lunes, 6 de enero de 2014

Árbitro bombero

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha puesto parte de su cuota para asegurar, un año antes, el triunfo del oficialismo en las elecciones presidenciales. En una polémica resolución de sala plena, el organismo que supuestamente debería hacer el papel de árbitro de la campaña y de los comicios, se ha puesto la camiseta del Gobierno, determinando en principio, que la entrega de obras públicas y la difusión de mensajes orientados a ensalzar la gestión del candidato del MAS, no serán considerados actos de propaganda electoral. Esta decisión debería beneficiar a otros funcionarios que también son candidatos. Veremos hasta dónde llega el descaro de la parcialización. Pero aún hay más, pues el TSE también ha reglamentado la organización y difusión de encuestas y solo serán autorizadas aquellas que pasen por la supervisión del organismo, que también tendrá tuición con los medios de comunicación acreditados para la emisión de mensajes propagandísticos, hecho que ha provocado la protesta de los órganos de prensa independientes que podrían quedar excluidos del esquema publicitario. La cosa recién empieza, no sabemos qué más puede reglamentar el TSE; solo falta declarar el ganador antes de tiempo.

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