El embajador de la Unión
Europea en Bolivia, Timothy Torlot
En la jerga de los abogados bolivianos existe un término muy usado, “mover el juicio” y está relacionado al esmero “profesional” (que a veces va dentro de un sobrecito), que hay que ponerle a un caso para que no se duerma ni se muera, pues de lo contrario, los jueces no tienen problemas en batir récords Guinness suspendiendo audiencias y retrasando las cosas, esperando justamente la “justa retribución”. El “caso terrorismo” parecía condenado al estancamiento después de que saltaron los extorsionadores y Marcelo Soza encendió el ventilador y ahora más que nunca, el Gobierno parece interesado en que no se conozca la verdad, justo cuando el tiro está por salir por la culata. Mucho más cuando se acercan las elecciones y el caso Rózsa amenaza con copar la agenda electoral y el exfiscal de hierro con la garganta afinada para que lo graben los europeos. Y hablando de europeos ¿adivine quién es el que ha estado presionando para que se mueva el juicio contra los 39 acusados que están en la fase de las declaraciones? Nada menos que el embajador de la Unión Europea en Bolivia, Timothy Torlot ha confirmado que diplomáticos de Irlanda, Hungría, además de diputados del Parlamento Europeo siguen de cerca el caso y le han insistido a la Justicia para que el proceso no se detenga. Solo esperan la sentencia para iniciar ellos su propia demanda internacional.
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