viernes, 30 de agosto de 2013

"Jocheando" los petos

Hará falta mucho tiempo para hacer el recuento de daños que ha causado el caso Róger Pinto a los gobiernos de Bolivia y de Brasil. La reacción de la presidente brasileña Dilma Rousseff es una señal de la avería causada en la prestigiosa diplomacia de Itamaraty, que trabaja con una doctrina y un apego a las leyes muy difícil de encontrar en otros sitios. Pese a ello, hay algunos que creen que lo de Pinto ha sido más bien un gran acto de propaganda para Brasil, pues demuestra hasta qué punto puede llegar este país para proteger a un asilado político, algo que resulta de menor importancia para otros que ahora piden la devolución del senador opositor. De continuar con esta postura, el gran perdedor terminará siendo Bolivia, pues Róger Pinto ha sido una suerte de catalizador que ha ayudado a aflorar ciertas posturas en Brasil sobre nuestro país. Hasta ahora se sabía que la derecha brasileña, esa que llamó cómplice de narcotráfico al gobierno boliviano, seguía muy molesta por lo de la nacionalización, la expulsión de agricultores y otros actos poco amistosos. Sin embargo, en lo de Pinto se han observado reacciones muy duras, contrarias a Bolivia, en el seno mismo de la coalición que respalda a Rousseff. Estamos en las puertas de negociar un nuevo contrato de venta de gas con Brasil. No hay que “jochear” mucho los petos, decían en el pueblo.

Misiles y cuentos chinos

En su afán de mantenerse en permanente confrontación con un enemigo real o imaginario, el Gobierno boliviano se ha metido en un conflicto que podría perjudicar la demanda ante La Haya, una acción en la que se ha demostrado cierto nivel de racionalidad y coherencia. Nos referimos al caso de los “Misiles chinos”, un problema que surgió en el año 2005, durante la fugaz presidencia de Eduardo Rodríguez Veltzé, quien ahora es una pieza clave en la nueva etapa de la reivindicación marítima boliviana.

En este caso de los misiles chinos, el Gobierno ha advertido una gran oportunidad de sacar a relucir ante el mundo sus grandes dotes de antiimperialista, denunciando a voz en cuello la intervención que tuvo Estado Unidos en la desactivación de esos 28 artefactos que habían quedado obsoletos, pero que de todas maneras revestían cierto peligro, ante el clima de inestabilidad y de aventurerismo político que reinaba en el país en esos años. Esto no es exageración, sobre todo después de conocerse las confesiones que ha hecho en un libro de su autoría el dirigente campesino Felipe Quispe, uno de los líderes de las movilizaciones que provocaron la finalización del mandato y la huida de Gonzalo Sánchez de Lozada.

Aunque el mismo lo niegue, respaldado por el Gobierno que ahora recibe su asesoramiento, existen muchas evidencias que muestran cómo Rodríguez Veltzé no solo conoció del caso de los misiles en el 2005, sino que también avaló un documento que certifica la acción binacional, hecho que le hizo acreedor de los apelativos de “vendepatria” y de “traidor” que le hicieron altas autoridades de este régimen. Obviamente, fue el Órgano Ejecutivo el que tomó la decisión política de retirarlo del caso, en abierta manipulación del proceso judicial y borrar con el codo todo lo mal que se había expresado del exmandatario de quien pretende explotar su figura como jurista probo, con la capacidad de ayudar a mejorar la imagen internacional del “proceso de cambio”.

El problema es que mientras que el Gobierno exculpa por su cuenta a Rodríguez Veltzé, intenta hundir a otros protagonistas del caso misiles chinos, especialmente al general Marcelo Antezana, quien lleva todas las de perder porque se trata de un senador opositor que se vinculó a la política después de haber sido destituido por su supuesta vinculación a este hecho calificado como “traición a la patria” por los principales operadores políticos gubernamentales.

Cuando el Gobierno manipula como lo está haciendo, se expone a las duras réplicas que hacen aquellos que son blancos de sus maquinaciones y en este caso, uno de los que resulta afectado es precisamente Eduardo Rodríguez Veltzé y por consiguiente la demanda marítima que la administración gubernamental ha llevado nada menos que a los tribunales de La Haya.

Por enfocarse de manera enfermiza en el proselitismo, las autoridades olvidan el impacto que este caso puede tener en la credibilidad del requerimiento presentado en Holanda y en la imagen de su principal impulsor, que ha sido designado embajador extraordinario, con la misión de llevar adelante este proceso, excesivamente delicado para el país, pues se trata de una intentona que, en caso de fallar, podría sepultar para siempre las aspiraciones marítimas de Bolivia.

De fugados y escapados

Las airadas protestas en relación a la polémica salida del país del senador Róger  Pinto, han obligado al oficialismo a dar explicaciones sobre la desaparición del diputado del MAS, Justino Leaño, condenado a 23 años de cárcel por la violación reiterada de su propia hija de 12 años, de quien abusó por un lapso de cuatro años. La Fiscalía ordenó el arresto domiciliario de Leaño, luego de casi un año de dilaciones y actos de encubrimiento en el seno del Congreso, donde sus autoridades hicieron todo para conseguir la impunidad que finalmente se ha consolidado. Luego de que este proceso pasó finalmente a la justicia ordinaria, Leaño gozaba de grandes privilegios, desde el hecho mismo de no ser enviado a una cárcel y de permitírsele salir y pasear a gusto. Hay denuncias que indican que Leaño seguía figurando en la planilla de la Asamblea Plurinacional y que cobraba puntualmente su sueldo. Los responsables del Senado y de la Cámara de Diputados que ahora se estrellan contra el juez al que acusan de prevaricato, dirán que el caso de Leaño es muy distinto que el de Pinto. Sería bueno que le den esa explicación a la niña víctima de violación.

martes, 27 de agosto de 2013

Las "nuevas" tecnologías

El más grande genio de la arquitectura mundial, un chino, se ha hecho famoso por construir edificios con material de demolición. Junta ladrillos, tejas, madera y otros productos y con ese elemento consigue unas obras maravillosas que han sido acreedoras a varios premios internacionales. Una voluntaria española ha logrado grandes avances en la lucha contra el mal de Chagas en Bolivia con el uso de una tecnología muy simple inventada por ella: pintura con insecticida. Otra mujer está haciendo historia en nuestro país construyendo casas con botellas en desuso. El adolescente Michael Sayman, hijo de un boliviano, se ha hecho rico creando aplicaciones para el gigante Apple.  Es verdad que la tecnología y la investigación son vitales para el progreso de un país y en eso nos llevan una gran distancia los países industrializados que suelen vender a precios muy altos sus conquistas en el campo de la ciencia y el conocimiento. Pero más cierto es que hoy todo ese caudal informativo está más disponible que nunca gracias a la sociedad on line. Los que se quejan porque los países ricos no nos ayudan lo suficiente, olvidan que la mayor "tecnología" de un país sigue siendo la educación, orientada hoy hacia la producción de ideas innovadoras como la del chino, la de esas mujeres o la de Michael.

Palmasola es Bolivia

Palmasola es Bolivia y los responsables de lo que acaba de ocurrir dentro de la cárcel somos todos los bolivianos y no esos pobres sujetos desgraciados, que ministros y viceministros encorbatados presentaron en una conferencia de prensa en la que quedó muy claro que apenas sabían lo que había sucedido.

El que no conoce Palmasola, como aquellos ministros, ignoran que los policías no tienen pisada dentro de los pabellones y que su única función consiste en vigilar el perímetro del presidio, donde aprovechan para hacer excelentes negocios con los presos, que son en definitiva los responsables de la “disciplina” dentro de la cárcel. En otras palabras, la pelea del otro día fue nada más que un mecanismo de los reclusos para ver quién se queda con el mando de la prisión y quién tendrá a su cargo la relación con las autoridades para la supervisión conjunta del ingreso de alcohol, de armas, de droga, celulares y todo lo que circula bajo ciertas reglas no escritas pero muy bien coordinadas.

Palmasola no es más que el reflejo de cómo se manejan los asuntos públicos en este país y del comportamiento que asume el Estado frente a los problemas. Y por más que se anuncien investigaciones a fondo, que se formen comisiones parlamentarias, las cosas no van a cambiar jamás, si es que las autoridades siguen asumiendo ese mismo rol decorativo pero bastante lucrativo que ocupan en otros campos.

Palmasola es como los mercados, donde son los vendedores los que redactan las reglas, imponen sus condiciones y establecen dónde se deben asentar sin importar si invaden las calles o las plazas. Palmasola es como el transporte público, en el que son los sindicatos los que asignan las tarifas, los que definen las rutas y marcan la calidad del servicio; Palmasola es como los parques nacionales que están a merced de cocaleros, narcotraficantes, colonizadores y piratas de la madera; Palmasola es como la lucha contra los narcos que está en manos de los proveedores de la materia prima. 

Palmasola es como el Congreso, donde una bancada de contrabandistas se jacta de haber dictado una ley para legalizar los autos chutos, para “meterle nomás” como bien se ha instruido desde los más altos púlpitos estatales que se benefician de esta anomia social en la que los perseguidos, los regulados y para quienes sí funciona el “Estado Integral” es para los productores, los exportadores, los que cometen la ingenuidad de creer en las leyes republicanas y en la existencia de un Estado que supuestamente vela por su cumplimiento y por la búsqueda del bien común de los ciudadanos y no por los intereses de grupos tan espurios como esos reclusos que armaron aquel infierno.

Los bolivianos tenemos la culpa de que las cosas funcionen de esa manera; tenemos las cárceles, los mercados y el transporte que nos merecemos y por supuesto, las autoridades que están a la altura de ese modo que nosotros hemos elegido para relacionarnos.

La imagen que mejor ilustra el triste suceso del pasado viernes es la fotografía de un alto funcionario estatal levantando el puño dentro de la cárcel, mientras se desarrollaba todo ese infierno que hoy supuestamente nos tiene acongojados a todos. Esa imagen ilustra la falta de conciencia, la peor enfermedad de este país.

Diplomacia pura

De a poco se va confirmando que la salida del senador opositor Róger Pinto de la Embajada de Brasil en La Paz fue un evento puramente diplomático del que todos estaban enterados y en el que la matanza de Palmasola tuvo una gravitación muy clara. Resulta que Pinto abandonó La Paz en un vehículo oficial de la Embajada brasileña y el que dio la orden fue el encargado de negocios y no el embajador. Con  esta noticia, la Cancillería de Brasil tiene la oportunidad de lavarse las manos y evitar el conflicto con el Gobierno boliviano. El funcionario que dio la orden argumenta que lo hizo por una situación de emergencia ya que asegura que peligraba la vida de Róger Pinto, quien supuestamente había amenazado con suicidarse. Las autoridades bolivianas reaccionaron un día después de conocido el suceso y pese a que han despotricado hasta el cansancio contra Pinto, se cuidan mucho de estrellarse contra Brasil y aseguran que las relaciones entre ambos países no se verán perjudicadas. De esa manera, el Estado Plurinacional se queda con su versión de “dignidad” y “soberanía” y Brasil se da el gusto de devolverle la bofetada a Bolivia después del escándalo de la requisa del avión del ministro de Defensa Celso Amorim. Solo falta confirmar que lo de Palmasola forme parte oficial del guión.

PD. La renuncia del canciller brasileño Antonio Patriota no hace más que confirmar que todos se hacen los tontos. A no ser que Brasil devuelva a Pinto para afirmar todo lo contrario.

sábado, 24 de agosto de 2013

Estalló la bomba

La  bomba estalló y no podía ser en otro lugar más que en la cárcel de Palmasola, el lugar que sintetiza en apenas unas hectáreas, toda la miseria que se encuentra dispersa en el territorio nacional y que puede resumirse en dos palabras: injusticia y corrupción.

La matanza producida en el centro penitenciario cruceño no es algo inesperado e incluso el Gobierno lo había anticipado de alguna manera, al tratar de ponerle algunos paños fríos al drama que viven miles de víctimas de la retardación de justicia, el hacinamiento, los abusos policiales, la falta de atención, las enfermedades y un sinnúmero de cuadros oprobiosos que se esconden detrás de esos muros y que cada tanto dan señales tenebrosas como la de ayer.

En los últimos meses, el Gobierno ha estado impulsando programas de indulto a ciertos grupos de presos; ha encarado algunas refacciones en diferentes cárceles del país, entre ellas Palmasola y también se inició un plan para sacar del presidio a cientos de niños que conviven en los internos y que se encuentran en grave peligro de daño moral y físico. Lamentablemente todo aquello se hizo a destiempo y cuando la sangre estaba llegando al río.

La situación de casi todas las cárceles del país es la misma, aunque Palmasola es lógicamente la más dramática, porque refleja la realidad explosiva y aluvional de nuestra ciudad. Como medida de emergencia, el Ministerio de Gobierno determinó hace muy poco, frenar el ingreso de nuevos internos a la cárcel de San Pedro de La Paz, donde existen las mismas condiciones para que se desate algo parecido a lo ocurrido en Santa Cruz.

El estallido de la violencia en Palmasola ocurre porque todo lo que debió mejorar en este país en realidad ha empeorado. La retardación de justicia afecta hoy al 80 por ciento de los presos, pese a todas las reformas judiciales que se han hecho, la mayoría destinadas a incrementar la politización y la instrumentalización de los tribunales a favor de los intereses del Gobierno; todas las reformas policiales prometidas fallaron y la corrupción sigue siendo un cáncer en la institución. Así lo confirman muchos de los acontecimientos que experimentamos todos los días y por supuesto, lo viven los presos de las cárceles, que son obligados a pagar incluso para ser trasladados a sus audiencias, sin mencionar la gran cantidad de exacciones de las que son objeto. En las cárceles ha empeorado el abandono, pues el Gobierno central se desentiende de sus obligaciones y se las intenta transferir a las instancias locales. Por eso es que han aumentado las enfermedades, la desnutrición, los casos de Sida, la tuberculosis y otros males que anidan dentro de un presidio que también es caldo de cultivo de la violencia, pues no existen posibilidades de rehabilitación y en cambio, desde las celdas siguen operando las bandas más peligrosas de ladrones de autos, de asesinos y ahora también de peligrosos secuestradores que se disputan el liderazgo del penal, donde abunda la droga y los negocios sucios.

Insistimos, Palmasola es el reflejo de lo que es el país y como ha ocurrido siempre, todo llega a su límite.

jueves, 22 de agosto de 2013

Se caen los discursos

Los gobiernos populistas de América Latina se pusieron de moda y al paso que van corren el riesgo de convertirse en una anécdota debido a la inconsistencia de sus discursos. Las naciones que integran el bloque del ALBA se montaron de manera inteligente en las tendencias universales, pero al cabo de unos años se ha comprobado que era una simple pose. De esa manera, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y otros, se hicieron rabiosamente ecologistas, indigenistas y pacifistas y ahora no hacen más que pelar los dientes olvidando los compromisos que asumieron con la comunidad internacional, pues firmaron leyes, recibieron premios e hicieron promesas para ayudar a cambiar el mundo. Como se sabe, el tema indígena en Bolivia ha quedado en letra muerta y nadie descarta que cualquier momento se borre de las normas y la Constitución cualquier vestigio originario que estorbe. Hace unos meses, el Gobierno les ofreció a las petroleras transnacionales todos los parques y reservas naturales del país para que ingresen a explorar y explotar los hidrocarburos y lo mismo acaba de hacer el presidente ecuatoriano Rafael Correa con la reserva amazónica de Yasuní. Ante las críticas, el mandatario se ha estrellado contra los medios escritos a los que amenaza con erradicar con fines ecologistas y afirma sin tapujos que todo el discurso mundial de la ecología es una mera hipocresía.

Se viene el otro imperio

Durante los últimos años se ha estado hablando de la declinación del Imperio norteamericano y la infatigable carrera de China por ocupar el lugar de primera potencia del mundo. La prestigiosa consultora Wood Mackenzie no solo ha confirmado ese fenómeno político y económico sino que le ha puesto fecha en el calendario. Según la organización, en el año 2017, China pasará a ocupar el primer lugar en la importación de petróleo en el mundo y lógicamente tendrá que recurrir a los complicados proveedores del Medio Oriente, donde Estados Unidos se ha ganado mala fama de intervencionista. Por su parte, los estadounidenses reducirán su dependencia del crudo de aquella región, no solo porque se han vuelto líderes en el uso de energías alternativas, sino porque recurrirán a las reservas de gas de petróleo no convencionales recientemente halladas en América del Norte, lo que también tendrá fuertes repercusiones en Venezuela, uno de sus principales proveedores en la actualidad. Cuando el pronóstico de la Wood Mackenzie se cumpla China tendrá que tomar parte más activa en la región más conflictiva del mundo por culpa del petróleo, así como lo ha hecho en los últimos años en África, donde ya comienzan a sentir la mano dura del imperialismo chino. Hasta ahora los chinos tienen fama de buenito. Veremos qué pasa en el 2017.

martes, 20 de agosto de 2013

Discursos pagados

Entre lo poco que se puede rescatar de los datos del Censo figura el hecho de que seguimos siendo un país con altísimos niveles de pobreza. Pero de ese país no vale la pena hablar y menos en las innumerables cumbres que se le antoja organizar al Gobierno. Y como la Asamblea Legislativa tiene siempre a mano una respuesta para las “urgentes” necesidades del proceso de cambio, la Cámara de Diputados acaba de aprobar una disposición especial en el Presupuesto General de la Nación que autoriza la otorgación de viáticos a los miembros de movimientos sociales, personalidades, intelectuales o notables extranjeros que lleguen al país. De acuerdo a la explicación del primer vicepresidente de la Cámara de Diputados, Lucio Marca, se trata de un pago que se hace a aquellos grupos o personajes que contribuyen a la ideología que impulsa el actual Gobierno. En otras palabras, aquellos individuos cobran como cualquier “neoliberal” para venir a hablar de anticapitalismo, de solidaridad entre los pueblos y de cooperación desinteresada entre las naciones. A lo mejor habría que ver cuánto le pueden pagar al presidente Morales por ese lindo discurso que lanzó en la reciente reunión del Foro de Sao Paulo, donde propuso a la izquierda más humildad, decencia y compromiso y menos corrupción.

Nuevas doctrinas jurídicas

El caso de los misiles chinos es bastante complicado. Para el Gobierno es una gran oportunidad de mostrarse al mundo como un rabioso antiimperialista y justiciero que mete a la cárcel sin miramientos a un puñado de “traidores a la patria”. Al régimen popular, indigenista y socialista le vendría bien meter presos a unos cuantos militares, así se despejan las sospechas de que este gobierno se parece cada vez más a una dictadura con las botas puestas y todo. En principio la idea era enjuiciar también al expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé, pero muy pronto se dieron cuenta de que meterse con los exmandatarios es muy delicado, atrae mucha prensa y las injusticias que se puedan cometer quedan demasiado expuestas. Además hay que prever las cosas para cuando le toque al “Jefazo” y por eso es que ahora todos los expresidentes son aliados y en el caso de Rodríguez Veltzé, pasó a ser funcionario del Estado Plurinacional pese a que hay denuncias de que él fue quien dio la orden de entregar y destruir los misiles que hoy tienen en jaque a varios militares, especialmente a uno de ellos, justo el que se ha declarado opositor. Las autoridades no tienen problemas en librar del caso a Rodríguez Veltzé. Para eso sirve lo que ya es la doctrina del “Yo no fui” y la tesis de la “ruptura de la cadena mando”.

jueves, 15 de agosto de 2013

El periodismo 'antinacional'

La última estrategia del Estado Plurinacional para hostilizar a la prensa independiente es tildarla de “antinacional” y relacionarla con intereses de un país que siempre ha sido señalado como “el enemigo” de Bolivia, visión que el régimen gobernante intenta oficializar de una manera muy riesgosa.

Así, las más altas autoridades nacionales se han estrellado contra un diario que ejerce su derecho de publicar informaciones y opiniones relacionadas con la vida pública del país. La acusación es muy grave ya que se está apelando a la manera más ruin de la descalificación, buscando relacionarla con la traición a la patria y el beneficio al enemigo, dos figuras que se encuentran en el ordenamiento jurídico boliviano y que no tardan en aparecen en boca de funcionarios oficiosos que buscarán llevar ante el banquillo al mencionado periódico.

Nadie puede alegremente llamar “antinacional” a un ciudadano o una institución y menos cuando está cumpliendo un papel altamente edificante como el de un medio de comunicación que postula el bien común y el funcionamiento adecuado de las entidades políticas que debieran responder a la voluntad del pueblo. Desde este punto de vista, la labor de la prensa es vital para la vida democrática y la relación saludable que debe existir entre la ciudadanía y los líderes que han sido designados para ocuparse de los asuntos públicos.

En realidad y hablando en el sentido más estricto de la palabra, los medios de comunicación tildados como “opositores” por el Gobierno ni siquiera llegan a encuadrar en ese apelativo. En los últimos años se han leído y escuchado muy pocas críticas con un fondo ideológico fuerte y la mayoría de los comunicadores, periodistas, columnistas y analistas, se han dedicado a exigirle a los gobernantes el cumplimiento de los postulados del proceso de cambio. El colmo de la condescendencia es que casi todos los medios le demandan al Gobierno el buen funcionamiento de la nacionalización al pedir que se corrijan los errores en las empresas sometidas a este proceso. De esa manera se está dando incluso un apoyo implícito al modelo socialista algo que puede ser involuntario pero que al fin de cuentas refleja la ausencia de mala fe.

El nacionalismo del “proceso de cambio” se basa en la lucha contra la corrupción, en la soberanía sobre los recursos naturales, en la austeridad y otros grandes valores y postulados de los que se ha hecho eco la prensa no solo ahora, pues se trata de las demandas que la ciudadanía le hace a sus gobernantes desde que es posible hacer interpelaciones sin temor a las represalias. Hasta ahora nadie ha sabido que algún diario, canal de televisión o radio defienda la corrupción, reivindique el derroche o que postule que los recursos naturales deben favorecer primero a las naciones extranjeras y de último a los bolivianos, como ocurre con el gas natural en este momento.

Es obvio que no existe sustento para llamar “antinacional” a ningún medio boliviano y de lo que se trata es de reforzar el torniquete del amedrentamiento con amenazas malsanas y cargadas de odio. En todo caso, ningún medio debería estar dispuesto a transigir en el cumplimiento de su rol democrático consistente en servir de puente entre la población y sus mandatarios, trabajo que siempre ha sido blanco de la incomprensión y la intolerancia.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Golpes de urna contra el populismo

Los líderes populistas de Sudamérica han recurrido durante más de una década al modelo denominado “democracia plebiscitaria” para garantizar su permanencia en el poder, a través de un prorroguismo ilegal alimentado por un motor cuyos engranajes son la prebenda, el fraude, la violación de las leyes y la agitación de las masas alentadas por una campaña electoral permanente y muy costosa, solo concebible en un momento de gran bonanza económica que se presta al derroche.

Pero este esquema ha comenzado a fallarles a los principales exponentes del neopopulismo y el fracaso comienza a ser recurrente en la región. Lo ocurrido en Argentina recientemente es un importante indicador de esa tendencia que viene marcándose desde hace varios años.

Desde el momento en que la derecha chilena terminó con dos décadas de hegemonía socialdemócrata en Chile, comenzó a hablarse de un movimiento pendular en Latinoamérica que caminaba irrefrenablemente hacia el Socialismo del Siglo XXI promovido por los petrodólares venezolanos.

Ocurrió lo de Manuel Zelaya en Honduras; El Salvador, que ya le había jurado lealtad a Chávez finalmente marcó un giro que lo puso de espaldas al chavismo y en Perú, donde Ollanta Humana se perfilaba como una pieza asegurada del ALBA, se decidió por el continuismo de las políticas que marcaron Alejandro Toledo y Alan García. No hay duda que la destitución de Fernando Lugo en Paraguay ha sido; sin embargo, el gran hito que marca la decadencia de este bloque político internacional que surgió en el seno del Foro de Sao Paulo, en cuya más reciente reunión abundaron más los reproches que las celebraciones.

Las malas noticias surgidas de las urnas el pasado domingo en Argentina para la populista Cristina Fernández también tienen sus antecedentes y desafortunadamente para los miembros de este bloque, son la antesala de futuros tropezones.

En Venezuela, el presidente Nicolás Maduro logró una ajustadísima victoria sobre su oponente Henrique Capriles, quien todavía sigue insistiendo que hubo fraude en la elección, acaecida muy poco tiempo después de la muerte del “sacrosanto Hugo Chávez”, de quien se esperaba un legado algo más sustancioso para su mediocre delfín político. No hay que olvidar que el chavismo había estado perdiendo terreno en varias regiones, municipios y gobernaciones venezolanas, las mismas que fueron recuperadas gracias a oscuras maniobras, algo  que también ha ocurrido en Bolivia desde el 2010, desde que el MAS fracasó en su intento por copar la totalidad de las alcaldías y las gobernaciones, muchas de las cuales ahora forman parte de su capital político por la vía del golpismo.

De hecho, el oficialismo en Bolivia no ha podido conseguir ni una sola victoria contundente en las urnas desde el 2009. Lo más repetido en cambio, han sido sonadas derrotas como las que se han dado en varios municipios reconquistados por las oposición, que también recuperó la Gobernación del Beni, todo ello sin mencionar el tremendo fracaso de la elección de las principales autoridades judiciales.

El revés electoral del domingo en Argentina no es vinculante, sin embargo anticipa un contundente fracaso en las elecciones legislativas de octubre al punto de que Cristina Fernández ha admitido que sus posibilidades de acceder a un tercer mandato han quedado prácticamente suspendidas. En Venezuela habrá elecciones municipales en diciembre y los pronósticos son lapidarios. En este sentido, el mejor posicionado sigue siendo Evo Morales, aunque con números muchos más bajos.

Sobredosis socialista

El ministro de Agricultura de Venezuela, Yván Gil, admitió que su país importa el 5% de los alimentos que consume y para remediarlo, propone una dosis mayor de la enfermedad que justamente ha agudizado el problema de la escasez. Según Gil, el Gobierno va a insistir en su política de reversión de tierras y las va a entregar a los campesinos chicos y medianos que supuestamente deberían garantizar la soberanía alimentaria del país. En 14 años el populismo venezolano ha expropiado siete millones de hectáreas de tierras que supuestamente estaban ociosas, pero en lugar de aumentar la producción, esta ha disminuido y según cifras del sector privado, el nivel de importación de alimentos bordea el 70 por ciento. En la misma entrevista en la que Gil reconoce el problema y anuncia el polémico remedio, también se queja de los malos resultados que ha tenido y dice que las autoridades han fallado en la gestión y audacia en las inversiones para hacer de esas tierras productivas. En ese mismo proceso Cuba ha invertido más de 50 años y el resultado ha sido exactamente el mismo, solo que oficialmente la isla socialista está obligada a comprar más del 80 por ciento de lo que sus habitantes llevan diariamente al plato. Bolivia también trata de imitar ese camino.

lunes, 12 de agosto de 2013

Hospitalidad Plurinacional

El Estado Plurinacional o mejor dicho, aquellos que se consideran la más fiel expresión del “proceso de cambio” no se portaron muy hospitalarios con el periodista de la cadena CNN, Ismael Cala y ni bien se ha anunciado la visita del líder opositor venezolano Henrique Capriles, han puesto en marcha toda una estrategia de hostilización a la cabeza nada menos que de Lucio Vedia, un elemento de grueso calibre cuando se trata de guerra de baja intensidad, golpes bajos y ausencia de escrúpulos. Ninguno de estos exponentes de la nueva política
nacional, de esta polémica ética repleta de valores de dudosa procedencia y digna más bien de prontuario, ha reaccionado de la misma manera cuando se han producido visitas algo extrañas al país. Por ejemplo, se ha comprobado que se actuó con una proverbial hospitalidad hacia un par de extremistas acusados de asesinar a la hija de un ex presidente paraguayo; hay evidencias de que nuestro territorio ha sido visitado por célebres miembros de las narco guerrillas de las FARC y también por representantes de algunos carteles de la droga de México y de Colombia que si bien no han sido objeto de homenajes especiales, por lo menos han gozado de la complicidad de autoridades que han negado rotundamente su presencia en el territorio. Dentro de unos días llegarán al país unos emisarios rusos cuya finalidad es venderle armas a Bolivia. Alfombra roja para ellos.

Estrategias de marketing

El presidente Morales midió fuerzas con el cubano Ismael Cala, una imagen emergente de la CNN que eligió a Bolivia para presentar un libro de su autoría, estrategia de marketing que le salió maravillosa, gracias precisamente al mandatario boliviano. El choque surgió cuando el jefe de Estado canceló una entrevista que había concertado con Cala, argumentando que temía ser tergiversado ya que el encuentro no iba a ser transmitido en vivo. Por esa razón Morales llamó “cobarde” a Cala, suponiendo que este iba a cortar parte de sus declaraciones. La polémica surgida el viernes se dilató por un día más y le dio tiempo al presentador a replicarle al presidente, diciendo que no iba a solicitar nunca jamás una entrevista con él. La pulseada se terminó este sábado por la mañana cuando el mandatario recibió a Ismael Cala en su despacho. El periodista se deshizo en elogios hacia Evo Morales y anunció mediante su cuenta de Twitter que la entrevista será difundida el 13 de agosto a las 21:00, hora boliviana ¿sin cortes? Ese día veremos quién ganó esta especie de guerrilla “marketinera”.

jueves, 8 de agosto de 2013

Un mínimo de seriedad

El presidente Morales admitió durante el discurso central del Día de la Patria, que conoce todos los movimientos de acarreo de gente que se produjeron en los días previos al Censo realizado el 21 de noviembre de 2012. El mandatario dijo haber sido testigo de cómo instalaron carpas en algunos barrios de la Ciudad de El Alto para acoger a los inmigrantes que viajaron específicamente de Argentina y de otros lugares “para hacerse censar” y también citó a su pueblo natal, Orinoca, entre las numerosas comunidades que recurrieron a la trampa para alterar los datos de la encuesta nacional, que hoy está sujeta a serios cuestionamientos, por una supuesta inexactitud de los datos y por sospechas de manipulación.

Pese a todo, el jefe de Estado dice confiar en los datos del Censo 2012 y ha anunciado que el Gobierno iniciará su aplicación. También ha afirmado estar dispuesto a que se haga una auditoría internacional del proceso y asegura que no se ha producido ningún tipo de distorsión.

Evo Morales afirma que todo el conflicto en relación a la diferencia entre los datos preliminares que el mismo lanzó en enero y los resultados finales que se conocieron hace una semana, se origina en la premura con la que tuvieron que dar a conocer los primeros informes, azuzados, según él, por la presión de los medios de comunicación y por algunas regiones que manifestaron impaciencia porque se conozcan las cifras del número de habitantes de las cuales dependen los ingresos y el peso político. El problema es que la contradicción es de casi 400 mil habitantes y los afectados son nada menos que cinco departamentos que ahora desconfían y con toda razón, sobre todo después de escuchar las insólitas explicaciones presidenciales que no solo esconden chapucería, sino también una excesiva tolerancia hacia lo irregular, hacia eso que muchos llaman “viveza criolla” que no es más que una manera folklórica de designar a nuestra torcida manera de vivir y de actuar.

Entre los afectados por ese error se encuentra la comunidad indígena de Yampara, del departamento de Chuquisaca, cuyos miembros literalmente han sido borrados del mapa por el Censo y que ahora reclaman por su derecho a existir, aunque en el Gobierno tengan más ganas de reprimirlos como lo han hecho recientemente en la Plaza Murillo.

Y junto con los Yampara, el Censo ha borrado a cerca de tres millones de indígenas o por lo menos a quienes en el 2001 se habían declarado pertenecientes a una de las 36 etnias reconocidas por la Constitución y que ahora se autoidentifican como mestizos. Inmediatamente el Gobierno ha cambiado el discurso y según el presidente “todos somos originarios”, mientras que el vicepresidente García Linera hace un gran giro conceptual y en vez de llamarlas “naciones” indígenas, ahora las baja de nivel y las denomina como “categorías culturales”. ¿Qué va a pasar ahora? ¿Van a modificar la Constitución? ¿Van a cambiar toda la nomenclatura indigenista que se forjó en el territorio? ¿Van a frenar la descolonización?

Si el Gobierno pretende que Bolivia realmente sea un referente internacional, al menos debería buscar un mínimo de seriedad en los actos del Estado, cuya fe ha quedado en tela de juicio.

Menos información, Menos democracia

Cuando en el mundo se hacen grandes esfuerzos por fortalecer los pilares de la democracia, en Bolivia se trabaja para debilitarlos. No solo se socava el pluralismo, el derecho al disenso y las libertades que garantizan la participación política, sino también se limita el ejercicio del derecho a la información que tiene a la libertad de prensa y de expresión como su principal instrumento.

Durante los años de vigencia del régimen se ha tratado de mostrar a la libertad de expresión como una extravagancia de algunos sectores, un privilegio de periodistas o de empresarios de la comunicación, cuando se trata del vehículo que permite el funcionamiento pleno de la democracia, pues le permite a la población estar al tanto de los asuntos públicos, demandarle una correcta rendición de cuentas a sus mandatarios y fiscalizar la conducción de las políticas públicas, que de manera soberana han sido confiadas a un Gobierno, a condición de que éste se conduzca con transparencia, en apego a las normas y el bien común.

Por eso es que los grandes teóricos de la política y de la democracia afirman hoy sin tapujos que sin libertad de expresión y sin libre acceso a la información, la democracia desaparece y termina como rehén de las élites. Así ha sucedido precisamente con la triste historia democrática boliviana y por eso mismo es que los países con mayor apertura y madurez política trabajan para que sus gobiernos actúen de frente a la ciudadanía.

¿Cómo lo hacen? Eliminando las restricciones para el trabajo de la prensa y los periodistas que investigan, promoviendo el uso de los medios de comunicación para que la ciudadanía esté al tanto de cada reunión, cada decisión, cada negociación que se produzca en el ámbito público; incentivando el uso de las nuevas tecnologías para que los presupuestos, los gastos, las licitaciones y el manejo de los recursos estén disponibles ante cualquiera que quiera escudriñar; elaborando leyes que faciliten el acceso a la información pública e impidiendo a toda costa la promulgación de normas que coarten la labor periodística, que coyunturalmente puede ser contraproducente para un partido, un líder político o un proyecto, pero que a la larga se traduce en el fortalecimiento democrático, base de la prosperidad de los pueblos y los sistemas políticos.

¿Qué se está tratando de hacer en Bolivia? Se promueve una ley de acceso a la información pública que busca lograr justamente lo opuesto a la democracia: ocultar, restringir, limitar y promover el secretismo de las decisiones, acciones y conductas de los que ejercen cargos públicos. El colmo de todo es que hasta se propone la cárcel para aquellos funcionarios que brinden información al público, algo que es antihistórico no solo desde el punto de vista político sino porque contradice las tendencias culturales que proponen una gran apertura a la información y al conocimiento. Es paradójico que Bolivia apoye a exponentes universales como Snowden y Assange y por otro lado actúe en contracorriente a lo que han hecho.

En siete años, el gobierno del MAS ha promulgado varias leyes que han ido limitando parcialmente la libertad de expresión y el derecho a la información y al parecer esta vez pretende cerrar el círculo como lo han hecho Venezuela o Ecuador, con leyes específicas que buscan la judicialización del periodismo, cuyo resultado es cárcel, multas y obviamente la censura.

Discurso postcenso

Han causado sorpresa algunos cambios en el discurso típicamente indigenista del Gobierno. Hace unos años, justo en el 6 de agosto se produjo el vejamen del monumento al prócer de la independencia Pedro Domingo Murillo, pues había en el aire un sentimiento claramente antimestizo en el país y se pretendía erigir a los indígenas bolivianos como los únicos salvadores de la Patria, los únicos gestores de la emancipación del país, cuando la verdadera historia es otra. Tantas mentiras se han lanzado últimamente, que hasta se dijo que los aimaras fueron los que ayudaron  tumbar al Imperio Romano. Pero todo tiende  a cambiar y eso se nota en el solemne homenaje que se hizo el lunes a Simón Bolívar (bonapartista, criollo, masón y liberal) en el cerro de Potosí. Por otro lado, el vicepresidente García Linera leyó ayer un discurso en Cochabamba en el que reivindicó el papel de los mestizos y los puso en el mismo nivel que los indígenas como bolivianos originarios con todos los derechos. Evo Morales hizo algo parecido y afirmó que la Independencia de Bolivia fue obra de todos los sectores, criollos, mestizos e indígenas. Todo puede ser producto del Censo, que ha volcado radicalmente el mapa étnico del país y también de las encuestas, según las cuales, la clase media pone en peligro la re-reelección de Evo Morales.

martes, 6 de agosto de 2013

Quemazones plurinacionales

La Iglesia Católica boliviana ha rechazado la invitación del Gobierno para participar en una ceremonia interreligiosa organizada por el viceministerio de descolonización para conmemorar los 188 años de la fundación de la república de Bolivia. Entre los argumentos expresados por la curia figura el hecho de que la celebración no es una iniciativa religiosa sino política, algo que no corresponde en un Estado laico que ha dejado de ser confesional a partir de la promulgación de la nueva carta magna. Los obispos afirman estar de acuerdo con el ecumenismo, proceso que llevan adelante los líderes de las diferentes denominaciones. Desde hace siete años, el Gobierno se ha convertido en patrocinador de una serie de rituales supuestamente ancestrales, con el uso de vestimentas y utensilios de dudosos antecedentes. Es más, en la segunda posesión del presidente Morales, el “sumo sacerdote” que presidió la ceremonia de entrega del bastón de mando, Valentín Mejillones, resultó ser un narcotraficante detenido posteriormente en posesión de una factoría de droga. Los líderes católicos seguramente han evaluado este tipo de riesgos, de ahí su negativa a sumarse a las “quemazones plurinacionales”.

Bolivia, 188 años en construcción

En la ciudad de Sucre las autoridades políticas no logran ponerse de acuerdo en el proyecto de construcción de una terminal de buses. Se pelean por la ubicación, por el modelo del edificio y por el financiamiento. Lo más probable es que se construyan tres paradas, una de la Gobernación, otra de la Alcaldía Municipal y la última de los sindicatos de transportistas, que también tienen sus propias objeciones al respecto.

Algo que parece una simple anécdota digna de las páginas de curiosidades de los periódicos, es en realidad parte recurrente de la realidad de Bolivia que conviene reflexionar ahora que se cumplen 188 años de vida independiente, fecha que nos topa con las grandes interrogante sobre ¿cuántos somos? y ¿quiénes somos? preguntas que surgen nada menos que a meses de haberse ejecutado un Censo de Población y Vivienda.

Lo más patético es que hasta el 6 de agosto, la fecha más importante de nuestra historia, también ha ingresado en la nebulosa de las dudas y los cuestionamientos, pues los más recientes "reinventores" de la Patria tienen su propia fecha que resaltar y la ponen por encima, generando discordia y confusión, seguramente los aspectos más recurrentes en todo este tiempo.

Muchos de los países que nacieron a la vida independiente en el mismo período que lo hizo Bolivia, atravesaron una etapa de fundación y organización en la que no estuvieron ausentes las luchas internas, donde corrieron balas y mucha sangre. Todos ellos se tomaron su tiempo, dos o tres décadas en algunos casos, para optar por el camino unitario o federal, liberal, estatista o colectivista y al cabo de mucha refriega redactaron una constitución que sentó las bases de un país, un estado y una nación.

En Bolivia estamos por cumplir 200 años y todavía no nos ponemos de acuerdo ni siquiera en el nombre del país, aún estamos definiendo sus bases territoriales y organizativas, que si somos autonómicos o unitarios y, para colmo, en pleno siglo XXI y en pleno auge de las tecnologías de la información, venimos a descubrir una tremenda falla estadística que nos convierte de un plumazo de una nación indígena  a un territorio de gran predominancia mestiza.

Qué organismo político puede requerir tanto tiempo para su maduración. Cómo es que ni siquiera en los períodos de bonanza económica tan notables como el que estamos viviendo, nuestros líderes sean incapaces de construir un modelo medianamente prometedor que nos ayude a aspirar a tener una estructura productiva que nos aleje de la amenaza de eternizarnos en la categoría de "estado fallido". Siempre nos hemos quejado de que la raíz de todos los males es la falta de recursos y por qué ahora que supuestamente "nos sobra", nos dedicamos a malgastar y a inventar a manera de perpetuar viejos males como el caudillismo, la corrupción, el autoritarismo y la falta de justicia.

Se nos dice que hemos cambiado, que esta es la última refundación, que acaba de empezar la nueva historia de Bolivia, pero solo hace falta mirar los datos del Censo para comprobar que hará falta mucho más que otros 188 años para pensar en revertir la triste historia de pobreza y miseria de nuestro país, los únicos enemigos que no se atacan como se debiera.

Verdades históricas

Sin proponérselo, el presidente Morales hizo un diagnóstico de lo sucedido con aquellos países que optaron por el socialismo, sistema que se derrumbó en 1989, con la caída del Muro de Berlín y el desmembramiento de la Unión Soviética. Pese a todas las teorías que existen, muchos historiadores coinciden en que el régimen comunista comandado por Moscú se cayó por la falta de maíz y otros cereales. El esquema productivo soviético se había deteriorado al punto de amenazar con una hambruna, hecho que finalmente fue inevitable en los años posteriores, pues el cambio político y económico no alcanzó a revertir la situación. Evo Morales acaba de decir en el cierre del Foro de Sao Paulo, que la ideología no sirve cuando falla la economía y no existen la energía y los alimentos suficientes. Eso parece un análisis de lo que ocurre hoy en Cuba, de lo que pasa en Venezuela, donde falta de todo, incluyendo leche, pan y papel higiénico y de lo que podría suceder en Bolivia, donde el Gobierno no logra darle una solución definitiva al problema energético, después de haberse perfilado como una potencia gasífera.

viernes, 2 de agosto de 2013

Macondo del Siglo XXI

Los centralistas más recalcitrantes del país han cumplido un viejo sueño. Hacer desaparecer a cientos de miles de habitantes de Santa Cruz, la región más problemática a la hora de pedirle descentralización, autonomía y más democracia al andinocentrismo.

No es broma, en los años 50, en el fragor de las luchas cívicas por las regalías petroleras, uno de los líderes del MNR ofreció pasaportes gratis a los que defendían los derechos de la región y más tarde envió milicias armadas a reprimir y hacer de las suyas en la región. No era la única vez que se ejecutaba un ataque similar, como ocurrió con el cerco a Santa Cruz del 2008 y como ha sucedido con el plan de persecución que ha metido a la cárcel y ha mandado al exilio a cientos de líderes autonomistas.

Ahora, en plena era de la información y la revolución tecnológica, el régimen gobernante ha ejecutado lo que el gobernador Costas ha denominado un “genocidio estadístico” mediante el que ha dado cuenta de casi 400 mil habitantes, es decir, la diferencia entre los datos del Censo del 2012 y las proyecciones que había hecho el INE para esta fecha en Santa Cruz.

Desde otro punto de vista, en Santa Cruz existe un faltante de 121 mil personas que se perdieron desde que el Gobierno lanzó los primeros datos hace seis meses y la reciente divulgación “oficial” de los datos que ha arrojado una diferencia de más de 362 mil habitantes a nivel nacional.

Estos vergonzosos resultados del Censo confirman una vez más que en Bolivia está muy lejos de alcanzar la credibilidad como Estado encaminado a resolver los problemas de la gente y trabajar por el bien común. En el mejor de los casos, se estaría tratando de un error de procedimiento y chapucería en el manejo del Censo, algo que resulta inadmisible toda vez que se han invertido más de 50 millones de dólares en este proceso. Pero lo lamentable es que la población, no solo de Santa Cruz y de otras regiones afectadas por este desatino, están sospechando de un acto de manipulación destinado a desfavorecer a los departamentos opositores, especialmente a los del oriente del país.

Esta posibilidad no se puede descartar después de los numerosos antecedentes en los que el Gobierno ha demostrado una pronunciada animadversión a todo lo que signifique las tierras bajas del país, sin medir las consecuencias en cuanto al daño social, económico y en este caso, un grave atentado a la unidad nacional, pues se está generando malestar que puede derivar en confrontación a la hora de medir la coparticipación tributaria y la representación política que se obtienen de acuerdo a la cantidad de población.

Más allá de todas las chicanerías que se inventan los aventureros para enquistarse en el poder y hacer politiquería barata, el saldo es catastrófico para el país, especialmente para las regiones más empobrecidas y postergadas, que viven esperanzadas de las migajas que caigan del insaciable centralismo epulón, el único beneficiado con esta patraña.

Obviamente la pérdida de credibilidad, el derrumbe de la fe del Estado y la ausencia de confiabilidad en las instituciones son también daños muy graves, pero eso parece importarles poco a los actuales inquilinos del Palacio Quemado, dispuesto a todo para conseguir la perpetuidad.

Héroes de la mentira

Ni Batman, ni Superman o el Hombre Araña son capaces de hacer lo que consiguen nuestros sacrificados líderes bolivianos. Hacer desaparecer casi medio millón de habitantes sin recurrir a un terremoto o un cataclismo es como para ubicarles una estrella en Hollywood o en el paseo de la fama de los superhéroes mundiales. Esos trucos de magia son dignos de Houdini o David Copperfield y ni siquiera al mago de las computadoras y el espionaje, Edward Snowden se le ocurriría poner en práctica un acto de ilusionismo como éste. A nivel general, todos se preguntan qué ha pasado con esa gente “desaparecida” y en el mundo comenzarán a cuestionar qué pasó con los millones de indígenas que en el Censo del 2002 confesaron su pertenencia a una de las 36 etnias nacionales, hasta conformar más del 60 por ciento de la población y ahora resulta que ese número se ha encogido al 31 por ciento. ¿Cambiaron de opinión? ¿Se dieron cuenta que identificarse como indígena solo beneficia al presidente que viaja por todo el mundo en su avión? ¿Qué ha pasado con la descolonización? ¿Produjo resultados totalmente opuestos hasta convertir a la mayoría en mestizos?  ¿Qué ha pasado con las políticas indigenistas de toda una década? ¿Nunca se dieron cuenta de esta diferencia?

jueves, 1 de agosto de 2013

Jesús, el socialista

Muchas veces se ha mencionado que Jesús fue el primer socialista de la historia. En alguna canción se asegura que fue un comunista. El presidente Morales ha sido el último en repetir la muletilla. En realidad, Jesucristo fue el primer constitucionalista y su carta magna tenía apenas un artículo con una sola frase: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Eso dista mucho de todos los socialistas que conocemos, muy proclives a encarcelar, a fusilar, a prohibir y a obligar con una andanada de leyes para acorralar a los enemigos. Si Jesús hubiera sido socialista no habría “decretado” el libre albedrío y la libertad de conciencia. El “Maestro” tuvo ideas de avanzada en materia social y humanística, como el respeto a las minorías, a las mujeres, a los niños, a los extranjeros y nunca fue partidario de que las mayorías puedan aplastar a los adversarios para imponerles su forma de pensar: “Dad al César…”. Tampoco fue de los que pensó en una forma de salvación colectiva, de tal manera de asegurarle el pase al cielo a su sindicato, a su movimiento social o a los que pensaran igual que él. Este es un tema netamente individual que se obtiene en base a méritos y no por una cuestión de pertenencia al grupo que más le chupa las medias al jefe. Obviamente tampoco fue capitalista. Detestaba el amor al dinero.