martes, 31 de diciembre de 2013
Orgullo boliviano
Al mayor experto en economía del país le costó bastante entender la
diferencia entre los tipos de harina, hecho que explica por qué no se
puede sustituir el pan de batalla por un cuñapé. Mucho más difícil fue
explicarle que la soya que se cultiva en Bolivia no solo es alimento
para los chanchos y seguramente a él y a todos los entendidos en números
todavía no les entra en la cabeza la importancia que constituye para un
país la producción de alimentos. Para hablar muy simple, resulta más
estratégico que tener un satélite o que organizar el Dakar, por citar
los dos últimos grandes orgullos nacionales. A ellos debería preocuparle
que la importación de alimentos siga incrementándose y no en pequeñas
proporciones, como la increíble inflación cero de la que se está
hablando. De acuerdo a los datos del INE, de enero a noviembre del 2013,
la compra de comida del exterior subió en un 13 por ciento respecto del
mismo periodo del año anterior. En algunos artículos como alimentos
básicos, el crecimiento es alarmante y supera el 62 por ciento, algo que
sin embargo ya no sorprende en los mercados, pues desde hace mucho se
consigue más fácilmente papa y cebolla peruanas en lugar de las
nuestras.
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