degradarse hasta límites bochornosos. El conflicto que mantiene enfrentados al alcalde Percy Fernández con seis miembros del Concejo de su propia agrupación ciudadana ha comenzado a transitar por extremos inverosímiles dentro de la política local y nacional. Compararlo con un espectáculo circense es muy poco para graficar lo que está sucediendo.

El Municipio de Santa Cruz es el más grande del país, el que más recursos maneja y por supuesto, es el que requiere mayor dinamismo para encarar una infinidad de obras y servicios que tienen años de retraso. La Alcaldía no puede darse el lujo de quedar paralizada por dos semanas por un incidente judicial de la presidente del Concejo, suspendida por un hecho de tintes novelescos.

Sería nefasto que la comuna cruceña ingrese en el mismo proceso de inestabilidad municipal que ha estado afectando a decenas de otros distritos, donde los conflictos políticos no solo han ocasionado violencia y muerte, sino que han entorpecido el desenvolvimiento de las políticas municipales que cobraron fuerza hace un par de décadas. La ciudadanía no tiene claro qué es lo que está sucediendo dentro de la Alcaldía y no solo se merece las explicaciones del caso, sino que es un insulto público tener que soportar la conducta infantil de autoridades que supuestamente han sido elegidas para administrar la ciudad, solucionar problemas serios como vialidad, saneamiento, salud y educación que siempre enfrentan déficits de atención. Los insultos, las llamadas a escondidas, las trampas y triquiñuelas que hemos estado contemplando azorados durante los últimos días quedan demás en una ciudad que dejó de ser pueblo hace mucho tiempo y que necesita de autoridades que estén a la altura de una metrópoli.

Lamentablemente, todos los factores están conspirando para que la Alcaldía sea hoy una “olla de grillos”. Al enfrentamiento entre el alcalde y los concejales que supuestamente son oficialistas, se suma la suspensión de la presidente, quien ha movilizado a su militancia hasta el Concejo para tratar de cambiar algo que, al parecer, no está en las manos del Municipio, ni del Ejecutivo y tampoco del Órgano deliberante. Justo ahí aparece el papel disociador del MAS que no hace más que echarle leña al fuego. En medio de todo, aparecen graves denuncias de corrupción, de nepotismo y otros hechos irregulares que es necesario aclarar cuanto antes.

De los pies a la cabeza, el municipio necesita ponerse en sintonía con los desafíos que debe encarar. La politiquería, el clientelismo y otros males de la administración pública son aspectos que hay que desterrar, porque son precisamente los que han deteriorado el avance de la democracia en Bolivia y han conspirado contra la prosperidad de muchas generaciones. Con todos los recursos financieros y humanos que tiene a disposición, con el clima social que es de los más favorables del país, el municipio cruceño está llamado a ser modelo de gestión, pero antes que eso, hay que dar un paso adelante en el fortalecimiento de liderazgos orientados hacia el bien común y la modernización de la ciudad.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Estado ¿para cuándo?

Desde hace seis años el Gobierno viene insistiendo que en muchas zonas del país hay “ausencia de Estado”. Hay territorios, como se sabe, que hace mucho ejercen el papel de “protectorados oficiales” del contrabando y hasta el propio vicepresidente admitió que había que tenerles paciencia, porque “no tienen otra cosa de qué vivir”, dijo un ministro. No hace falta meterse al monte o internarse entre las montañas recónditas para toparse con reductos del contrabando, el narcotráfico y los autos chutos como Desaguadero, Pisiga, San Matías, el Chapare, etc, etc. Habría que reconocer que los diagnósticos no hacen Estado y de tanto hablar tampoco se solucionan los problemas. Lo mismo se está diciendo hoy del Tipnis, donde según dice Álvaro García Linera, está infectado de narcos y piratas madereros. Ver el problema y no actuar puede ser cuando menos, señal de ineptitud y cuando mucho, complicidad. A no ser que se esté usando esa cantaleta, que no es nueva, para desacreditar a los indígenas de las tierras bajas que preparan la octava marcha en rechazo a la construcción de la carretera que partirá en dos el Parque Isiboro Sécure.

Militares en el MAS

Ha resultado altamente disonante para la ciudadanía la imagen de los miembros del Alto Mando Militar de Bolivia con guirnaldas en el pecho, mientras hacían el saludo castrense ante la militancia del partido en funciones de Gobierno, durante el octavo congreso del MAS celebrado el fin de semana en Cochabamba.

La presencia de los militares en ese mitin partidario, ya sea por invitación, por voluntad propia y mucho peor, si ha sido bajo presión del Órgano Ejecutivo, viola de forma flagrante la Constitución Política del Estado y merece el rechazo de la población, no solo por la contravención a las normas vigentes, sino porque ese acto constituye una afrenta a los valores democráticos y a la memoria histórica del pueblo boliviano que todavía conserva el mal recuerdo de la intervención de los militares en la política.

Nadie debe confundirse. Algunos miembros del MAS han dicho que los integrantes de las Fuerzas Armadas tienen el derecho de participar en un evento partidario de esas características, abierto a diferentes sectores sociales. Es absurdo equiparar a una institución que se debe a la Constitución y cuyo objetivo fundamental es proteger la soberanía nacional, con un sindicato o un movimiento ideológico, cuyas preferencias e inclinaciones pueden ser efímeras, cambiantes y no siempre bien intencionadas. No cabe duda que los altos jefes castrenses han incurrido en un acto de irresponsabilidad sin precedentes al prestarse a semejante vejamen de una entidad que merece el respeto de todos.

Es inadmisible que el MAS incurra en un acto de incoherencia tan grande, luego de haberle concedido la máxima condecoración nacional a la luchadora de la democracia, Domitila Chungara, recientemente fallecida. El Gobierno actual, aunque le pese, es el fruto de un largo proceso de reconquista de la democracia que estuvo durante mucho tiempo encerrada en los cuarteles y su deber es protegerla de las amenazas que siempre suelen venir por el lado de quienes tienen siempre la idea latente de que la “mano dura” es la respuesta para el país. Aunque con algunos tropiezos, Bolivia está por cumplir 30 años de vigencia ininterrumpida del sistema democrático y resulta lamentable que alguien trate de tirar por la borda este logro tan importante.

Desde el punto de vista estratégico, el MAS también incurre en un error cuando busca fortalecer su proyecto político con un esquema militarista, receta que ya se empleó en Bolivia con nefastas consecuencias. El camino del Gobierno debe insistir necesariamente en la institucionalización del país, en el fortalecimiento de los patrones de conducta políticos y ciudadanos y en el trabajo arduo sobre los problemas estructurales del país, antes que en tejer alianzas con los cuarteles, que siempre han sido insuficientes para contener el malestar social que se incrementa día a día, precisamente porque el Gobierno no ha realizado la tarea que le compete en atender las demandas de las grandes mayorías.

La misión de las Fuerzas Armadas es una sola y debe seguir siendo la misma, aunque a los civiles nos tenga que tomar mucho esfuerzo y tiempo organizarnos para atender el bien común. Es muy riesgoso sacar a los militares de los cuarteles ya sea para seguridad ciudadana, para luchar contra el narcotráfico y peor aún, si es para levantar el puño y jurarle lealtad a un partido político. La historia dice que cuando los militares salen de sus cuarteles, luego no quieren retornar y lamentablemente son muy conocidas las consecuencias que esto le ha acarreado a la humanidad.

martes, 27 de marzo de 2012

Militares militantes

El mundo tiembla cada vez que los militares deciden incursionar en la política. Muy pocas veces se ha visto a los uniformados tomando las banderas de algún partido, pero las consecuencias han sido nefastas para la humanidad. El partido Nazi, por ejemplo, estaba conformado por las fuerzas armadas alemanas, que tomaron el liderazgo político del país durante casi dos décadas, periodo en el que desataron una guerra mundial y ocasionaron la muerte de al menos 100 millones de personas en los cinco continentes. La otra experiencia oscura se encuentra  en el estalinismo soviético que reclutó al ejército para poner en marcha un régimen de terror que acabó con más de 60 millones de vidas humanas. Para qué vamos a hablar de las dictaduras militares y otros procesos políticos que no han dejado más que estelas de muerte y violencia. Por eso es que no debería ser tomada tan a la ligera la presencia del Alto Mando Militar boliviano, cuadrándose como militantes del partido, en el octavo congreso del MAS celebrado el pasado fin de semana en Cochabamba. Eso es más grave de lo que aparenta y sus consecuencias podrían ser nefastas para el país y la democracia.

La misión del Papa en Cuba y México

De aquí a unos años, tal vez muchos recuerden al papa Benedicto XVI como uno de los que le dio el último empujoncito al régimen comunista de los hermanos Castro en Cuba. Algunos ya mencionan la palabra extremaunción. Lo mismo dijeron de Juan Pablo II, a quien le atribuyen un rol fundamental en el desmoronamiento del socialismo en Europa del Este. Lo que nadie dice es que la oportuna intervención papal en el proceso que condujo al derrumbe del comunismo en Europa (un hecho inevitable) salvó a la región de un atroz derramamiento de sangre que se anticipaba con la caída del Muro de Berlín.

La visita de Juan Pablo II a Cuba en 1998 también tuvo un propósito humanitario, justo cuando la isla comenzaba a quedarse sin el respaldo político y económico de la desplomada Unión Soviética. En aquella ocasión, el sumo pontífice pidió que “Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba”, un mensaje destinado a aquellos que relamían por precipitar el giro cubano que hubiera desencadenado la violencia. Al mismo tiempo, les dijo a los dictadores que debían avanzar hacia la democracia, cosa que no ocurrió en estos 14 años, pese a que todos cumplieron su parte de mostrarse tolerantes con el castrismo.

El mensaje de Benedicto XVI ha sido mucho más claro esta vez en relación a Cuba, donde ha afirmado que el comunismo ya no le sirve al país y que la Iglesia ni nadie pueden tolerar un régimen que restrinja tanto la libertad. Ese puede ser considerado un discurso de alto contenido político e ideológico si es que se descuida el contexto. La Iglesia Católica cubana ha estado haciendo grandes esfuerzos por conseguir que la dictadura castrista afloje el torniquete de la represión y la persecución. Luego de la muerte del activista Orlando Zapata, en febrero de 2010, el papel de los obispos fue clave para la liberación de numerosos presos políticos, hecho que descomprimió una crisis que amenazaba con salirse de control, extremo indeseable para todos, incluso para Estados Unidos, porque la cercanía con la isla lo convertiría inmediatamente en el principal perjudicado de una virtual explosión social.

El objetivo del Papa y de todos, por supuesto, es que se termine la dictadura, pero que su final no signifique el inicio de un periodo sangriento de revanchas y ajustes de cuentas. La Iglesia ha estado trabajando intensamente en la reconciliación del pueblo cubano y es ese proceso justamente, el que viene a apoyar Benedicto XVI con su visita pastoral a la isla.

En México  la misión de Benedicto XVI es muy parecida. Se trata de darle aliento al Estado y a la población -la segunda más importante del catolicismo en el mundo-, en su lucha contra los narcotraficantes que amenazan con apoderarse del país y que han causado ya cientos de miles de muertes en la última década. Ha sido un gesto de valentía del pontífice, justo cuando surgen críticas a la guerra mundial contra las drogas y cuando hay quienes sugieren que la mejor salida sería claudicar y legalizar el tráfico y consumo de estupefacientes.

En ambos casos, el papa Benedicto XVI hace una apuesta por la vida y por la libertad. Tanto en México como en Cuba, la Iglesia procura que la fe sea la opción válida para restaurar la sociedad. Desde el punto de vista pastoral, ha lanzado un fuerte desafío a los católicos, que representan la mayoría de la población, a convertirse en actores fundamentales de la pacificación y la búsqueda de nuevos caminos que desechen la violencia y la confrontación.

lunes, 26 de marzo de 2012

Malos vecinos

El discurso boliviano en relación a Chile ha vuelto a subir de tono y ha disparado en el lado que más les duele a los chilenos, a quienes los ha calificado como “malos vecinos”. A Chile le molesta ese calificativo –que no es nuevo-, porque no solo se lo han repetido  en Bolivia, sino también en Perú y Argentina, países limítrofes con los que mantiene conflictos fronterizos, originados en una angurria por la expansión territorial. Esos antecedentes le han impedido a Chile asumir mejores posiciones en el contexto internacional y conspiran contra sus intenciones de convertirse en la plataforma diplomática y económica de América Latina frente al mundo. En Chile el discurso es otro. Ellos, que mantienen tratados de libre comercio con las grandes potencias y que han alcanzado mejores niveles de desarrollo que el resto del continente, dicen ser el “buen vecino en un mal vecindario”, cosa que tampoco es equivocado. Chile es prácticamente un oasis en medio de la eterna inestabilidad política y social de la región y eso le ha permitido contener las críticas y los ataques de quienes dicen ser sus víctimas. La moraleja es que mientras el vecindario siga en desorden, el “mal vecino” siempre se saldrá con la suya.

domingo, 25 de marzo de 2012

El Papa en México y Cuba

Los viajes de los Papas siempre tienen un propósito que va más allá
de la labor evangelizadora y pastoral. Juan Pablo II vino en 1987 a
Bolivia y a otros países del Cono Sur a homenajear y alentar el
naciente proceso democrático en la región; antes había venido para
evitar una guerra entre Argentina y Chile. Benedicto XVI, con su viaje
a Turquía, uno de los primeros de su pontificado, ha sido el primer
líder mundial en tender puentes entre occidente y el mundo musulmán
luego de los ataques del 11 de septiembre que desencadenaron la
polémica guerra contra el terrorismo, que ha abierto muchas más
heridas de las que habían. Joseph Ratzinger está en México para darle
su apoyo al pueblo y al Estado en la lucha contra los
narcotraficantes, cuando hay muchos que piensan que se debería
claudicar y legalizar las drogas. Luego se trasladará a Cuba, donde su
misión es ayudar a contener la explosión social que podría acarrear la
caída final de la dictadura comunista. El castrismo anda implorando
que la gente vaya a misa y calme sus ánimos, porque sospecha lo que le
espera cuando ya no sean los dueños del poder. Una próxima visita
papal a Bolivia no está prevista y el contexto en el que se daría una
gira por nuestro país es imprevisible.

La eterna tragedia boliviana

Acabamos de vivir otra semana llena de los malos recuerdos que rodean a la pérdida del acceso soberano al Océano Pacífico. Bolivia debe ser el único país del mundo que conmemora con tanta pompa una derrota militar que se ha constituido en la mayor excusa nacional, que nos ayuda a justificar nuestro atraso y nuestra mediterraneidad mental. Vuelven las historias mal contadas, los intentos fallidos de gobernantes que jamás tomaron en serio el Estado boliviano, que incluye en primer lugar a su población y en segunda instancia, como una materia indisoluble, a su territorio.

Perdimos el mar porque a los gobernantes bolivianos jamás les ha interesado el país como un todo y apenas se han preocupado por mantener el poder que heredaron de los españoles para seguir despojándolo de la misma forma que lo hicieron los conquistadores. El litoral fue arrebatado por el invasor, mal defendido por los mandamases de turno y entregado en bandeja por los herederos de ese poder, que acordaron un trueque motivado únicamente por los intereses de un grupo,  que terminó condenando a Bolivia para siempre.

Lo mismo ha pasado con toda una serie de tragedias bolivianas. El Acre, ese lejano y rico territorio ignorado por el Estado -como sigue ocurriendo hoy con muchas otras zonas-, fue arrebatado con la misma facilidad y poca resistencia que había sucedido en el Pacífico. El Ejército, ausente, ocupado en las tareas de protección al poder, dejó todo prácticamente en manos de civiles y comerciantes del lugar, que poco pudieron hacer para evitar una nueva mutilación territorial, tal como había sucedido en Calama años atrás.

La Guerra del Chaco fue otra vergüenza mundial. Dos estados subordinados a los intereses de empresas petroleras que pelean sus intereses, mientras que Bolivia y Paraguay son los que ponen los muertos. Ha sido tal el divorcio de las élites gobernantes con los verdaderos beneficios del país que, no hizo falta la guerra para que Bolivia se vea obligado a ceder el Mato Grosso a nuestros vecinos.

¿Qué cambió desde esos tiempos? Casi nada, las élites, ya sea militares, intelectuales o empresariales, en dictadura o en democracia, jamás vieron en Bolivia un proyecto de país integral, inclusivo y con visión de futuro. De todas las reivindicaciones, la demanda marítima ha sido la más repetitiva, pero aun así, los gobernantes la han usado vergonzosamente para atizar políticamente a la población en momentos críticos para sus intereses. Ni siquiera los movimientos nacionalistas, como el actual, se han podido zafar de esa tentación, mientras que nuestros vecinos, a quienes el presidente Morales acaba de llamarlos “malos vecinos”, han mantenido siempre su consistencia como nación.

¿Puede cambiar? En teoría estamos viviendo un proceso de cambio, pero es muy poco esperanzador en aras de conseguir que Bolivia se encamine hacia un horizonte común que sea capaz al menos de unificar a todos los habitantes en pos de un objetivo de prosperidad. Las evidencias, indican en cambio, que así como las élites del pasado rifaron el destino del país y propiciaron su mutilación por apropiarse de las riquezas naturales, especialmente los minerales y el petróleo, hoy podría pasar lo mismo con la coca. Ese producto no solo podría conducirnos a una nueva guerra, sino a la pérdida de la soberanía a manos de las élites que controlan el mercado mundial de las drogas.

sábado, 24 de marzo de 2012

Verso y reverso

La avalancha de críticas hacia la actitud del Gobierno con los indígenas del Tipnis y la contundente respuesta de las comunidades en rechazo a la consulta impulsada por las autoridades, ha provocado algunas reacciones imprevistas en el oficialismo, cuyos operadores han comenzado a ofrecer diálogo, además de la posibilidad de estudiar una ruta alternativa para la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos. Después de las observaciones de la ONU, de las críticas de la Iglesia y sobre todo, tras advertir que existe una posición firme de los pueblos originarios del Tipnis, también se ha hablado de construir una carretera “ecológica”, algo que nadie entiende, porque los cuestionamientos hacia la autopista no vienen solo por la obra en sí misma, sino sus consecuencias, es decir, porque servirá de puerta de entrada para la invasión cocalera a los territorios que hoy están protegidos por las leyes y la Constitución. De todas formas, mientras que algunas intervenciones del Gobierno llaman al entusiasmo por el retorno del diálogo sobre un conflicto que promete ponerse muy álgido, por otro lado surge nuevamente el fantasma del engaño y la manipulación. El ministro de Obras Públicas ha anunciado que 14 comunidades del Conisur, que se encuentran fuera del Tipnis, también serán tomadas en cuenta en el proceso de consulta.

viernes, 23 de marzo de 2012

Al estilo Hollywood

El Ministerio de Culturas del Estado Plurinacional, cuya principal misión es la descolonización de Bolivia, ha preparado un evento al estilo Hollywood para conmemorar la mutilación territorial del país en 1879, con la Guerra del Pacífico. El evento tendrá muchos de los detalles de una entrega de los premios Óscar: alfombra roja, artistas, modelos de pasarela y el escenario será el centro de eventos de Sonilum, donde se desarrolla la mayoría de los recitales de música popular y otros eventos de la farándula nacional e internacional. En ese lugar se entregarán por primera vez los premios Abaroa, destinados a la trayectoria de artistas e intelectuales del país. Los elegidos por el departamento de Santa Cruz para recibir el galardón han sido Ximena Vargas, Miss Bolivia Internacional 2009 y Olivia Pinheiro, Miss Bolivia 2011. De acuerdo a la fundamentación del premio Abaroa, se reconoce “a bolivianos que han contribuido al desarrollo de las artes, la investigación y el civismo patriótico”. Algo habrá tenido que suceder para que entre los cruceños no vean otra cosa más que reinas de belleza. En fin, el evento contará con la participación del presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, y el vicepresidente, Álvaro García Linera.

Guerra a los bloqueos

En principio a muchos les sonará bien la amenaza del Gobierno de procesar y encarcelar a los bloqueadores de caminos. Es verdad que en Bolivia el derecho a la protesta ha sido bastardeado hasta convertirlo en un factor que conspira contra el desarrollo del país, con fuerte incidencia en el nivel de crecimiento del PIB, lo que en términos reales significa más pobreza, más desempleo, menos producción y pérdida de mercados.

En Bolivia se bloquea por todo, se bloquea todos los días y los bloqueos pueden durar una semana o más, como lo demuestran medidas de protesta recientes, que han batido récords históricos, cuando se pensaba que la llegada del MAS al poder, cuyo ascenso político se produjo en base a bloqueos, iba a ayudar a menguar este drama nacional.

Los protagonistas de los bloqueos son cada vez más diversos y no es necesario un argumento legal o cuando menos honorable para lanzarse a interrumpir el tránsito. Brotan como hongos los “nuevos sectores sociales” que quieren aprovechar el repunte de la informalidad y la ilegalidad en el país, alentados precisamente por el Estado Plurinacional, que en su larga lista de clientes políticos ha sumado a “chuteros” y otras ramas que exigen su parte del populismo prebendario que hizo pensar a muchos que gobernar es una suerte de té piñata, donde todos tienen el derecho a golpear para que salten los regalos.

En Bolivia se bloquea, se protesta y se deja de producir, porque la mayoría vive esperanzado en partir de la torta del rentismo o cuando menos tener una mayor cuota de protagonismo en el reparto de los ingresos. Se trata de una eterna puja distributiva que se ahonda cada vez más en la medida en que Bolivia profundiza la primarización de su economía, renunciando a la diversificación, a la competitividad, al emprendedurismo y la productividad, fenómenos que han sacado a países vecinos del atraso que parece tenernos condenados para siempre a los bolivianos.

Si el Gobierno, este o el que venga después, quiere acabar con los bloqueos, debe comenzar por trabajar en la mentalidad de los bolivianos y por supuesto, los políticos tienen que asumir otra conducta, alejada del clientelismo, el peguismo y la prebenda, enfermedades crónicas de nuestra realidad. Tal vez habría que comenzar por casa y terminar así con las quejas presidenciales que apuntan sobre la incesante angurria de los militantes de su propio partido.

Ojalá que la lucha contra los bloqueos sea integral  y que abarque también los bloqueos mentales que hace pensar a muchos que la culpa de nuestra desgracia siempre está en los demás, en los extranjeros y en los opresores que dejaron de existir hace doscientos años. Seguramente habrá que tomar en cuenta los bloqueos culturales, aquellos que desprecian la importancia de las normas, las instituciones y el principio de autoridad. Sería justamente el MAS el mejor indicado para comenzar a trabajar en este sentido, pues de esta forma estaría demostrándole a todos que aquellos métodos que usó el oficialismo para escalar políticamente pueden convertirse en su propia ruina y la del país, obviamente.

Lamentablemente hay pocas esperanzas de que se pueda iniciar una guerra real contra los bloqueos. La arremetida gubernamental más parece dirigida a fortalecer sus mecanismos de persecución y represión de los opositores. Así lo indica un reciente proceso iniciado contra varios diputados que hicieron denuncias contra el Gobierno en Paraguay. En Bolivia no solo estará prohibido que los opositores marchen y bloqueen, ahora también es mal que lo denuncien.

jueves, 22 de marzo de 2012

A la cola

Todos los días paso por el edificio que la Gobernación de Santa Cruz le regaló sin mayores pataleos al Gobierno central (la raquítica autonomía alimentando al centralismo epulón) y veo allí desde muy temprano, a decenas de jóvenes haciendo cola para tramitar su título de bachiller. Cientos de horas perdidas, cerebros adormecidos y energía derrochada en la agobiante y cleptómana burocracia boliviana.

El pretexto para reclamar el edificio fue facilitarle la vida a los estudiantes y profesores, pero al final, apenas le han ahorrado un viaje en micro al Plan Tres Mil, porque las colas siguen en las mismas. En todo este tiempo, a ninguno de los grandes cerebros que manejan la educación boliviana se le ocurrió modernizar las cosas e implementar, por ejemplo, un sistema de trámites a través de internet, como lo hace la Aduana con los “chuteros” con grandes ventajas. ¿O es que la educación es menos que el contrabando de autos?

En plena era de la información y la tecnología, que se ha hecho para acortar distancias y reducir tiempos, se ven colas por todos lados en este país y cada vez aumentan. El Segip prometió cambiar la historia de los trámites del carnet de identidad y estamos en las mismas y ni les cuento la tragedia de las licencias de conducir porque es de terror. Un turista brasileño o argentino que intente ingresar con su automóvil al territorio boliviano deberá esperar hasta dos días en la frontera, mientras que el trajín inverso sólo toma dos horas. 

Las colas expresan mejor que ningún otro fenómeno el atraso del país, su bajo nivel de productividad y la ausencia del principio de competitividad. No nos extrañemos que mientras más colas existan, Bolivia seguirá estando en la cola en todos los ránkings internacionales.

La reacción de la ONU

El papel de algunos organismos internacionales en el “proceso de cambio” boliviano ha sido criticado en varias ocasiones. No son pocas las quejas que se han mencionado y razones no han faltado. La Comisión Internacional de Derechos Humanos de la OEA no hay dicho esta boca es mía en relación a las constantes denuncias de persecución política y violación al estado de derecho; en una ocasión los observadores de la OEA dijeron que algunas formas de fraude electoral evidenciadas en Bolivia en los últimos años, eran parte del acervo cultural ancestral y cuando se produjo la paliza a los indígenas en Yucumo, la reacción de la ONU fue tan tibia como tardía. Las cosas parecen estar cambiando últimamente y es posible que sea más por pudor que por otra cosa. La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos Navi Pillay, ha criticado con cinco meses de atraso, la elección de los jueces posesionados por el Estado Plurinacional pese a que los votos nulos y blancos resultaron mayoritarios. La críticas, secundadas por el polémico representante de la ONU en Bolivia, Denis Racicot, se produjo días después de las afirmaciones del magistrado Gualberto Cusi, quien admitió que usa la coca en lugar de las leyes para determinar sus fallos. Hubiera sido vergonzoso para la ONU validar semejante cosa.

Plan de Vivienda bajo sospecha

El Gobierno ha comenzado a admitir algunos detalles de lo que a primeras luces parece ser un mayúsculo escándalo de corrupción y malos manejos relacionado con el Programa de Vivienda Social (PVS).

Luego de una inspección realizada por una comisión parlamentaria, el Viceministerio de Vivienda se ha visto obligado a reconocer un monto de alrededor de 25 millones de bolivianos que está en manos de 16 empresas constructoras que han incumplido sus contratos, lo que en términos concretos significa la paralización de las obras en alrededor de tres mil unidades habitacionales.

El propio viceministro de Vivienda, Bony Morales, reconoce el desorden en los contratos. Hay empresas que han recibido adelantos en dinero de hasta el 20 por ciento del total y “no hay puesto un ladrillo”. Hace unos días en Cochabamba, un empresario de la construcción reconocía que el Gobierno ha estado haciendo tratos de palabra por montos millonarios.

La mayoría de las anomalías están relacionadas al periodo 2006 y 2009. Hay que recordar el escándalo que se destapó a raíz de la demolición de decenas de viviendas cerca del Municipio de Warnes. En esa ocasión, se inició un proceso contra una entidad financiera con fuertes vínculos con autoridades nacionales, pero al final todo quedó en papeleos. Tal como lo denuncia la comisión del Órgano Legislativo, las irregularidades se han mantenido en lo posterior al 2010.

El diputado que inició las denuncias acerca del PVS, Jaime Navarro, ha sido amenazado con proceso judicial por sus investigaciones. Según indica el parlamentario, no son 16 como indica el viceministerio, sino 40 las empresas que han dejado inconclusas las viviendas por diferentes razones, entre ellas por la falta de pago del PVS y sobre todo, por las irregularidades que se han presentado.

En sus aseveraciones, Navarro también discrepa con la versión gubernamental y afirma que son en realidad más de 100 millones de bolivianos los que se han invertido en casas que han quedado abandonadas, dinero que prácticamente es irrecuperable. El diputado ha puesto en duda todo el programa de vivienda gubernamental al que califica como una gran estafa a la población. En programas de televisión y de radio ha mencionado montos escandalosos que se han dilapidado y también indica que a la gente humilde, a la que se ha estado dirigiendo estos planes habitaciones le han estado vendiendo a precios exorbitantes, similares a los que se paga por un departamento en una de las zonas residenciales de La Paz.

La vivienda es un derecho fundamental consagrado en la Constitución Política del Estado. El Gobierno ha estado difundiendo un supuesto cambio de dirección en el manejo de los programas habitacionales y sobre todo la intensificación del trabajo destina a paliar el grave déficit histórico que arrastra el país en esta materia. Sin sacar conclusiones finales, porque se trata de una denuncia, cuyo contenido ha sido admitido en forma parcial, existe la obligación de las autoridades de investigar y esclarecer este hecho. No es suficiente con tratar de acallar a un parlamentario que tiene el deber de fiscalizar, sino de acudir a las instancias legales y políticas que determinen qué es lo que ha ocurrido dentro del PVS en los últimos años. Los indicios de corrupción y malos manejos son demasiado fuertes para ignorarlos.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Un golpe muy elegante

El concejal del MAS, Saúl Ávalos, forcejaba el otro días con los seguidores de la concejal Desirée Bravo, quienes le impidieron el ingreso a la sede del órgano deliberante, donde estaba todo listo para la suspensión de la presidente y principal aliada del alcalde Percy Fernández. Finalmente, y luego de las amenazas de los fiscales contra los concejales del oficialismo, estos accedieron a instalar la sesión que determinó la suspensión de Bravo, acusada de haber falsificado su título de bachiller. Lo que parecía ser un golpe del MAS, denunciado así por todos, terminó siendo un batacazo del oficialismo, ya que los únicos en votar por la suspensión fueron los supuestos aliados de la suspendida. Los tres representantes del MAS, que ahora son los que tienen prácticamente en sus manos la Alcaldía, se abstuvieron de votar y quedaron “súper elegantes”. O es que, como dijo aquel, somos tan ingenuos o es que las cosas se han planificado de tal forma que ya nada es lo que parece, no solo el Municipio, sino en toda la política regional, que hace unos años parecía tan clara y comprometida. La lectura final la tiene la gente, que a veces peca de ingenuidad, pero afortunadamente no come vidrio.

Y volver volver

La historia de Bolivia se parece al título de aquella vieja canción ranchera, muy solicitada cuando la fiesta ya está entrada en copas. Bolivia camina constantemente sobre una repetición interminable de sucesos, esquemas y discursos que reflejan una inconmensurable inmadurez que no nos deja avanzar o pasar la página cuando menos.

Ha pasado muy poco, apenas unas semanas, desde la firma de un convenio con Estados Unidos para tratar de normalizar las relaciones diplomáticas. Las cancillerías de ambos países han estado hablando de reponer cuanto antes los embajadores y comenzar a trabajar en una agenda de cooperación común. Sin embargo, otra vez ha vuelto a aparecer la ofensa, la amenaza y la advertencia que pone nuevamente en la cornisa el incipiente diálogo bilateral, que precisamente debe restablecerse para subsanar aquellas conductas que incomodan. Hace unos días se solicitaba madurez  y mucha paciencia para encarar una nueva etapa y es precisamente lo que ha vuelto a fallar.

Militares en las calles. Cuántas veces hemos visto esta fórmula fallida de la supuesta lucha contra la delincuencia. Se apela a los cuarteles en los momentos críticos, cuando todos sabemos que ni siquiera se trata de un paliativo y es apenas una medida publicitaria destinada a generar un ambiente tranquilizador. Los niveles de criminalidad han llegado a extremos muy graves en el país y requieren de un programa serio, autoridades que se pongan a trabajar en soluciones de fondo, con planes integrales y de largo alcance. Volver a los parches y a fuegos artificiales es sencillamente empeorar las cosas. La seguridad ciudadana se ha convertido en un factor desequilibrante en el país, aumenta la violencia y surgen fenómenos indeseables como los linchamientos, la xenofobia y el debate insulso sobre la pena de muerte.

Cada año, como una letanía fúnebre, reaparece el tema marítimo en nuestra agenda nacional. Siempre las mismas arengas, el mismo nacionalismo rancio y beodo y, por supuesto la misma esterilidad de las propuestas, lo que revela que muy pocos toman en serio este que constituye el tronco de la agenda diplomática nacional. La última ocurrencia, porque no es más que eso, es revivir la absurda estrategia “gas por mar” que ni siquiera se debería mencionar por un acto de pudor, luego de constatar las consecuencias que trajo para el país el haber tumbado un proyecto que postergó, tal vez para siempre la industria gasífera boliviana.

Y llegamos al machacado tema del Tipnis, un asunto que el Gobierno debió clausurar el año pasado, cuando fracasaron todos sus intentos por imponerse, por encima de los indígenas, de las leyes y de la voluntad de todo un país que se plegó al clamor de los pueblos de las tierras bajas. Ya tiene fecha la novena marcha indígena, decidida luego de una asamblea de dirigentes y corregidores que han planteado rechazar la consulta gubernamental en relación a la carretera que pretende partir en dos al parque Isiboro Sécure. Estamos antes las puertas de otra historia repetida, de otro esfuerzo inhumano y de nuevos actos de desgaste del Gobierno y de la política en general, sabiendo de antemano el desenlace que este trajín.

Y así como estos, hay muchos otros problemas bolivianos que no se resuelven y que más bien se agravan porque giramos constantemente alrededor de un círculo vicioso, como el perro que se muerde la cola.

martes, 20 de marzo de 2012

Un mal ejemplo

Una delegación española se trasladó a Buenos Aires hace dos semanas para persuadir a la presidente argentina de que no cometa barbaridades como la de nacionalizar los campos petroleros en manos de Repsol, cosa que sucedió nomás en varias provincias, donde prácticamente han expulsado a la compañía transnacional. En esa ocasión, le dijeron a la mandataria, que Cristina Kirchner no es Evo Morales y que Argentina no es lo mismo que Bolivia. En Argentina, el aventurerismo económico puede ser mucho más perjudicial que en Bolivia, donde la nacionalización ocasionó fuga de capitales y una fuerte disminución de las inversiones extranjeras. Otra que se refirió a las chapucerías argentinas que también se cometen en Bolivia, fue la presidente brasileña Dilma Rousseff, quien cuestionó la validez de los datos oficiales de la inflación que presenta el gobierno de Cristina Fernández (9,7%) y dijo que en realidad el índice es superior al 20 por ciento. A la Argentina le reclaman porque es grande y todavía le queda un mínimo de seriedad. Lamentablemente, a Bolivia ya ni le exigen y tampoco le hacen críticas, solo lo usan de mal ejemplo.

La nueva religión de Bolivia

Cuando todo parecía indicar que el asunto de la coca y el magistrado Gualberto Cusi pasarían a la extensa lista del anecdotario plurinacional, el integrante del Tribunal Constitucional, corto de entendimiento, pero seguramente atento a los apuntes que le facilitan los intelectuales del Gobierno, arremetió para retractarse de su desmentido y no solo volvió a admitir que usa los designios de la coca para administrar justicia, sino que afirmó, con toda vehemencia, que la coca es más importante que las leyes nacionales.

Desde hace mucho el Gobierno del MAS ha estado tratando de convertir el culto a la coca en la nueva religión oficial del Estado boliviano, pese a que constitucionalmente Bolivia se ha inclinado por el laicismo. El andamiaje jurídico plurinacional ha sido pensado para construir una nueva sociedad inclinada hacia el animismo ancestral y lo peor de todo es que el objetivo consiste en apuntalar el esquema de poder con esta nueva visión religiosa de connotaciones altamente fundamentalistas.

Gualberto Cusi, que es parte de la administración del Estado Plurinacional, encarna precisamente ese ensamblaje entre lo político, lo jurídico y lo religioso, tal como sucede en gobiernos teocráticos como el de Irán, donde un conjunto de clérigos fanáticos son los que imparten justicia, los que controlan el poder político y, por supuesto, los que tienen en sus manos el poderoso instrumento de la religión, usado para dividir al mundo entre creyentes y herejes, con capacidad de mandar a la horca o a la lapidación a los “descarriados”.

En su segunda rectificación, Gualberto Cusi ha sido muy preciso en aclarar que la justicia comunitaria tiene el mismo rango constitucional que la justicia tradicional y que el uso de la coca -con rango de “sagrada” en la carta magna-, es algo normal en la aplicación de las normas propias de los indígenas y campesinos. Con estas afirmaciones, a Cusi solo le queda admitir que desde su cargo en la máxima instancia del Órgano Judicial, él se encargará de aplicar “justicia comunitaria” con la coca de principal aliada.

La libertad de culto ofrece el derecho a que el ciudadano pueda elegir libremente el objeto de su reverencia y en ese sentido, la creencia en la coca, en las piedras o en el sol está plenamente amparada por las leyes bolivianas. Lo que resulta inadmisible es que un funcionario de tan alto nivel como Cusi, ampliamente respaldado por las autoridades políticas, ponga a merced de esos dogmas totalmente subjetivos y carentes de respaldo racional, asuntos tan delicados como la administración de justicia.

Lo que ocurre no es nada casual ni anecdótico y tampoco es para que se quede en la mofa. El animismo aymara ya forma parte de los programas de la educación formal y los chamanes y yatiris cuentan con el aval del Ministerio de Salud para trabajar en hospitales, donde, entre otros males, curarán la envidia, el susto y la maldición. Hace unos meses, el presidente Morales, quien acaba de apoyar a Cusi en sus posturas “jurídicas”, criticó a las universidades por seguir enseñando Derecho Romano y las instó a virar hacia los saberes indígenas.

Posteriormente, en el conflicto entre potosinos y orureños, se inclinó por resolver el problema a la usanza “originaria”, lo que en términos reales significó un enfrentamiento que dejó varios heridos graves. Todo esto es caldo de cultivo para una lamentable talibanización de Bolivia.

Cambio de paradigma

Hace unos años, el presidente Morales estableció muy claramente el
paradigma de su administración: “yo le meto nomás, por más que sea
ilegal, para eso están los abogados, para que lo legalicen”. Pero es
posible que tanto a él como a sus abogados se les haya ido la mano y
ahora el jefazo busca cómo hacer “causa común” de las cosas que pasan
en su Gobierno.  El otro día dijo que si alguna vez va preso, será por
culpa de sus colaboradores. “Si el Presidente ha cometido algún error,
algún delito júzguenme, procésenme y castíguenme. Pero también quiero
decirles que si algún error o delito voy a cometer, si es un tema
legal debe ser por culpa de mis abogados y abogadas. Si hay un
problema con los derechos humanos será por culpa de algún Ministro o
Ministra. Los problemas en temas económicos, en temas del Estado van a
ser por responsabilidad de algún compañero o compañera”, dijo el Jefe
de Estado. Nadie sabe por qué lo dijo. Las palabras del primer
mandatario parecen ser algún tipo de advertencia dirigida hacia
aquellos que creen que será fácil dejar el Gobierno el 2014 para
dedicarse a tareas mucho más relajadas y placenteras como la docencia
universitaria.

lunes, 19 de marzo de 2012

500 años después

Cristóbal Colón siempre llevaba espejitos de colores en sus viajes al “Nuevo Mundo”. Los utilizaba para llamar la atención de los indígenas, a quienes se los cambiaba por oro, plata y otras riquezas. Los ancestros de Evo Morales, quien dice ser indígena, saben muy bien el inmenso precio que tuvieron que pagar por las chucherías que repartía el navegante genovés. El escritor colombiano Gabriel García Márquez, en su libro “Cien años de soledad” utiliza el hielo como alegoría de lo que han hecho los gobernantes el continente para comprar y masajear la conciencia de los pueblos. Pero al final es el mismo truco del espejito. Mucho antes, el Imperio Romano creó el Circo, como forma de distraer a la población mientras los mandamases hacían de las suyas con la que vilipendiada República. En este momento, el presidente boliviano entrega motores para lanchas, antenas, generadores de electricidad y otros objetos a los indígenas del Tipnis, a quienes trata de convencer de esa manera sobre los beneficios de una carretera que destruirá el parque Isiboro Sécure. Y mientras se realiza una reunión de los dirigentes que están en contra de esa obra, el Gobierno organiza un partido de fútbol entre las distintas comunidades del Tipnis.

domingo, 18 de marzo de 2012

Sin mar y sin gas

Cuando Bolivia comenzó a plantearle a Chile la famosa cantaleta de “gas por mar” y al mismo tiempo el Gobierno boliviano lanzó aquel improperio de “ni una molécula de gas a Chile”, los chilenos respondieron con un “No” contundente e inmediatamente se las ingeniaron para conseguir el gas de otro lado, pues lo necesitaban con urgencia. Hoy, Chile no sólo sigue teniendo el mar boliviano, sino que es plenamente autosuficiente en materia energética, gracias a que los gobernantes del país vecino hicieron bien su trabajo. Hay que recordar que el proyecto de venta de gas a Chile era vital para asegurar la supervivencia de la industria gasífera boliviana y al tumbarlo, se truncó su expansión. Este grave error, sumado al fallido proceso de nacionalización han puesto en peligro el futuro de la industria, que ahora enfrenta incluso la amenaza del desabastecimiento interno. Es obvio que venderle gas a Chile podría ser una tabla de salvación para el gas boliviano, pero los obtusos de siempre vuelven a proponer la estrategia de “gas por mar”. La idea, además de absurda e inviable, es hoy una invitación al suicidio.

Perseguidos en Bolivia

Los errores y atropellos cometidos por el Gobierno boliviano resuenan cada vez con mayor fuerza a nivel internacional. El presidente Morales estaba acostumbrado a los elogios y a los aplausos por las grandes expectativas que habían despertado sus promesas y sus reformas, pero a menudo se repiten los reproches y también los abucheos, como los que tuvo que escuchar hace unos días en Viena, donde cientos de personas le gritaron “Todos somos Tipnis”, en alusión a la violación de las leyes en las que ha incurrido su régimen, empecinado en la construcción de una carretera que amenaza con destruir el territorio de varios pueblos indígenas.

En Viena también, el mandatario boliviano fue acosado por la prensa de Hungría que le solicitaba respuestas concretas en relación al controversial caso Rózsa, sobre el cual han surgido recientes evidencias de una ejecución sumaria cometida por agentes de seguridad del Gobierno nacional. En Austria se hizo presente una de los familiares de Elöd Tóásó, el ciudadano húngaro que denuncia detención ilegal en su contra, como ocurre con decenas de otros presos por el mismo  hecho, que ha puesto en duda la independencia de la justicia y pone de manifiesto la burda manipulación de los tribunales.

Otro hecho para destacar es la reciente declaración de la Cámara de Diputados de Paraguay, en la que el pleno del cuerpo legislativo, expresa su solidaridad con los ciudadanos bolivianos y exautoridades electas “que por razones políticas están siendo injustamente perseguidos, procesados o detenidos en Bolivia, en franca violación al derecho internacional de los Derechos Humanos, pactos, tratados internacionales y normas de derecho interno, que garantizan el ejercicio de los derechos civiles y políticos en Bolivia”.

Los diputados paraguayos también han instado a las autoridades bolivianas a respetar las leyes y revisar la situación de los presos políticos que llevan varios años sin sentencia y que son víctimas de constantes violaciones a los derechos humanos y a un debido proceso. La declaración fechada el 15 de marzo, ha pedido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH) a que se pronuncie sobre los hechos ocurridos en Bolivia. Hay que destacar que en numerosas ocasiones, presos políticos como el exprefecto de Pando, Leopoldo Fernández y el exdirigente político Gary Prado, han acudido a esta instancia internacional y lamentablemente no han tenido el eco necesario.

Es importante que el Estado Plurinacional pueda tomar en cuenta este tipo de manifestaciones que se dan en el exterior. Al Gobierno boliviano le interesa mucho la imagen que refleja a nivel internacional y como puede ver ésta se ha ido deteriorando por culpa de errores y la falta del apego a las leyes. Los constantes “rodillazos” a la democracia y al Estado de Derecho, la burda manipulación de la justicia y el constante hostigamiento en el que se incurre contra los que expresan disidencia con el régimen gobernante, son hechos que el mundo civilizado comienza a observar y tarde o temprano se convertirán en reproches y sanciones perjudiciales para el Gobierno, pero sobre todo, para el conjunto del país, altamente vulnerable y necesitado de la cooperación internacional.  Bolivia, más que nadie, no puede caer en el aislamiento internacional, eso sería condenar a la población a más miseria y exclusión.

sábado, 17 de marzo de 2012

Evo en las cumbres

El presidente Morales ha estado criticando con mucho ahínco a la OEA por no haber invitado a Cuba a la Cumbre de las Américas que se celebrará en Cartagena a mediados de abril. En principio se habló de la inasistencia de Bolivia, como un gesto de solidaridad con la isla, actitud que sí asumió el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y que posiblemente adopte Venezuela, aunque más por motivos de salud que otra cosa y porque desde hace mucho Hugo Chávez se mantiene alejado de las citas internacionales. Pero de pronto la Cumbre de las Américas se volvió interesante para el Gobierno boliviano. Eso se vio luego de la participación de Evo Morales en el foro sobre las drogas en Viena, desde donde se trasladó inmediatamente a Colombia, a visitar al anfitrión de la reunión y quien representa la antítesis del régimen político boliviano. En Bogotá, el mandatario y líder cocalero le ha propuesto a su colega Manuel Santos abrir el debate sobre un nuevo enfoque en la lucha contra las drogas, algo que los medios internacionales han entendido como una postura a favor de la despenalización. El colombiano aceptó la propuesta, pese a que reiteradamente ha dicho estar en contra de la idea. A lo mejor en Cartagena vamos a asistir al inicio de la nueva campaña del jefe de estado boliviano.

viernes, 16 de marzo de 2012

Una pega para Justa

Justa Cabrera fue una de las líderes emblemáticas de la octava marcha de los pueblos indígenas del oriente boliviano, que recorrió el país durante casi dos meses para defender el Tipnis. Muy pocos hablan con la claridad y la fuerza de esta mujer sencilla pero valerosa. En este momento, sus compañeros de las Tierras Bajas están preparando la novena marcha para evitar que el Gobierno pase por encima de las leyes y la Constitución y decida ilegalmente aprobar la construcción de una carretera que significará la destrucción del parque Isiboro Sécure. Justo cuando los pueblos originarios del oriente se encuentran en semejante encrucijada, a la Alcaldía de Santa Cruz se le ocurre que Justa Cabrera puede ser más útil ocupándose de las plazas, los mercados y las cunetas, una labor que podría desempeñarla un burócrata de segunda o tercera fila. Hay quienes creen que la idea es neutralizar a doña Justa, inundarla de trámites y papeleos para convertirla en una simple “gana-sueldo”. Nadie sabe si es error de cálculo de ella misma, falta de olfato de los líderes que le ofrecieron la pega o la sagacidad de quienes son los más interesados en aplacar la conciencia de los indígenas. A lo mejor son las tres cosas.

Elefantes blancos

No vamos a hablar aquí de los “elefantes blancos” que tienen acorralado al Gobierno central. Todas esas empresas estatales que no logran arrancar, pero que están desangrando a raudales al erario público. Ha sido tal la irracionalidad y la falta de planificación que hasta las propias autoridades reconocen haber prometido y aprobado por decreto la construcción de un ingenio azucarero en Bermejo, cuyo destino sería –según indica la ministra Morales-, quedar de “adorno”. Aún así, el Banco Central de Bolivia tiene listos 1.200 millones de dólares para seguir “adornando” el país, como si Bolivia no tuviera apremiantes prioridades que atender.

Precisamente de ellas es necesario hablar, en vista de recientes informaciones publicadas en la prensa que dan cuenta de la irresponsabilidad con la que se manejan los recursos públicos. Cómo es posible admitir que en un país que necesita tanto mejorar la salud de la población se abandonen centros médicos construidos hace años en varios barrios periféricos de la ciudad. Se trata de edificaciones modernas, muy costosas, con todas las dependencias necesarias para atención primaria, que están rodeadas de monte,  abandonadas y a merced del vandalismo, porque nadie ha dispuesto su equipamiento y la dotación de personal para que puedan brindar el servicio al público.

La Alcaldía dice haber cumplido con su responsabilidad de habilitar la infraestructura y acusa al Ministerio de Salud por el descuido en la habilitación de los centros asistenciales. Desde el Gobierno central se lavan las manos y responsabilizan a la Gobernación Departamental, que anda asumiendo nuevas competencias con cada vez menos recursos, sin derecho a protestar porque el oficialismo tiene amedrentadas a las autoridades locales. En medio de esta pelea, miles de personas se quedan sin médico, sin remedios y a merced de las enfermedades. Es doloroso ver cómo en las  instancias   y administrativas no existe la menor sensibilidad por atender los problemas básicos de la ciudadanía.

Pero hay más elefantes blancos. Demás está mencionar absurdos como el puente a medio construir ubicado a la salida del aeropuerto Viru Viru, o el estadio de fútbol, también inconcluso a pocos metros de allí. Recientemente se denunció de la existencia de cientos de viviendas del Programa de Vivienda Social del Estado que están vacías y que no han sido entregadas por diferentes motivos a los supuestos adjudicatarios.

La lista continúa. En Santa Cruz los gremiales pelean por mercados. Se instalan en las rotondas, en las aceras y en cualquier lugar de la vía pública. Lo lamentable es que cuando al Alcaldía construye modernas instalaciones, se niegan a ocuparlas. Ha pasado con muchos establecimientos en el pasado y ocurre hoy con el mercado del Plan Tres Mil, una gran obra que permanece cerrada, porque los vendedores prefieren mantenerse en el desorden y el caos. Ocurre en La Pampa de la Isla y Los Chacos, donde el problema es la falta de servicios.

Negligencia, falta del principio de autoridad, malos hábitos de los usuarios acostumbrados a comprar en medio de la calle y sobre todo, una carencia del sentido del respeto a la convivencia y ausencia de compromiso de las autoridades para resolver problemas concretos. Todo conspira para que nuestras ciudades y el país no puedan dar pasos consistentes hacia la búsqueda del bienestar.

jueves, 15 de marzo de 2012

Sembrar y cosechar

Admiro mucho a los agricultores. Eso de sembrar tiene mil y un trucos,
muchos riesgos y demasiadas variables qué aplicar, además, por
supuesto del “factor San Pedro” que hasta ahora nadie ha sido capaz de
controlar, ni con danzas, ni procesiones ni nada.

Con el cambio climático se ha hecho más difícil sembrar y la cosecha
se vuelve cada vez más incierta. Además de todo eso, los agricultores
bolivianos también tienen que lidiar con otro “cambio”, resumido en
una sarta de prohibiciones, restricciones y políticas malsanas que han
llevado a muchos a dejar el tractor y el arado para dedicarse cosechar
sin haber sembrado, una actividad que gusta mucho en esta Bolivia
rentista.

Mi consejo de siempre es no dejar de sembrar y mucho menos en estos
tiempos de escasez. El asunto de la siembra tampoco es sólo para los
agricultores.

 Me inspiró el otro día la historia de Ronnie y Donnie Gaylon los
mellizos siameses más viejos del mundo. Tienen 58 años y están unidos
por el vientre. El hecho de compartir varios órganos vitales hace
prácticamente imposible separarlos sin arriesgar la vida de ambos.
Ellos nacieron en el seno de una familia muy pobre y numerosa. Desde
muy jóvenes tuvieron que sacrificarse exhibiéndose como fenómenos de
circo en Estados Unidos y México para ayudar a mantener a sus siete
hermanos.

A su avanzada edad y casi sin poder caminar ellos ahora
viven de la solidaridad, no sólo de sus familiares, sino también de la
comunidad, que se las ingenió para construirles una hermosa casa
especialmente adaptada para ellos.

Recientemente se difundió el documental “Los mellizos se mudan”, que
muestra lo felices que se sienten Ronnie y Donnie de poder terminar sus
días en un lugar cómodo y seguro. “No hay nada que agradecer”, les
dijo uno de sus hermanos, “esto es lo que ustedes sembraron”.