lunes, 26 de marzo de 2012
Malos vecinos
El discurso boliviano en relación a Chile ha vuelto a subir de tono y ha disparado en el lado que más les duele a los chilenos, a quienes los ha calificado como “malos vecinos”. A Chile le molesta ese calificativo –que no es nuevo-, porque no solo se lo han repetido en Bolivia, sino también en Perú y Argentina, países limítrofes con los que mantiene conflictos fronterizos, originados en una angurria por la expansión territorial. Esos antecedentes le han impedido a Chile asumir mejores posiciones en el contexto internacional y conspiran contra sus intenciones de convertirse en la plataforma diplomática y económica de América Latina frente al mundo. En Chile el discurso es otro. Ellos, que mantienen tratados de libre comercio con las grandes potencias y que han alcanzado mejores niveles de desarrollo que el resto del continente, dicen ser el “buen vecino en un mal vecindario”, cosa que tampoco es equivocado. Chile es prácticamente un oasis en medio de la eterna inestabilidad política y social de la región y eso le ha permitido contener las críticas y los ataques de quienes dicen ser sus víctimas. La moraleja es que mientras el vecindario siga en desorden, el “mal vecino” siempre se saldrá con la suya.
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