Atrapar a otro general de la Policía Boliviana vinculado al narcotráfico no parece poco, pero no alcanza para definir a Bolivia como un “narcoestado”, opinión que ya circula en algunas redes informativas internacionales. Obviamente los que tratan de negar esa hipótesis son funcionarios del Gobierno nacional que han sido relacionados con el excomandante Óscar Nina y que hace tres años también fueron mencionados cuando se detuvo al general René Sanabria, otro uniformado que gozaba de altos niveles de confianza en el régimen.
Afirmar algo es fácil y negarlo también, pero costará trabajo convencer cómo es que un policía con su hijo trabajaron en solitario nada menos que con el famoso narco mexicano 'Chapo' Guzmán. Habrá que ver si esas relaciones empezaron justo en el tiempo que indica el Gobierno o ocurrieron antes, como lo sugiere el senador Róger Pinto desde Brasil, donde se encuentra refugiado huyendo de todos los juicios que le inició el Gobierno precisamente por hablar de lo mismo que hoy nuestras autoridades están mencionando como ciertas. Algo habrá tenido que pasar para que se saque algo de basura debajo de la alfombra y el problema es que cuando eso se produce las consecuencias son impredecibles; es como una metástasis, nunca se sabe qué órganos va a complicar.
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