viernes, 5 de diciembre de 2014

Dame la mano, toma la mía

La costumbre de saludar con un apretón de manos surgió en la antigüedad, cuando era muy común andar con alguna daga o un puñal “bajo el poncho”. Mostrar la mano abierta y ofrecerla al prójimo era una señal de paz, de que no había qué temer y un compromiso también de que no habría ataques. La diputada opositora cochabambina Norma Piérola asegura haber sido blanco de acoso, ataques, insultos, presión y amenazas del oficialismo y ella dice representar a todos quienes han sufrido persecución, encarcelamiento y represión en los últimos nueve años. La parlamentaria se presentó ayer para recibir sus credenciales de diputada reelecta y se negó a estrecharle la mano al presidente Morales. Pese a las innumerables críticas que recibió de los oficialistas ella dijo que no fue un acto de malacrianza, sino que prefirió no ser hipócrita y mantenerse en su línea crítica, al extremo de que expresa su desconocimiento de la autoridad del primer mandatario. Como si fuera algo natural en estos tiempos, un periodista de radio Panamericana le preguntó si no teme a las represalias a lo que Piérola respondió “Más de las que he recibido, no creo”. Su pronóstico falló pues a la salida del acto organizado por el Órgano Electoral, la congresista fue despedida con un sonoro abucheo de militantes del oficialismo que también la escupieron, según denunció más tarde la diputada. “Ya estoy acostumbrada”, manifestó.

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