lunes, 30 de marzo de 2015
Empate catastrófico
“Empate catastrófico” fue un término desafortunado que surgió después del año 2000, cuando comenzó a hacer crisis la joven democracia que inició sus "pininos" en 1985, tras el convulsionado parto de 1982 y sus tropezones iniciales. Era el empate entre los sistémicos y asistémicos, entre el oriente y el occidente, entre autonomistas y centralistas, entre dos visiones de país que pugnaban constantemente y que siguieron enfrentadas después del 2005, pese a que el MAS había declarado una victoria política, militar, ideológica y cultural sobre el otro bando. Pero resulta que ese país unipolar que imagina el vicepresidente y que seguramente es el que votó en octubre con un 61 por ciento de apoyo al MAS, está empatado con el país que sufragó ayer y que lo hizo de manera diametralmente opuesta. El asunto de fondo es que debemos dejar de ser tan simplistas y en lugar de pensar en términos futbolísticos o como si fuera una riña de gallos, decidamos enfrentar de una vez este país tan complejo y diverso que tenemos que gobernar. Es cuestión de no ver al oponente como el enemigo a destruir; de no seguir repitiendo “o conmigo o contra mí” y al menos dejar que la libertad de pensamiento se pueda ejercer dentro del partido. Es obvio que si insistimos en la vieja manera de analizar las cosas, llegará un momento que el MAS vivirá su propio empate catastrófico interno. A lo mejor está llegando.
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