lunes, 12 de marzo de 2012

Bromitas aparte…

El canciller boliviano, David Choquehuanca, terminó por admitir que era broma el asunto del Viagra y la papalisa que mencionó nada menos que en una reunión de la OEA en Washington. Tal vez no imaginó que en un foro de esa trascendencia, con tanta prensa, televisión, Twitter, Facebook y demás, cualquier cosa que se diga tiene una amplificación global. Si alguien dice algo “importante”, las repercusiones lo harán ver “súper importante” y lo mismo pasa cuando se dice algo fuera de tono, insólito o cuando menos, estrambótico. El ministro debió recordar lo que ocurrió con la cumbre sobre el cambio climático celebrada en Tiquipaya. Pocos recuerdan las cosas importantes que se hablaron allí, pero nadie olvida el famoso “discurso de los pollos”, que marcó el estrepitoso fracaso que tuvo luego la diplomacia boliviana en la cumbre de Cancún. Choquehuanca tenía la misión de generar buenas expectativas sobre la próxima asamblea general de la OEA que se celebrará en Cochabamba, donde el Gobierno aspira a reposicionar la demanda marítima como un tema multilateral. Es obvio que con bromitas, recetas de cocina y consejos para el mejor desempeño de los caballeros, nadie va a tomar en serio el verdadero propósito de nuestra diplomacia.

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