lunes, 30 de marzo de 2015

Empate catastrófico

“Empate catastrófico” fue un término desafortunado que surgió después del año 2000, cuando comenzó a hacer crisis la joven democracia que inició sus "pininos" en 1985, tras el convulsionado parto de 1982 y sus tropezones iniciales. Era el empate entre los sistémicos y asistémicos, entre el oriente y el occidente, entre autonomistas y centralistas, entre dos visiones de país que pugnaban constantemente y que siguieron enfrentadas después del 2005, pese a que el MAS había declarado una victoria política, militar, ideológica y cultural sobre el otro bando. Pero resulta que ese país unipolar que imagina el vicepresidente y que seguramente es el que votó en octubre con un 61 por ciento de apoyo al MAS, está empatado con el país que sufragó ayer y que lo hizo de manera diametralmente opuesta. El asunto de fondo es que debemos dejar de ser tan simplistas y en lugar de pensar en términos futbolísticos o como si fuera una riña de gallos, decidamos enfrentar de una vez este país tan complejo y diverso que tenemos que gobernar. Es cuestión de no ver al oponente como el enemigo a destruir; de no seguir repitiendo “o conmigo o contra mí” y al menos dejar que la libertad de pensamiento se pueda ejercer dentro del partido. Es obvio que si insistimos en la vieja manera de analizar las cosas, llegará un momento que el MAS vivirá su propio empate catastrófico interno. A lo mejor está llegando.

El voto y su mensaje contundente

Ninguna de las amenazas lanzadas por el Gobierno central durante la campaña electoral dieron buenos resultados y en la mayoría de los casos se le volvieron en contra, a juzgar por los resultados de las elecciones subnacionales de este domingo en el que sin duda alguna se produjo el mayor revés electoral desde 2005, mucho más significativo aún, después de la abultada victoria conseguida por el MAS hace apenas cinco meses en los comicios nacionales que le dieron la tercera victoria presidencial a Evo Morales.
El mensaje de los ciudadanos que votaron para elegir gobernadores, asambleístas, alcaldes y concejales de nueve departamentos y más de 320 municipios se podría expresar en una sola frase: “no le tememos miedo al centralismo y tampoco confiamos en él”, ni siquiera bajo el chantaje reiterado tantas veces de no trabajar con opositores y tampoco financiar obras en aquellas jurisdicciones donde ganen los “neoliberales”, los “privatizadores”, “la derecha” los “vendepatria” y muchos otros dirigentes que fueron copiosamente descalificados por el discurso oficialista, que decidió cambiar radicalmente el tono conciliador previo a octubre, ese que le había permitido Evo Morales abrirse espacios en bastiones que siempre fueron hostiles hacia el “proceso de cambio”.
Lo cierto es que  el discurso de confrontación, las amenazas y el chantaje del régimen hegemónico han dejado de ser un factor positivo para el MAS y en lugar de granjearle un “voto duro” no ha hecho más que espantarlo, como ha sucedido con La Paz, donde no sólo se perdió Gobernación y Alcaldía, sino el bastión más preciado todos, la ciudad de El Alto. Lo mismo podría decirse de Cochabamba, donde perdió la Alcaldía; y de Cobija, donde comienzan a aparecer los gestos de irreverencia hacia los métodos empleados allí. En el Beni, la escandalosa manera de hacer trampa para vencer a la oposición y hacerse de la primera victoria tuvo resultados relativos que podrían quedar en nada en una segunda vuelta.
La gente que votó ayer no sólo rechazó los métodos y el talante del régimen; rechazó la prepotencia y la ineficiencia del centralismo. En cambio, le dio el sufragio a la autonomía, a la gestión local, a las obras y los liderazgos emergentes como el de Revilla, de Oliva, de Chapetón, de Leyes, Paz Pereyra, Gatty Ribeiro y muchos otros que se han ganado espacios a puro pulmón, en medio de un caudillismo secante que impide el surgimiento de nuevas figuras, sobre todo en los partidos y agrupaciones dominantes.
El MAS tuvo la oportunidad de hacer gestión local en La Guardia, en Sucre, en Cobija y otros municipios donde se metió a la fuerza, por la vía del golpe. La gente se ha pronunciado y ha vuelto a darle la confianza a quienes se mantuvieron en la senda del servicio, de la legalidad y el compromiso democrático. Ahora el oficialismo tiene la chance de reconocer esos liderazgos, tomar en cuenta los resultados globales y darse cuenta que el único camino que reconocen los bolivianos es el de la concertación.
En 2010, el Gobierno central fracasó en su primer intento por imponer en todo el territorio la hegemonía que había conseguido cinco años antes y que fue ratificada el 2009. La reacción fue la prepotencia, a través del golpe, los juicios y la guerra hacia los gobernadores y alcaldes disidentes. La gente vuelve a pedirle al oficialismo que gobierne para todos, que dialogue y que tienda puentes de acercamiento. El vicepresidente García Linera dijo ayer en relación a los resultados, que el país sigue siendo “unipolar”. Ojalá esas palabras hayan sido sólo producto de la frustración.

jueves, 26 de marzo de 2015

La sociedad Homero

Recuerdo un capítulo de Los Simpsons en el que un fabricante de autos le encarga el diseño de un modelo a Homero, por considerarlo el prototipo del hombre común, clase media, lleno de malos hábitos, mediocre y amante de la ley del mínimo esfuerzo. El resultado fue un adefesio lleno de chucherías que mandó a la quiebra a la compañía automotriz. 

Comento esto porque veo a muchos añorar una sociedad edificada a imagen y semejanza de nosotros mismos. El otro día, cuando bloquearon por cinco días el basural de Normandía, algunos propusieron la idea de que Santa Cruz tenga un botadero de auxilio, para cuando a alguien se le ocurra bloquear ¿Y por qué no dos, tres y hasta cuatro basurales? 

Si tuviéramos que adaptar la sociedad a cómo somos deberíamos poner basureros ambulantes, unos robots ultramodernos que vayan atrapando cada cosa que tiramos a la calle, desde el auto y el micro. Y hablando de transporte, la ciudad debería tener paradas cada diez metros para adecuarse al capricho de los usuarios, vendedores a cada paso para satisfacer la manera tan caótica que tenemos de abastecernos ¿Eso es lo que pasa no? 

Escucho a tremendos analistas hablar de construir más y más hospitales. ¿Para qué? ¿Para curar nuestra cochinera y nuestros malos hábitos alimenticios? Eso se cura en la escuela, mejor dicho en la casa, porque mientras nuestros padres no nos ayuden a cambiar de mentalidad, por más que construyamos colegios modernos y bien equipados, esta sociedad se mantendrá al borde de la quiebra y con líderes dispuestos a seguir manteniéndonos los caprichos. En otras palabras, seguiremos mereciendo la clase de políticos que tenemos. 

Las últimas elecciones

Los bolivianos deberíamos estar esperando con ansias que se termine el circo electoral, uno de los más deshonrosos que ha tenido lugar en este vapuleado país que a veces no encuentra explicaciones a su lugar en el mundo, siempre al lado de Haití. Para caer en cuenta, deberíamos= fijarnos en este “simple detalle”, es decir, en la manera cómo elegimos a nuestras autoridades, sobre las reglas que le inventamos a la democracia vernácula y en todos los trucos que inventan los “vivos” de siempre, como si fueran a perpetrar el gran descubrimiento de la prosperidad.
Supuestamente las elecciones del domingo serán las últimas de los próximos cinco años. Podríamos asistir a uno de los periodos más prolongados de la última década sin eventos electorales, después de haber participado en alrededor de veinte desde el 2005. No vaya ser que para nuestra desgracia, salga de la galera algún referéndum, una consulta o alguno de esos ensayos tan comunes en esta alocada democracia plebiscitaria. Ojalá que no.
El presidente Morales ha dicho que este será su último mandato, por lo que se espera que se acabe este estado de campaña permanente que lo ha mantenido de un lado a otro, inaugurando miles de obras, muchas de ellas sin mayor trascendencia para la vida de la gente, pero muy útiles a la hora de granjear votos. Lo mismo se puede decir de todos los gobernadores y alcaldes, la mayoría de ellos caudillos en su propio feudo, pequeños caciques que han estado alimentándose de un auge de ingresos que ha comenzado a declinar y que debería obligarnos a pensar en otra manera de conducir al país. Se acabaron los tiempos de las vacas gordas que alcanzaban para mantener al Fondo Indígena y muchas otras aberraciones que se han producido en estos diez años.
Los que van a votar el domingo deberían saber que todo ese mar de ofertas de los candidatos, incluyendo por supuesto, las que se van a ejecutar “solo en los lugares donde gane el MAS” están desde hace tiempo bajo un inmenso signo de interrogación, pues el país ha ingresado en un descenso económico vertiginoso producto de la caída de los precios de las materias primas, gas, minerales y soya, cuyas exportaciones son responsables de la mitad del Producto Bruto Interno y obviamente de los abultados ingresos públicos que han estado financiando el descomunal derroche del “Proceso de Cambio”. De hecho, en los primeros tres meses del año, podríamos haber acumulado una disminución de alrededor de 700 millones de dólares y el panorama es sombrío, pues los precios de los metales están cayendo y al gobierno comienza a tener complicaciones con los cientos de miles de mineros que otra vez podrían estar al borde de la quiebra como sucedió a mediados de los años ochenta.
Vamos a necesitar gobernantes concentrados en gestionar la escasez y las contingencias propias de una crisis, pues ha quedado demostrado que lo del blindaje fue un cuento de los ministros que a través de ese argumento han desnudado la falta de un plan para enfrentar lo que se viene y lo que está sucediendo en Brasil, en Chile y en todo el vecindario, donde hace tiempo están abocados a hacer ajustes, desarrollar planes alternativos, incentivar la austeridad y sobre todo la creatividad para evitar que el final de este superciclo de las materias primas derive en un nuevo periodo de caras tristes.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Planes de contingencia para Bolivia

Algunas voces se pronunciaron por la existencia de un plan de contingencia para responder en casos como el bloqueo de cinco días del basural de Normandía. Es muy simple, habría que construir un vertedero auxiliar, una nueva carretera como la que se hizo hace años, con todo los costos que ello significa. Habría que imitar lo que ocurre con la ruta a Cochabamba. Tenemos dos, por si una se corta, se derrumba o es bloqueada, está la otra: en pésimas condiciones, sin mantenimiento, pero a quién le importa. Como somos un país tan rico, podríamos tener todo de a dos: puentes, escuelas, hospitales, para que la gente bloquee a su gusto y no tengamos que molestar a la Policía para que cumpla con su trabajo y haga respetar las leyes. Y cuando tengamos un nuevo basural, alrededor de él se producirán nuevos asentamientos ilegales que serán tolerados por autoridades tan ineficientes o peores que las actuales. Esos habitantes reclamarán traslado, bloquearán el paso de los camiones con residuos y no faltará quien exija un plan de contingencia para el basural de auxilio. Qué país.

martes, 24 de marzo de 2015

Economía, preocupación y grandes mentiras

Hace unos días, en el acto de celebración del Día Nacional de la Soya, el vicepresidente García Linera comparó a los productores bolivianos con los paraguayos y se preguntó “qué tienen aquellos que no tengamos nosotros”, refiriéndose a los altos rendimientos, al número de hectáreas sembradas y otros factores que han convertido a la nación guaraní en una gran potencia soyera a nivel mundial.
Paraguay empezó mucho después que Bolivia a sembrar soya, pero hoy tiene 3,2 millones hectáreas con este cultivo, tres veces más que nuestro país que desde hace una década bordea el millón de hectáreas, a veces sobrepasando esta cifra y en ocasiones con algunas caídas, como ha sucedido en épocas de sequía especialmente.
Los paraguayos también sufren sequía y padecen los embates del cambio climático y en lugar de preguntarse qué tienen ellos, habría que ver qué no tienen.
Los paraguayos no tienen avasallamientos de tierras y si los hay, son hechos aislados, promovidos por grupos que no tienen altos contactos con el gobierno, el mismo que no incentiva actos ilegales y tampoco los tolera por cuestiones políticas.
Los productores de Paraguay no sufren el hostigamiento gubernamental que enfrentan los agricultores bolivianos; no son tratados como delincuentes, evasores y gente de mala índole. No son obligados a cumplir con ridículas regulaciones y a ellos tampoco se les prohíbe exportar.
Los soyeros paraguayos tienen altos rendimientos por hectárea, casi el doble de los bolivianos y no es porque sean mejores o más trabajadores, sino porque utilizan semillas transgénicas, como lo hacen todos los países vecinos que han asumido esta tecnología convencidos de que todo lo se habló en el pasado sobre los transgénicos fue mera fantasía de ciertos dogmáticos y fanáticos que todavía tienen mucha influencia en algunos gobiernos, entre ellos el de Bolivia.
Minutos antes de que hable García Linera lo hicieron los soyeros bolivianos y le plantearon los mismos argumentos que se expresan líneas arriba, pero fue como hablarle a una pared, como ha venido sucediendo cada vez que los empresarios de todos los sectores le han reclamado seguridad jurídica al régimen nacional.
Es tan confusa la actitud del gobierno, que un día habla de seguridad alimentaria y al otro día prácticamente le pone freno a la producción. En ocasiones defiende el estatismo como modelo dominante y hoy el ministro de Economía, Luis Arce, dice que la inversión privada es una vergüenza porque es un cinco por ciento menor que la pública.
El tema es que la declaración de Arce obedece a la desesperación que ha comenzado a cundir en el gobierno por la caída del precio del petróleo que ya causó remezones en las exportaciones y en los ingresos públicos. Si tan preocupados están deberían enviar los mensajes correctos y llevar adelante las políticas de incentivo a las inversiones que han estado reclamando no solo los empresarios nacionales, sino también gobiernos, compañías y organismos internacionales que hace años le pusieron un tachón al país.
El problema es que todo lo que hace el régimen es poco creíble. El lunes, mientras los empresarios digerían las palabras del vicepresidente y del ministro Arce, el gobierno aprobó un decreto que le entrega 20 millones de dólares más a la empresa nacionalizada Enatex, cuyo manejo ha sido calamitoso.

Miedo al terrorismo

Los líderes de la Federación Nigeriana de Fútbol han calificado como un acto de cobardía la decisión de sus colegas dirigentes de Bolivia, que de manera unilateral suspendieron un partido amistoso entre las selecciones nacionales de ambos países previsto para este 25 de marzo en la capital de la nación africana, Abuya. Los bolivianos no quisieron viajar por temor a las actividades terroristas del grupo islamista Boko Haram, que ha estado activo durante los últimos años en el norte del país, con un saldo numeroso de víctimas y atentados. Los nigerianos tienen razón en su queja, puesto que Bolivia ha estado dando señales algo ambiguas en relación al terrorismo y sus actores. Todos saben de las relaciones estrechas que se han montado con el régimen iraní, que en una ocasión envió de visita al país a un ministro vinculado con un atentado en Argentina. Estuvimos muy cercanos al exdictador libio Muhamar Kadafi; hemos tratado con guante de seda a ciertos grupos palestinos de mala fama en el mundo y también nos hemos comportado con complacencia frente al régimen sirio, causante de miles de muertes en los últimos años. Los nigerianos seguramente decidieron hacer la invitación porque creen que los bolivianos no le temen al terrorismo. Si no es así deberíamos ser más coherentes.

martes, 17 de marzo de 2015

Otra vez "falló" la democracia

Costó mucho trabajo y sangre convencer a las masas en los años 70 que la democracia sería mejor que la dictadura. Pasados algunos años, todavía se escuchaba por las calles de las ciudades latinoamericanas: “mejor estábamos con los militares”, especialmente cuando nuestros países estaban abatidos por la hiperinflación, la falta de recursos para cumplir con las necesidades más elementales de la población y por la inestabilidad política, que se agudizó con la llegada del nuevo milenio, cuando se produjo una suerte de agotamiento en Bolivia se denominó como “democracia pactada”, cuyo defecto más visible era el cuoteo y el clientelismo.
Al cabo de veinte años, la conclusión generalizada era que la democracia le había fallado a la gente, que no había servido para superar los viejos problemas de pobreza, desigualdad, marginalidad, insostenibilidad económica, mientras se mantenían imbatibles la corrupción, la exclusión y el prebendalismo, por citar solo algunas de las taras de nuestra política y que han persistido en las diferentes etapas de nuestra historia.
A finales del siglo pasado y principios del presente surgió una suerte de “tercera vía” en América Latina, de la mano de líderes carismáticos, arropados por ideas colectivistas y de valores muy populares como el indigenismo, la ecología y la inclusión. Casi todos traían en la espalda largos años de lucha social y de manera coincidente arrasaron en las urnas una y otra vez, montados sobre nuevos consensos acerca del funcionamiento de la democracia y por supuesto, sobre un hecho real e indiscutible: un periodo histórico de bonanza económica que les permitió a estos mandatarios gozar de muchas indulgencias de parte de una población que no ha estado hilando fino en materia de derechos, libertades, transparencia y de control, pilares fundamentales de la democracia y piezas indispensables para que el contrato social entre gobernantes y gobernados rinda frutos y se materialice en mejores y más duraderas condiciones de vida.
En este nuevo periodo de una década y más, además de los problemas que afearon la joven democracia veinteañera, se han sumado otros que eran propios de la dictadura militar, como el abuso de poder, la violación a los derechos humanos y la ausencia de contrapesos que se dieron por las reformas políticas dirigidas a implementar autocracias de largo alcance.
Ese millón de brasileños que salió el domingo a las calles a protestar contra el gobierno de Dilma Rousseff; esos indignados de Argentina y esos que se arriesgan a ser asesinados por las hordas chavistas que tienen órdenes de disparar a matar, no solo rechazan los viejos males de nuestras democracias. No solo están hastiados por la hipercorrupción que ha cobrado notas históricas en el continente. No solo gritan en contra de los atropellos a la justicia y el autoritarismo, de larga tradición en nuestra región. También  se angustian porque la democracia les ha vuelto a fallar; porque la pobreza vuelve a mostrar su feo rostro ahora que se viene un periodo de vacas flacas que podría devolver el marcador a cero en este proceso que no termina de arrojar resultados positivos. Pero no hay que culpar a la democracia, es que no hemos comprendido qué significa y qué alcances tiene.

Por un puñado de gorras

El candidato a alcalde por el MAS, Reymi Ferreira, se comparó con Percy y con Johnny Fernández al momento de explicar su comportamiento, registrado en un embarazoso video en el que se lo ve furioso, tacañeando unas gorras cuyo precio no debe sobrepasar los cinco bolivianos, según los innumerables comentarios registrados en las redes sociales. Cómo habrá sido de desubicada la reacción del postulante, que fue un “opa” (Nando Chávez) el que tuvo que salir en su auxilio para que vuelva a la cordura. De todas formas  Ferreira, quien se jacta de haber sido rector, concejal y gran intelectual (es contagiosa la enfermedad) tiene razón, pues nunca será lo mismo andar “chivoneándose” unas gorras que agarrarle las nalgas a una dama o pedir en público a la militancia que “no roben pero saquen algo”. El problema es que si el hombre de la G-77 cita a sus contrincantes en un asunto que no tiene explicación, es porque seguramente anda algo desesperado, lo que hace entendible su reacción iracunda. Por otro lado, no es bueno compararse con dos políticos tan curtidos como Percy y Johnny que han ganado varias elecciones y que saben mejor que nadie que a un politiquero se le perdona todo, menos que sea tacaño y sobre todo en campaña y en un partido que ha hecho de la “repartija” un asunto de Estado.

lunes, 16 de marzo de 2015

Los privilegios "familiares"

Nemesia Achacollo no es la primera ministra sometida a interpelación en este "proceso de cambio". Tampoco es la primera que sale aclamada luego asistir al interrogatorio en el Congreso.  No vamos a decir que su caso es el más grave ni el más escandaloso.  Por la Asamblea han pasado ministros acusados de cosas peores, "camionadas" de denuncias que resultaron impunes. Ni siquiera diremos que doña Nemesia es la ministra de mayor jerarquía en llegar al "banquillo", donde se han sentado ministros de Defensa,  de Gobierno y también célebres titulares del Ministerio de la Presidencia.  Pero hay algo que Nemesia Achacollo, a quien el presidente llama "suegra", debe valorar.  Nadie había gozado de tanta protección,  pues antes de la interpelación el vicepresidente García Linera dejó bien claro: nadie, salvo ciertos parlamentarios oficialistas, tenían permiso de dirigirle la palabra a la señora.

América Latina y las disculpas

Multitudinaria marcha en Brasil contra la corrupción.
Hace unos años América Latina era noticia mundial por muchos factores positivos. Brasil se codeaba con las grandes potencias, los líderes de la región causaban admiración,  las economías del continente surgían entre las más prósperas, algunas reformas sociales parecían dar buenos resultados y algunos creían que este nuevo siglo sería de los latinoamericanos, así como pasó con los "tigres asiáticos" en el pasado. Lamentablemente todo parece haber sido un espejismo. Hoy nadie habla de otra cosa que de la corrupción en Chile y en Brasil, de la debacle de Venezuela,  de la podredumbre de Argentina y de tantos otros aspectos como narcotráfico,  violación de los derechos humanos, inflación y obviamente la misma pobreza y desigualdad de siempre. Ayer salieron más de un millón de personas a protestar en Brasil contra la crisis y la corrupción gubernamental.  Nunca antes se había producido una manifestación de ese tamaño en democracia. Ese es un récord. ¿La habrá organizado Obama así le exigimos que se disculpe?

Cambio en la Caja Petrolera

Juan Carlos Calvimontes, ex ministro de
Salud y nuevo director de la Caja Petrolera.
Los médicos y trabajadores de la Caja Petrolera de Salud de Santa Cruz  se quedaron fríos al conocer a su nuevo jefe: nada menos que el exministro de Salud, Juan Carlos Calvimontes, famoso no solo por sus dos  dígitos cumplidos en la facultad de medicina para conseguir el título,  sino también por la violación de uno de los más sagrados preceptos de  los profesionales de la salud. Hace unos meses, Calvimontes no tuvo  problemas en revelar detalles del estado de salud de una alta  autoridad de la justicia boliviana, con el objetivo manifiesto de  darle una mano a los operadores políticos que querían deshacerse del  magistrado, quien cometió el delito de cuestionar algunas  determinaciones del régimen nacional. Los funcionarios han pedido que  se restituya la institucionalización de este cargo y que se designe a  un profesional con los méritos suficientes que ayuden a recuperar el  sitial de este servicio. El hospital de la Caja Petrolera alcanzó  durante varios años el sitial del mejor del país. No se podría decir  que hoy es el peor, pero con estos cambios está haciendo grandes  esfuerzos para lograrlo.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Insulza y el "grupo"

José Miguel Insulza, líder de la Organización de Estados Americanos (OEA) pertenece al “grupo” y a sus integrantes  se les perdona todo, sin importar lo que suceda, como ocurre con Venezuela, donde el “alcahueterío” internacional sigue funcionando a la perfección, con excepción de Barack Obama, que parece haber perdido la paciencia. Insulza hizo otro misterioso viaje a La Paz, donde se subió al teleférico como queriendo buscar una mirada más panorámica y conocer todo lo que sucede en el país. Para colmo, el diplomático accedió a reunirse con líderes opositores y obviamente hablaron de derechos humanos, de algunas denuncias y procesos, algunos de los cuales se encuentran esperando turno en las diferentes instancias de la OEA, donde hasta ahora le han dado poca importancia, porque Evo Morales también es integrante del “grupo”. Sería muy serio para el régimen boliviano que Insulza le quite el apoyo grupal, como lo es para Chile que Bolivia continúe con sus demandas e insistencias relacionadas al tema marítimo. Antes que nada Insulza es chileno y seguramente habrá puesto en una nueva encrucijada al gobierno. Veremos qué tanto le interesa el mar a nuestras autoridades.

martes, 10 de marzo de 2015

Todo un país bajo sospecha

Nuestro país ya no tiene ningún argumento creíble para negar lo que están afirmando algunas redes informativas internacionales y famosos expertos en materia de seguridad. “Bolivia es un narcoestado”, aseguran esas voces y conviene que la ciudadanía tome en cuenta esas advertencias ya que las instancias políticas siguen insistiendo en “no ver el elefante en medio de la habitación”.

El arresto de un segundo general de la Policía vinculado al narcotráfico en menos de cuatro años puede ser sencillamente la punta de un gigantesco iceberg que deja claro que las bandas del narcotráfico han penetrado las instituciones del Estado y han llegado hasta lo más alto del poder. Y no estamos hablando de mafias de poca monta ya que se trata del funcionamiento en el país de un peligroso cártel mexicano cuya presencia en el territorio ha sido negada hasta el cansancio por las autoridades que han tenido a su cargo la guerra contra las drogas.
Habría que ver qué está pasando dentro de las Fuerzas Armadas, puesto que es la única institución que queda por mencionar en este cuadro de implicaciones que deja muy mal paradas a autoridades de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Además, hasta ahora habíamos hablado de una conducta permisiva, de cierta parsimonia para encarar el problema y de una complicidad que incluso fue mencionada en Brasil por una importante figura política. Pero hay señales que indican que el narcotráfico goza de las ventajas de tener todo un aparato institucional a su servicio, con ramificaciones en todo el territorio nacional y poder para aprovechar todo el potencial, como ocurre con el fenómeno de la droga peruana que usa a Bolivia como plataforma de exportaciones gracias a las grandes “ventajas comparativas”.
Está demostrada y admitida la presencia de grandes cárteles internacionales de la droga en el país y eso no sería posible sin la conexión y la articulación con el resto de la región y en esto, Argentina parece ser el principal socio de esta “mexicanización” de América del Sur, que hasta el papa Francisco ha mencionado con profunda preocupación respecto de su país de origen.
Obviamente no se podría hablar de un narcoestado sin involucrar al territorio y a la población. Está probado que las redes de la mafia han  corrompido gran parte del tejido social del país, con comunidades, movimientos sociales, organizaciones y líderes de todos los niveles que protegen las actividades ilícitas, les brindan cobijo en sus reductos y repelen con fuerza las intervenciones policiales.
No se puede dejar de mencionar que el narcotráfico forma parte crucial en nuestra economía y tal como ha sucedido con México y Colombia, este crimen ha conseguido diversificarse por medio de actividades conexas, ya sea ilícitas como la intermediación financiera paralela o el secuestro y por medio del lavado de dinero, usando a industrias formales como pantalla.
Estamos en un nivel de complicación muy grande en la que naturalmente corre peligro no solo la vigencia de la democracia, sino la existencia de nuestra nación con un estado soberano, pues como van las cosas, son las mafias las que toman el poder e imponen sus reglas a los ciudadanos y por supuesto, también a los líderes políticos que pasan a ser los subalternos de los cárteles.

lunes, 9 de marzo de 2015

La vieja Ley del Embudo

La amenaza de no darles ni un centavo a los municipios y gobernaciones opositoras no es de asombrarse y de eso pueden atestiguar muy bien los benianos, que ni siquiera con el agua al cuello despertaron la sensibilidad del gobierno.
Pero en esta ocasión cobra mucho más sentido después de observar las cifras de las exportaciones del mes de enero, que no solo destruyen totalmente la famosa cantaleta del “blindaje” frente a la caída del precio del petróleo, sino que dibujan los primeros trazos de la nueva realidad que podría afrontar el régimen, que durante diez años ha estado “volanteando” la plata a manos llenas. Ha sido tal la hemorragia de dólares, que la piñata alcanzó para todos, cosa que puede cambiar y obviamente habrá unos más perjudicados que otros.
En principio han caído muy mal las palabras del presidente Morales y algunos vaticinan un efecto contrario al supuestamente buscado, pero si se recapacita con los números en la mano, el tema cobra coherencia y tal vez haga pensar a muchos, especialmente a los que saben que nuestras autoridades no andan con amenazas.
Como decíamos, solo en el mes de enero, la caída del total de las exportaciones nacionales alcanzó un 32 por ciento respecto del mismo periodo del año anterior, lo que en metálico significa una reducción de 185 millones de dólares.
Como se sabe, el sector de los hidrocarburos constituye casi la mitad de las ventas bolivianas al exterior y naturalmente la cuota del gas es muy grande. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, el valor de los envíos de gas a Brasil y Argentina se redujo en casi un 30 por ciento en enero, lo que equivale a una disminución de 160 millones de dólares.
Otro de los sectores que también suma en este bajón es la minería, cuyo principal producto de exportación, el estaño, ha experimentado una caída en su cotización de alrededor del 20 por ciento. En las minas estatales, especialmente en Huanuni, se han declarado en emergencia y el reto es incrementar la producción, pero tendrán que hacerlo con menor cantidad de personal ya que están analizando deshacerse de una parte de la enorme cantidad de supernumerarios contratados durante la era de la nacionalización.
El sector agropecuario ha sido uno de los más castigados con el derrumbe de los precios y eso se nota en el valor de las exportaciones de enero, un 52 por ciento menos que el mismo mes de 2014.
En total, el valor de las exportaciones habría caído un 22 por ciento, con una reducción de más de 225 millones de dólares solo en un mes, cifra que es tremendamente más grande que los 40 millones de dólares anuales que calculó como impacto el vicepresidente García Linera. Incluso es mayor que las estimaciones hechas por los más pesimistas, quienes previeron una reducción de mil millones de dólares en todo el año.
Naturalmente, con estas cifras, con los antecedentes que tiene este país, con el comportamiento que ha tenido el gobierno del MAS en estos años y con la más reciente amenaza en la mano, no hay duda que hoy existen más razones para aplicar la ley del embudo.

Metástasis plurinacional

Atrapar a otro general de la Policía Boliviana vinculado al narcotráfico no parece poco, pero no alcanza para definir a Bolivia como un “narcoestado”, opinión que ya circula en algunas redes informativas internacionales. Obviamente los que tratan de negar esa hipótesis son funcionarios del Gobierno nacional que han sido relacionados con el excomandante Óscar Nina y que hace tres años también fueron mencionados cuando se detuvo al general René Sanabria, otro uniformado que gozaba de altos niveles de confianza en el régimen.
Afirmar algo es fácil y negarlo también, pero costará trabajo convencer cómo es que un policía con su hijo trabajaron en solitario nada menos que con el famoso narco mexicano 'Chapo' Guzmán. Habrá que ver si esas relaciones empezaron justo en el tiempo que indica el Gobierno o ocurrieron antes, como lo sugiere el senador Róger Pinto desde Brasil, donde se encuentra refugiado huyendo de todos los juicios que le inició el Gobierno precisamente por hablar de lo mismo que hoy nuestras autoridades están mencionando como ciertas. Algo habrá tenido que pasar para que se saque algo de basura debajo de la alfombra y el problema es que cuando eso se produce las consecuencias son impredecibles; es como una metástasis, nunca se sabe qué órganos va a complicar.

jueves, 5 de marzo de 2015

Indígenas: usar y botar

Han pasado 523 años desde que los españoles llegaron a esta parte de América y casi 200 años desde que nuestros pueblos alcanzaron la independencia de los colonizadores. Los conquistadores llegaron con las armas que usaron todos los imperios y doblegaron a los nativos con los mismos métodos que la cultura ha estado utilizando por milenios. ¿Qué ha cambiado desde esa época hasta nuestros días?
Algunos tomaron la drástica decisión de exterminar a los indoamericanos, hecho que no sucedió en las colonias españolas y portuguesas por “motivos humanitarios” y religiosos. Pese a ello, a los avances de la civilización y al enorme peso demográfico que tienen los indígenas en nuestro continente, la situación no es mejor ahora o tal vez ha conseguido progresos muy leves, porque de una u otra manera, la dominación, la marginación y el exterminio (aunque sea lentamente) siguen vigentes, incluso en Bolivia, donde la población originaria es una de las más grandes de la región y donde el gobierno es ejercido supuestamente por indígenas.
El nacimiento de la República, las diversas revoluciones y transformaciones que se han sucedido a lo largo de nuestra historia lamentablemente no terminan de provocar cambios significativos en la vida de los indígenas. En principio los engañaban con espejitos de colores, más tarde se usó el alcohol y la coca como métodos de enajenación; se los escondió el reservaciones, se les prometió y mintió hasta el cansancio y también son innumerables las ocasiones en las que se los ha utilizado, porque siempre han sido excelentes como bandera, pantalla y peldaño político.
Eso es exactamente lo que ha ocurrido en Bolivia, donde los indígenas han quedado reducidos a un mero estandarte, a un elemento de representación totalmente vacío que no se traduce en mejores condiciones de vida de los pueblos, que se mantienen con los peores índices socioeconómicos del país, pese a que supuestamente hoy vivimos nuevos tiempos en la inclusión política.
El escándalo del Fondo Indígena es una muestra precisamente del vejamen que se ha cometido siempre con los pueblos indígenas, pero en lugar de alcohol, esta vez se utilizó el dinero (migajas en realidad comparado con la farra generalizada del Estado Plurinacional) para emborrachar a los dirigentes, que lógicamente hicieron de las suyas sin control ni fiscalización.
Con la entrega de esos fondos, el régimen se lavó las manos, convenció a la gente (sobre todo a la opinión pública internacional) de que estaba trabajando para mejorar la vida de los pueblos originarios; recaudó un inmenso capital político interno y encima de eso se apoderó de un arma de chantaje contra las organizaciones sociales, indígenas y campesinas que pidieron respeto a sus cuotas de poder en las elecciones de octubre del año pasado y en las que se avecinan, después de que el oficialismo intentó suplantarlos por viejas figuras de la política tradicional con las que busca tejer otra red clientelar, puesto que los indígenas ya no son necesarios en la búsqueda de la “popularidad”.

Trabajar con el centralismo

Los más sorprendidos con las afirmaciones del presidente Morales, quien ha dicho en otras palabras, que él, además de Primer Mandatario, también puede ser alcalde de 327 municipios, gobernador de nueve departamentos y quién sabe qué más, deben ser los estudiantes del colegio Nueva Jerusalén de Warnes. Esos chicos no tienen pupitres  donde sentarse, sus padres deben pagar los sueldos de los profesores porque no hay ítems y carecen de casi todo para estudiar. Todo eso ocurre pese a que hace años el municipio norteño tiene conducción masista, la misma que se logró por el derrocamiento de la oposición.
Pero más sorprendidos deben estar los habitantes de La Guardia, que durante mucho tiempo fue el mejor municipio del país y desde que entró el MAS hace unos tres años, también vía golpe, se ha convertido en el más caótico, donde se han sucedido varios alcaldes oficialistas y donde en alguna ocasión hubo tres cabezas que han hecho y deshecho de aquella otrora agradable campiña.
Y qué se puede decir de Cobija, donde hoy están con el agua al cuello por los desbordes, pese a que tanto el departamento como el municipio fueron tomados política y militarmente por el gobierno, que supuestamente debía invertir cuantiosos recursos en la protección de la ciudad, con el despliegue de comandos castrenses para salvaguardar a la población de las inundaciones. Recordemos que gracias a los recursos del IDH que se aprobaron antes del ascenso del MAS al poder, Cobija incrementó sus ingresos en un mil por ciento, dinero que debería verse en mejoras que todavía no se observan. Habría que ver qué fue lo ganó gracias al beneficio de “trabajar con el presidente”.
El presidente quiere convencer de algo que los bolivianos afortunadamente han comenzado a rechazar sistemáticamente en los últimos años: el centralismo que nunca fue ni será bueno para nadie, ni siquiera para los paceños que tiran el grito al cielo cada vez que amenazan con quitarle la mamadera del elefantiásico aparato estatal, que un día tendrá que acabarse y que los dejará sin medios sostenibles de vida.
El centralismo boliviano trabaja con una lógica medieval que se ha acentuado. Se parece también a la forma cómo actúan los mafiosos que venden su protección a los que le besan la mano al padrino y le juran lealtad. En el pasado, cuando no había plata y los presidentes no tenían ni aviones ni helicópteros, los alcaldes, los prefectos y los presidentes de las corporaciones de desarrollo, debían peregrinar ante el señor feudal para conseguir sus favores. Hoy la cosa es al revés, el mesías baja del cielo con regalos, los reparte como si fuera Papá Noel y se marcha sin asegurarse si los niños se han portado bien. Hasta en este detalle las cosas también funcionan patas para arriba, como ha sucedido con el Fondo Indígena, donde los más “traviesos” se llevaron todo.
¿Hay alguien que se beneficia de trabajar con el centralismo? Claro que sí, todos esos dirigentes que “han volanteado” la plata de los indígenas y que pese ellos siguen de ministros y de candidatos honorables.
También ciertos gremios empresariales que hoy son señalados como ejemplo para los cruceños. Ellos son de la misma casta de amiguetes que seguramente habrá construido el puente que se acaba de caer en la carretera a Cochabamba.

La mentira del blindaje

Desde que el precio del petróleo comenzó a bajar vertiginosamente el año pasado, los analistas y líderes políticos hicieron diferentes pronósticos, desde los más pesimistas, hasta los más optimistas. Estos últimos llegaron a decir que no había de qué preocuparse, puesto que las pérdidas anuales no llegarían ni a cuarenta millones de dólares, mientras que en el otro bando hablaban de mil millones de dólares, bajón que se comenzaría a notar después del primer trimestre de 2015. El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de sacarnos de dudas luego de hacer público el reporte de las exportaciones correspondiente al mes de enero. Según estos datos, las ventas bolivianas al exterior han caído en un 22 por ciento frente al monto registrado en el mismo mes del año pasado. En el sector de hidrocarburos el descenso llega al 32 por ciento, lo que significa alrededor de 186 millones de dólares menos. Y si observamos la caída del valor de las ventas de gas natural, el principal producto de exportación de Bolivia, el porcentaje alcanza casi el 30 por ciento, lo que en dinero significa 161 millones de dólares de disminución. Si hacemos un cálculo muy  simple, no hay duda que la factura anual fácilmente superará los dos mil millones de dólares más del doble de lo previsto por los más optimistas.

lunes, 2 de marzo de 2015

Stalin en las redes sociales

Stalin ha resucitado y anda suelto, no solo en Venezuela, sino que también se da sus vueltas por nuestro país. Recientemente estuvo en Facebook, donde leyó los comentarios del rockero boliviano Rodrigo "Grillo" Villegas, quien se expresó con toda libertad acerca de la actuación del grupo Pasión Andina en Viña del Mar y opinó desde un plano netamente artístico, que la chilena Elizabeth Morris tuvo una mejor actuación que nuestros compatriotas, quienes por cierto, han seguido la pauta gubernamental de que los bolivianos no deberían acudir más al evento musical chileno. Como suele ocurrir en las redes sociales, el "Grillo" Villegas recibió opiniones a favor y en contra (algunos le dijeron antipatriota y pro chileno), pero obviamente, gracias a una sistemática acción de manos negras que han aprendido muy bien a operar en estos casos, consiguieron que Facebook le cerrara la cuenta al cantante boliviano, hecho que tiene un efecto terrorífico entre quienes ahora se cuidarán mucho antes de ejercer su libertad de expresión. Ahora sabemos que hablaban en serio las autoridades que dijeron que vigilan lo que se dice en las redes sociales. Pero nunca pensamos que pondrían a Stalin de vigilante.

Por una medallita

La empresa eléctrica española Iberdrola ha anunciado que recurrirá  a un arbitraje internacional para que Bolivia le pague por la expropiación de cuatro filiales que la compañía controlaba en nuestro país. El gobierno nacional aprobó a finales de 2012 un presupuesto de 65 millones de dólares de compensación, pero ésta exige más de 75 millones. El procurador del Estado, Héctor Arce, ha anunciado la suspensión de las conversaciones con la empresa argumentando que “no se negocia  bajo presión”. En medio de este conflicto llegó al país el ex presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien fue objeto de pomposos homenajes de las autoridades bolivianas. De manera sorpresiva, el presidente Evo Morales le entregó al líder ibérico la máxima condecoración del país, El Cóndor de los Andes, durante una ceremonia en la que hizo alusión al caso Iberdrola y afirmó que Bolivia no quiere problemas con España. Cada vez que Argentina quiere algo de Bolivia, alguna universidad del vecino país le entrega un título honoris causa a uno de nuestro mandatarios, quienes siempre han respondido favorablemente a favor de los extranjeros aun a costa de algunos intereses bolivianos. A lo mejor Rodríguez Zapatero se inclina por Bolivia a cambio de la medallita.