martes, 16 de julio de 2013
La cuerda no se acaba
Van dos semanas y la gente del Gobierno sigue “sacándole viruta” al incidente del avión presidencial. Todo indica que este asunto no medirá tiempos ni consecuencias. Ahora resulta que no sirven las disculpas que han emitido los ministros y las instituciones de los países que cometieron el bloqueo y se está exigiendo un pedido de perdón “de presidente a presidente”. Luego van a querer que sea de rodillas. Es una exageración pensar aquello, pero no estamos lejos. Es obvio que un Gobierno en campaña permanente haga todo lo posible por capitalizar políticamente este hecho tan lamentable, pero es necesario hacer un balance del efecto interno con las consecuencias que podría acarrearle al país, el hecho de seguir dándole rienda suelta al “ají de lengua”. Habría que pensar, por ejemplo, si es prudente llamar “cachorros del imperio” al jefe del gobierno español y a su ministro de relaciones exteriores. Ya lo anticipó un analista internacional. No vaya a ser que se use esta circunstancia para volver a llevar las relaciones “norte-sur” a un extremo irreconciliable y de alguna manera revitalizar la guerra fría. Esta idea no es compartida ni siquiera por el nuevo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a quien este problema lo ha pillado en pleno proceso de recomposición de las relaciones con Estados Unidos. ¿Será él quien llame a la calma?
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