martes, 28 de enero de 2014

La Haya: el punto medio

La Corte Internacional de Justicia de La Haya ha vuelto a demostrar que cuando emite sus fallos el factor político es fundamental y siempre trata de dejar contentas a ambas partes y por supuesto, con un sabor agrio a los dos litigantes. En el caso de la reciente sentencia por el diferendo limítrofe entre Perú y Chile, la solución “salomónica” del máximo tribunal de la ONU se podría resumir en la vieja frase popular “Ni pa’ mí, ni pa’ vos”, pues Perú ha ganado, pero no como quería y Chile ha perdido, pero no como esperaba. La Corte ha trazado una nueva línea divisoria en las aguas internacionales que limita la zona de exclusividad económica de Chile, pero que tampoco acoge el pedido peruano, que exigía abarcar una mayor porción de dominio sobre el océano Pacífico. En Bolivia las expectativas crecen en relación al planteo que se hizo ante la misma instancia y existe todo un análisis de las repercusiones  que tendrá esta respuesta sobre nuestra petición. Con la decisión “ni a favor ni en contra” adoptada ayer, el escenario boliviano podría cambiar, pero sobre todo el chileno. ¿Qué va a pasar si el Tribunal de La Haya le da la razón a Chile, pero también lo hace a favor de Bolivia? Sería la primera vez que estamos en las puertas de conseguir algo. ¿Lo aceptaremos?

El país de las maravillas

Bolivia tuvo la oportunidad de lucirse con el Mutún, con el litio, con la quinua, la planta de producción de urea, la producción de LNG, el complejo energético Rositas y muchos otros proyectos gigantescos pero viables y de gran repercusión en la transformación productiva de Bolivia, en la generación de nuevos polos de desarrollo, la creación de valor agregado y por supuesto, la promoción del empleo digno, la modernización de la economía y el aporte de recursos frescos para el Estado que ayudarían a mejorar los servicios para la población, a la que hoy se mantiene a saltos a punta de bonos y subsidios.

Ha sido una mezcla de inoperancia, de mala fe, falta de visión y una mezcla de todos estos factores lo que ha llevado a los estatistas de hoy a concentrar sus esfuerzos en proyectos de poca trascendencia, como una fábrica de papel donde no hay materia prima, un ingenio azucarero donde no hay caña o una planta de urea ubicada estratégicamente para que fracase y termine siendo un elefante blanco. En relación a la quinua tuvo que ser la FAO la que le abra los ojos al Gobierno para que se genere una reactivación del sector, pero aún así todo se conduce en medio de las pugnas entre campesinos, la politización y lo que queda se lo lleva el contrabando. Estamos muy lejos de crear una nueva cadena productiva que nos catapulte a la industrialización de este cultivo “de oro”.

El litio parece condenado a la postergación indefinida, pues los grandes inversores se dieron cuenta muy rápido que Bolivia no brinda ni la seguridad ni la seriedad para este tipo de emprendimientos. Del Mutún no vale la pena hablar pues este caso es el más emblemático.

Además de las empresas estatales que no producen o que lo hacen a costos muy altos, otras que se utilizan con fines políticos como Entel, las minas que pierden plata en pleno auge de precios y las petroleras nacionalizadas que cada vez se parecen más a las capitalizadas, el Gobierno busca la forma de poner su estrella en los escenarios mundiales, a la manera de las celebridades de Hollywood, dispuestas a todo para “robar cámara”.

Se está configurando un mundo mágico, paradisiaco y por supuesto imaginario que supuestamente pone a Bolivia en la era espacial, que les permite a los competidores del Dakar circular por el cielo y a los mandatarios del G-77, una instancia sin mayor trascendencia para nuestras prioridades, visitar “el país de las grandes transformaciones” (simbólicas) que ahora anuncia el ingreso a la era nuclear, una aventura en la que ningún científico racional estaría dispuesto a apostar.

Se nos trata de confundir con el cuento de que Bolivia ingresa en la era de la ciencia y la tecnología cuando lo que se hace no es más que someterse al colonialismo de las grandes potencias que siempre han aprovechado el espíritu despilfarrador de los caudillos para venderle toda clase de “juguetes caros” como los autos blindados que ahora le dan a nuestros gobernantes el halo de los famosos del cine.

Ocho años; más de cien mil millones de dólares. Es más de lo que hubiera imaginado cualquiera de los gobernantes anteriores al “proceso de cambio”. Cómo se va a transformar un país que usa ese dinero para reproducir y monopolizar el poder, para generar una red clientelar absolutamente servil al régimen y por último, para generar la idea de un país que se encumbra en el firmamento, algo que seguramente es motivo de ridículo en las esferas internacionales que miran con asombro esta esquizofrenia que no deja ver que todavía seguimos teniendo uno de los más altos índices de pobreza en el continente.

lunes, 27 de enero de 2014

Juguetes caros

Hay cierto recelo en el mundo deportivo por la reciente creación del Ministerio de Deportes, cartera que ha sido encomendada al conocido exfutbolista Tito Montaño. Temen que la nueva repartición pública se dedique casi con exclusividad al fútbol, una disciplina que cuenta con suficiente atención, pues además de la Federación, existe también la Liga y por si fuera poco, las asociaciones departamentales que tienen a su cargo las divisiones inferiores del balompié. Pese a ello y a que desde el Palacio Quemado se estimula el fútbol no solo por la evidente predilección presidencial, sino porque en todo el territorio se han construido cientos de canchas dedicadas al “deporte rey”, los resultados no aparecen y Bolivia sigue muy mal ubicada en los rankings de la FIFA. Los que promueven el deporte amateur consideran que nuestro país debería apoyar más otras prácticas como el básquet, la natación, el raquet, el atletismo y ahora que se ha puesto de moda el "Chavo" y el Dakar, se tiene que alentar la práctica del motociclismo. El problema es que si se decide por las motos, el Gobierno tendrá que invertir en la compra de máquinas de competencia, algo que resulta inviable por el costo que significa. Y además, ha quedado demostrado que el único que se compra “juguetes” caros es el Presidente.

Vargas Llosa y los decepcionados

El primer decepcionado con la visita de Vargas Llosa debería ser  el Gobierno de Evo Morales, pues pese a las enormes expectativas que había al respecto, el escritor hizo muy pocas críticas al régimen boliviano y se limitó a hablar del populismo, al que considera que está en pleno declive en América Latina, como lo demuestra claramente el caso venezolano, donde según él, se está produciendo una verdadera catástrofe económica y social, pese a que el chavismo se impuso como un modelo a seguir para los países que integran el bloque del ALBA.

Para el premio Nobel de Literatura, Evo Morales es un líder elegido democráticamente como lo fue Hugo Chávez en su momento y es la población la que debe elegir cuál camino tomar. De todas formas invitó a revisar la historia mundial y buscar un solo ejemplo de éxito de algún modelo populista y/o socialista y se darán cuenta que todos han fracasado y contribuido a empobrecer más a las naciones, especialmente a los sectores más humildes.

Vargas Llosa también decepcionó a los liberales bolivianos y les dijo que en los años 90 se equivocaron puesto que llevaron adelante sus reformas sin antes consensuar con la gente, convencerla de que los cambios económicos iban a ser favorables para todos. Las fallas en la democracia y la falta de inclusión de las grandes masas populares en los cambios, finalmente conspiraron contra las medidas adoptadas que terminaron siendo vistas como gestos de abuso.

Les dijo a los que se oponen al populismo y el estatismo que sean más claros en sus ideas, que admitan que están defendiendo el capitalismo, la economía de mercado y otros valores liberales que han funcionado en muchos países de Europa que han derrotado la pobreza y que lo están haciendo con mucho éxito en Chile, en Perú y en México. Les advirtió que no se mezclen con experimentos antidemocráticos (como ocurrió en el pasado) y que antes de lanzar sus medidas primero se ganen la confianza del pueblo. La libertad es una sola y no puede haber libertad económica sin pluralismo político.

Por último también dejó con las caras largas a los autonomistas cruceños a los que trató de convencer de no insistir en esa ruta. Aunque reconoció que existen en el mundo modelos federalistas exitosos, en la mayoría de los casos la autonomía ha servido para alentar movimientos nacionalistas e independentistas como ocurre en España con los catalanes y los vascos. Dijo que el nacionalismo es el origen de las peores catástrofes ocurridas en la humanidad como el nazismo y que el mejor camino de los cruceños es convencer al resto del país que el modelo de la iniciativa privada y la libre empresa puede funcionar en Cochabamba o Potosí y hacer que suceda en otras regiones lo que ha ocurrido en Santa Cruz.

Para Vargas Llosa, la única batalla que se debe librar en cualquiera de los países latinoamericanos es la de las ideas, buscando siempre convencer al otro de no insistir en modelos fracasados. Dijo que el liberalismo, la izquierda o la derecha son grandes abanicos en los que cohabitan matices muy contradictorios. Lo fundamentales es luchar por la libertad y por la democracia genuina cuya principal virtud es la búsqueda de una justicia que sea capaz de enfrentarse al abuso de poder, al que calificó la raíz de todos los males. La clave del sistema democrático en realidad es limitar el ejercicio poder, tanto en el tiempo como en sus atribuciones.

Negocio redondo

El Gobierno nacional, las autoridades y empresarios cruceños, lo que equivale a mencionar lo que comúnmente llamamos “la institucionalidad” de Santa Cruz, parecen haber llegado a los máximos punto de encuentro y todo indica que el diálogo será fluido a partir de ahora. Los empresarios están satisfechos porque se ha elegido a los predios de la Fexpo, el emblemático centro de negocios de los grupos de poder locales, como sede de la cumbre del G-77 más China que se realizará en junio. La Gobernación y la Alcaldía también están de plácemes porque se aprobarán presupuestos extraordinarios para encarar obras sin licitación, lo que es muy útil para la campaña que se avecina y por supuesto, para dinamizar la gestión pública en conjunto con la actividad privada, un método que el régimen actual aplica desde que llegó al poder, sin importar ni un ápice el criterio de transparencia. A cambio de estas presuntas concesiones, el Gobierno obtiene el mejor escenario para ganarse la única plaza política que todavía no ha conquistado y para comenzar a imponer sus figuras, como podría ocurrir con la Brigada Parlamentaria. Es posible que además de todo, los cruceños obtengan algún beneficio más. Por ejemplo, que en los días de la cumbre se suspenda el juicio por terrorismo. Se vería muy feo semejante espectáculo tan grotesco frente a los ilustres visitantes.

lunes, 20 de enero de 2014

Santa Cruz ¿en la cumbre?

La ciudad de Santa Cruz tendrá la oportunidad de mostrar su “esplendor” en muy poco tiempo, cuando se realice en esta capital la cumbre los países que integran el “Grupo de los 77+China” que ha sido fijada para el mes de junio.

Existe un gran interés electoralista en el Gobierno por mostrar un país exitista, moderno, en situación de bonanza, con despliegues espectaculares como se hizo en el rally Dakar y para ello el presidente Morales ha dicho textualmente que no se debe medir los gastos con tal de hacer un buen papel, lo que equivale a preparar un buen show que lo favorezca, principalmente a él y a su administración.

En Santa Cruz ha copado el alboroto, sobre todo en el mundo empresarial que, como es natural, se frota las manos por los excelentes negocios que hay en puertas, por toda la logística, los servicios y las obras que se deben encarar para tener todo listo. El Gobierno central ha comprometido todo su apoyo para el evento, pero eso no garantiza el hecho de que los gastos de organización vayan a correr por su cuenta. Seguramente el Municipio y la Gobernación tendrán que sumar otra carga más a su larga lista de erogaciones que el centralismo le ha estado traspasando, en su forma tan particular de entender la autonomía: transferir responsabilidades, pero no recursos.

Entre algunas autoridades locales ha cundido la misma cursilería que se impuso cuando nuestra ciudad fue designada sede de la Cumbre de la Américas que reunió a 34 mandatarios. Todos piensan en brindar una buena imagen, a la manera del individuo que recibe visitas en su casa y se pone a barrer y sacar las telarañas para “no mostrar la hilacha”, cuando el resto del año no hace más que descuidar el orden y la limpieza.

¿Quieren que Santa Cruz brinde una imagen de ciudad moderna y organizada? No es suficiente con blanquear las paredes, reparar allá o apurar las obras de pavimentación en las cercanías del aeropuerto. Los visitantes no son tontos y luego se darán cuenta que si bien nuestra capital tiene mucho dinamismo y empuje, está muy lejos de ser una metrópoli a la altura de las grandes urbes mundiales.

Santa Cruz es la locomotora nacional, pero todo es por el empuje de los privados. En materia de servicios, transporte, mercados, infraestructura, parques y otros aspectos fundamentales que hacen a la calidad de la vida de la gente, tiene casi las mismas características de otras capitales del país, es decir, no hay nada descollante que la convierta en líder.

Estamos pavimentando y ampliando una ruta troncal con tres o tal vez cinco años de atraso. Tenemos apenas tres viaductos; no podemos hallar una fórmula para atacar el caos del tráfico y nos conformamos con poner unos conos en las calles céntricas. Tenemos un parque urbano mediocre, no le hemos dado solución al problema de El Trompillo, de San Aurelio, de La Ramada, de Los Pozos. Hace mucho que Santa Cruz debería estar proyectando un tren interurbano, un Metro o por lo menos una avenida costanera. Tuvo que ser un empresario privado el que construya el único puente sobre el río Piraí y los que están en maqueta también son proyectos particulares.

Esta ciudad se ha vuelto demasiado conformista, egocéntrica y pretenciosa. La ciudad no son los condominios, ni los centros comerciales ni el pavimento o el Cambódromo. Para que seamos líderes nacionales y pretendamos dar esa imagen ante el mundo, hace falta mirar más allá de nuestras narices.

Papel, comida y baño

Los enemigos de la prensa siempre dicen que por los menos, los periódicos sirven para envolver papa, cebolla o la marraqueta. Estos sujetos deben estar de plácemes en Venezuela, donde los periódicos están seriamente amenazados por la escasez de papel para imprimir las noticias. Hay algunos que tienen papel apenas para un mes y si no le llegan suministros, pronto tendrán que abocarse a sus ediciones digitales. El problema es que en Venezuela no solo falta el papel prensa, sino también muchos alimentos, entre ellos el pan, así que, como quien dice, se quedarían “sin la soga y sin la cabra”, algo que queda fuera de chiste. Pero las dificultades son aún mayores, porque, como se sabe, los venezolanos andan también muy cortos de papel higiénico y anduvieran mucho más apurados todavía si no fuera por Bolivia, que le ha estado suministrando una buena cantidad de rollos. Para el que no tiene papel higiénico, aquí y allá y desde siempre, un buen recorte de periódico ha sido la mejor solución de emergencia para esos momentos íntimos en el excusado. Los venezolanos van a tener que hacer algo para que el régimen de Nicolás Maduro le achunte al menos una, porque hay quienes dicen que el delfín de Chávez no lo hace peor porque un rato de esos tiene que dormir y… por supuesto, ir al baño.

Otra década perdida

Los últimos en enterarse que se acabó la fiesta suelen ser los que más disfrutan de la farra. Ellos ahora están muy concentrados en el derroche y la politiquería como para escuchar el ruido de las piedras que trae el río Latinomericano, que desde hace años viene anunciando una nueva vuelta del círculo vicioso que se repite desde el Siglo 19 a través del modelo exportador de materias primas que nos obliga a experimentar constantemente el ciclo bonanza-escasez, que refuerza nuestra fragilidad y dependencia.

Las advertencias sobre un declive en la demanda y por ende, en el precio de las materias primas se han hecho desde diversos frentes pero una reciente medida del Banco Mundial parece no dejar dudas acerca de esta tendencia. La entidad financiera ha decidido reducir hasta en un 80 por ciento los flujos de capitales hacia las economías emergentes que han estado dinamizando la economía mundial y que le han permitido a Bolivia por ejemplo, gozar de un nivel de ingresos cinco veces superior. Esta menor liquidez global podría reducir el crecimiento de China, de India y de otros gigantes que han sido fuentes de crecimiento de muchas economías latinoamericanas.

Pese a que tantas veces ha tenido que repetir ciclos de “vacas flacas” combinados con breves periodos de bonanza, América Latina no ha sido capaz de abandonar su costosa adicción por las materias primas y lamentablemente, durante la última década la “primarización” de la economía se ha acentuado gracias al precio histórico de los commodities. Se calcula que en la actualidad, el 93 por ciento de la población de América Latina y el 97 por ciento de la actividad económica reside en países exportadores netos de productos primarios y la dependencia de las materias primas es del orden del 50 por ciento, mientras que los países del sudeste asiático han reducido la dependencia de los recursos naturales del 94 al 30 por ciento en los últimos treinta años. En 2010, casi una cuarta parte de los ingresos fiscales de los países  latinoamericanos derivaban de las materias primas, en contraste con el 9% de los países desarrollados.

Este fenómeno incluye también a Chile, donde la minería representa el 20 por ciento del Producto Bruto Interno y el cobre corresponde al 60 por ciento de las exportaciones. Y si bien el modelo chileno no es el mejor ejemplo del camino que deben seguir las economías que buscan la diversificación, el valor agregado y la competitividad, por lo menos Chile ha sido un buen administrador, puesto que ha sabido capitalizar sus recursos y resguardarse de los vaivenes de la economía internacional.

Lo lamentable para el resto de los países es que de un momento a otro, la crisis podría retornar a la región y si bien el ministro de Economía, Luis Arce, dice que el país está blindado, el hecho de tener cuantiosas reservas no es ninguna garantía. En todos estos años, Bolivia, como muchos otros países, ha derrochado su dinero, no ha invertido lo suficiente en educación, en la transformación de su matriz productiva, en la formación y de modernización de sus recursos humanos y menos en ciencia y tecnología. No se ha hecho esfuerzos por modernizar el Estado, para luchar estructuralmente contra la pobreza, contra la corrupción, el rentismo y otros males endémicos del sector público. En cualquier momento nos puede azotar otra vez el vendaval y estaremos como siempre, con la emergencia de evitar que el país se nos muera y con el balance de una década perdida.

Cuestión de honor

El honor no es cuestión de títulos ni de cargos, sino de dignidad y eso lo acaba de demostrar la cantante y actriz mexicana Lucero, quien decidió renunciar a su participación en el festival Viña del Mar a raíz del escándalo que causaron las fotos en las que aparece junto a su novio y un animal salvaje que habían matado durante una cacería. Inmediatamente circularon esas imágenes, la alcaldesa de la ciudad chilena sede del evento artístico, sugirió que se debía vetar la presencia de la celebridad, pero antes que se lo planteen
oficialmente, Lucero se les adelantó y declinó. La imagen, que contraviene todos los criterios humanistas  que están en auge, afectará severamente el bolsillo de la intérprete. La firma Pantene, fabricante de champú, ha decidido retirarle el millonario contrato de publicidad y si bien Lucero ha protestado por la difusión de la foto que le fue sustraída ilegalmente, también ha expresado disculpas públicas por el error cometido. Una cuestión de honor que no se aplica el nuevo presidente del Senado, el “Honorable” Eugenio Rojas, tristemente célebre en Bolivia por aquel ritual de crueldad y racismo que lo tuvo a él como una especie de “sumo sacerdote” en el
degollamiento de varios perros. Todo indica que un festival de música y una marca de champú pueden tener más honor que el Congreso del Estado Plurinacional.

viernes, 10 de enero de 2014

Tuto Quiroga en campaña

El expresidente Tuto Quiroga ha reaparecido en el escenario político con mucha fuerza, sobre todo después del grave error del Gobierno de victimizarlo con uno de sus atropellos judiciales, justo en época preelectoral. El ex líder de Podemos no sólo ha fortalecido su discurso contrario al oficialismo, sino que ahora pinta como un
posible candidato a las elecciones, mucho más cuando afirma que el 2014 “terminará preso o presidente de Bolivia”. La noche del miércoles Tuto fue especialmente duro contra el Gobierno, habló de la propiedad de los medios de comunicación controlados por el MAS, de la injerencia venezolana en el país, de la supuesta ineptitud de Estados Unidos para frenar al chavismo y ha vuelto a retar a Evo Morales a un debate, aunque sea de diez minutos y en el canal de televisión oficial. Pensando bien, Tuto podría ser el candidato de unidad que está
buscando la oposición, pero haciendo uso del derecho a pensar mal y dados algunos de sus antecedentes como actor político funcional, podría ser también el postulante que desbarate el esquema de los disidentes, que ya sea unidos o cada uno por su lado, parecen estar ganando terreno y poniendo muy nervioso a los masistas.

Vargas Llosa en Bolivia

La última vez que Mario Vargas Llosa estuvo en Caracas fue en mayo de 2009. Estuvo como invitado del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (CEDICE), que ese momento se encontraba en una campaña para defender a la pequeña empresa de los ataques del régimen de Hugo Chávez, quien ya había destruido prácticamente la producción a gran escala y se aprestaba a intervenir los kioscos, las microindustrias, las panaderías, etc. algo que está ejecutando Nicolás Maduro, con graves consecuencias para la economía venezolana, tal como lo advertían en esa ocasión los expertos asistentes al evento.

El chavismo armó un gran revuelo para darle la “bienvenida” al escritor. Envió a sus sabuesos de inteligencia a hostilizarlo en el aeropuerto, donde lo retuvieron, lo interrogaron y le revisaron sus cosas como si se tratara de un sospechoso de terrorismo. Multitudinarias hordas de militantes vestidos de rojo sitiaron el hotel donde estuvo hospedado Vargas Llosa y durante los dos días del encuentro no permitieron que los visitantes asomaran las narices en la entrada. Para poder circular había que quitarse el traje y la corbata, así los grupos de choque no identificaban a los “sucios oligarcas liberales” o como ha dicho el vicepresidente García Linera, los “dinosaurios del neoliberalismo”.

Junto a Vargas Llosa estuvieron en Caracas como invitados especiales, los intelectuales mexicanos Jorge Castañeda y Enrique Krauze y el colombiano Plinio Apuleyo Mendoza coautor de “El manual del perfecto idiota latinoamericano” que analiza la forma de pensar de las élites políticas y económicas del continente a lo largo de su historia. El libro fue escrito en 1996 cuando varios de los actuales gobiernos populistas de la región recién empezaban a ejercer el poder. Es obvio que ni Rafael Correa, ni Cristina Fernández o Evo Morales están incluidos en el ensayo, pero es increíble la forma cómo se han sentido aludidos.

En aquella ocasión se realizó un homenaje al politólogo e historiador de las ideas  Isaiah Berlin, intelectual de renombre mundial, fundador del Wolfson College de Oxford, presidente de la Academia Británica y merecedor del Premio Jerusalén en 1979 por sus escritos sobre la libertad individual en la sociedad. Berlin era un activista a favor de los derechos humanos y fue autor de la diferenciación entre “libertad positiva” y “libertad negativa”. Entendía la libertad positiva como la capacidad de cualquier individuo de ser dueño de su voluntad, y de controlar y determinar sus propias acciones, y su destino. Por el contrario, la libertad negativa de un individuo se refiere a que "le permiten" ejercer su voluntad. Obviamente cuando hay restricciones incluso para pensar, no es posible ni siquiera concebir ningún tipo de libertad.

No hay duda que la idea clave de todo este evento fue la necesidad de fortalecer el debate, pues es el liberalismo es lo opuesto al dogmatismo, al mesianismo y a la imposición a rajatablas incluso de algo como la “economía de mercado” cuyos fanáticos han causado profundos desfasajes en el capitalismo mundial. De hecho, ante tanta hostilidad chavista, con agresiones e insultos, Mario Vargas Llosa decidió retar a Hugo Chávez a un debate público, propuesta que el líder venezolano aceptó en un principio, pero que al final declinó. El líder bolivariano prefirió organizar un debate con intelectuales afines a sus ideas y finalizar con una maratón de su programa-monólogo “Aló Presidente” que pretendía alcanzar los cuatro días pero que tuvo que ser interrumpido al cabo de ocho horas.

Cuentos que causan indigestión

El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) ha pedido que el Instituto Nacional de Estadística (INE) le hable en términos más claros a la población cuando se refiera a la inflación y en su caso, la Fundación Jubileo, al igual que otras organizaciones y expertos en economía le han pedido que haga cálculos más realistas, porque a juicio de los especialistas, al INE se le anda pasando la mano con el “dibujo libre”. Todo se origina en el índice de inflación reportado para diciembre del 2013 que según la versión oficial es del 0,08 por ciento, algo inusual para un mes en el que millones de bolivianos duplican sus ingresos y aumenta la demanda de todos los productos. Ese número tan bajo le permitió al Gobierno encontrar una cifra razonable para la inflación acumulada durante el año, que no sobrepasó del 6,5 por ciento. Contradiciendo al IBCE, era mejor nomás evitar las explicaciones y que todo quede en la duda porque las razones que da el director del INE son de lo más insólitas. Luis Pereira afirma que diciembre no es un mes inflacionario porque la gente “no consume locotos, cebollas ni papa, sino que dirige su aguinaldo y gastos a vestimenta y equipamiento del hogar”. Que vaya con ese cuento a todos los que terminan indigestados para las fiestas de fin de año.

jueves, 9 de enero de 2014

Si te vienen a contar...

El Gobierno boliviano ha ingresado en la misma onda de las estrellas de Hollywood del estilo Madonna o Charles Sheen, quienes suelen decir “hablen mal o bien de mí, pero hablen” y en función de eso mandan al diablo el prestigio y los buenos modales. ¿Qué tendrá que ver el Dakar con lo plurinacional? Nadie sabe y simplemente todo es parte de un truco publicitario para lanzar la campaña electoral como si el “proceso de cambio” fuera una marca de gaseosas. Está por venir a Bolivia el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el primero en hablar de él ha sido justamente el presidente Morales, quien sabe que al referirse al escritor inmediatamente será mencionado repetidamente por las agencias noticiosas que suelen deleitarse con las ocurrencias de nuestro mandatario. Algunos se preguntan si Vargas Llosa criticará al régimen nacional al que calificó como  “democracia populista y payasa”. Obviamente que lo va a hacer como lo hizo en sus repetidas visitas a Caracas, donde retó a debatir al mismísimo Hugo Chávez, quien en lugar de aceptar el diálogo, lo mandó hostilizar con sus sabuesos de inteligencia. Es seguro que en Bolivia tampoco habrá debate, solo lanzamiento de dardos de uno y otro bando que no contribuyen en nada más que al jolgorio publicitario que vivimos desde hace ocho años.

Diplomacia y vedetismo

Bolivia ha asumido la conducción del “Grupo de los 77 más China”, un bloque de países del hemisferio sur, la gran mayoría subdesarrollados, que tiene la misión de brindarse apoyo mutuo en las deliberaciones de la ONU. Pese a que nuestro país ya presidió esta iniciativa multilateral en el pasado, se está publicitando este nuevo turno con el usual vedetismo con el suele encarar el régimen del MAS las relaciones internacionales, cuyo balance es poco alentador, si es que se lo aborda desde la óptica del beneficio colectivo de los bolivianos y no solo desde el punto de vista político e ideológico, mejor dicho, de la imagen internacional que trata de proyectar el régimen gobernante.

Es verdad que el Gobierno, el liderazgo del presidente y el discurso indigenista han cobrado notoriedad mundial y eso hay que destacarlo y aprovecharlo, pero lamentablemente la ganancia de la diplomacia nacional no ha pasado del plano simbólico y mediático.

Con ese afán publicitario, natural en los primeros años de gestión, se han privilegiado las relaciones con ciertos bloques y países con fines meramente doctrinarios, cuando en realidad la política exterior es una extensión de las acciones de los gobernantes destinadas a mejorar la calidad de vida de la gente. Cuba, el ALBA, Irán, No Alineados y ahora el G-77. Quién puede asegurar que estas relaciones pueden ser prioritarias, cuando Bolivia ha estado descuidando otras urgencias que comprometen el futuro de la nación y de la ciudadanía.

No vamos a mencionar aquí el problema con Estados Unidos, apuntalado desde una óptica porfiada, inmadura y carente de contenido, pero entendible para un régimen populista que busca siempre configurar un enemigo externo, aunque sea imaginario.

Mientras nuestra diplomacia pasea sus discursos anticapitalistas por todo el mundo, hace gestiones por conseguir premios y algunos puestos y se desgañita organizando cumbres, competencias automovilísticas y concursos, además de los tradicionales viajes de compras, con Brasil, nuestro principal socio, el gigante que tenemos al lado y al que deberíamos aprovechar con avidez, las relaciones están prácticamente congeladas. Desde el gratuito conflicto del senador Pinto, Brasilia no ha designado a su embajador en La Paz y ahí está nuestro representante, haciendo el ridículo, solitario y sin motivo, desparramando amenazas contra una revista.

Y Brasil no es la excepción pues los vínculos con el resto de nuestros vecinos tampoco son de los mejores. Nadie ha conseguido romper el hielo con Perú desde que las cosas se congelaron durante la guerra de insultos entre Evo Morales y Alan García; y con Paraguay, de no haber sido por la iniciativa del nuevo presidente Horacio Cartes que tuvo la inteligencia de hacer una visita a Bolivia, las cosas seguirían en el contexto del recelo y la desconfianza.

Con Chile, pese a que se ha presentado una demanda internacional que supuestamente encamina el conflicto marítimo hacia una senda de solidez, el nuevo cambio de Gobierno en Santiago parece provocar tambaleos en nuestra diplomacia que corre el riesgo de volver a su clásica incoherencia, que cambia de opinión y de talante según las afinidades ideológicas del vecino.  Con el nuevo año conviene hacer un replanteo de propósitos para la política exterior.

lunes, 6 de enero de 2014

Árbitro bombero

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha puesto parte de su cuota para asegurar, un año antes, el triunfo del oficialismo en las elecciones presidenciales. En una polémica resolución de sala plena, el organismo que supuestamente debería hacer el papel de árbitro de la campaña y de los comicios, se ha puesto la camiseta del Gobierno, determinando en principio, que la entrega de obras públicas y la difusión de mensajes orientados a ensalzar la gestión del candidato del MAS, no serán considerados actos de propaganda electoral. Esta decisión debería beneficiar a otros funcionarios que también son candidatos. Veremos hasta dónde llega el descaro de la parcialización. Pero aún hay más, pues el TSE también ha reglamentado la organización y difusión de encuestas y solo serán autorizadas aquellas que pasen por la supervisión del organismo, que también tendrá tuición con los medios de comunicación acreditados para la emisión de mensajes propagandísticos, hecho que ha provocado la protesta de los órganos de prensa independientes que podrían quedar excluidos del esquema publicitario. La cosa recién empieza, no sabemos qué más puede reglamentar el TSE; solo falta declarar el ganador antes de tiempo.

Bromas que resultan caras

En su afán de darle motivos de orgullo a un país donde casi el 30 por ciento de la población no tiene suficiente para comer, el Gobierno pretende sumar la energía nuclear a su lista de extravagancias en la que figuran los aviones Falcon, el satélite, el teleférico y el Dakar. Pese a que los especialistas dicen que aquello tiene más de fanfarronería que de realidad, pues no todo se puede comprar con plata, no es recomendable andar hablando de temas tan peliagudos en un mundo que siempre está con los pelos de punta por la amenaza nuclear de algunos países, algunos bastante fanfarrones. En los últimos años Bolivia ha hecho migas con Irán, una nación que se ha ganado la sospecha internacional por andar propalando sus “paradas de gallo tuerto” utilizando para ello la amistad con gobiernos que le hicieron el jueguito. Los iraníes –mejor dicho, el fantoche que tenían como presidente-, llevaron demasiado lejos sus desafíos y pusieron en peligro la paz en el territorio. Menos mal que el cambio de gobierno en Teherán ha traído la cordura y las cosas parecen retornar a la normalidad. Por desgracia siempre hay alguien dispuesto a asumir esos roles tan polémicos, que pueden causar chiste a nivel interno, pero fuera del país las bromas no siempre caen bien.

La nueva historia

La gente del Gobierno habla siempre como si hubiera llegado al poder hace dos días y como si los "ineptos neoliberales" hubieran gobernando dos siglos. Nadie se explica cómo en ocho años de gestión nadie se hubiera preocupado por mejorar el servicio y la cobertura de internet, uno de los peores y más caros de América Latina, comparable a las naciones africanas más atrasadas. De acuerdo a los datos del Censo 2012, menos del 10 por ciento de los hogares en Bolivia tienen conexión a Internet. La región mejor ubicada es Santa Cruz con el 16 por ciento, lo que refleja que hay zonas donde ni se han enterado que existe este medio de comunicación. Si revisamos el ranking de acceso a Internet en el mundo, observaremos que hay decenas de países que no cuentan con un satélite como Bolivia, pero están mucho mejor ubicados que nosotros y con precios más accesibles. De todas formas, lo pasado es pisado y como nuestra historia acaba de comenzar con el lanzamiento del Tupac Katari, sólo tomaremos en cuenta lo que suceda a partir de ahora. O sea que si dentro de un año elevamos ese indicador aunque sea en un uno por ciento, será motivo de gran festejo. Aunque esa posibilidad está en duda ya que el Gobierno ha dicho que la prioridad del satélite será el uso militar. La educación puede esperar.