domingo, 16 de septiembre de 2012

El MAS en Santa Cruz

El alcalde cruceño Percy Fernández admitió su sociedad política con el MAS en medio de una ola de amenazas de juicios en su contra. Fue una forma de comunicarles a sus detractores, los periodistas y medios de comunicación, el tamaño del aliado que tiene a su favor, nada menos que el principal hostigador de la prensa independiente y quien tiene la sartén por el mango en materia de justicia.

Percy Fernández ha hecho su confesión a pocos días de celebrarse el 24 de septiembre y podría decirse que “el sofocón” ha pasado satisfactoriamente. El flamante presidente del Concejo, el masista Saúl Ávalos, ha salido (de oficio) a hacer algunas aclaraciones sobre una alianza que se había constituido en un secreto a voces y que no ha recibido ningún tipo de crítica en Santa Cruz, salvo la del presidente del Comité Cívico, que viene a representar algo así como la voz de la ingenuidad, frente al estrecho vínculo que vienen manteniendo desde hace mucho las élites cruceñas con el Gobierno central.

Saúl Ávalos les ha hecho saber a todos lo que pretendan mantenerse en esa ingenuidad, que desde ya, la fisonomía de la celebración del 24 de septiembre va a cambiar radicalmente y que en primera fila de los actos oficiales estarán todas las autoridades nacionales, los ministros y líderes de los movimientos sociales afines al Gobierno.

Es posible que todas estas señales formen parte de la promesa que hizo el presidente Morales, quien hace algunos años dijo que después del “palo” vendrían los arrumacos. Últimamente se ha producido un notorio acercamiento entre los dirigentes del sector agropecuario y las autoridades nacionales relacionadas con el agro, aunque en los hechos, las prohibiciones y las restricciones se mantienen casi intactas. Razones sobran para permanecer desconfiados como lo hace el líder cívico Herland Vaca Díez.

La otra señal que puede generar entusiasmo es la resolución del Tribunal  Constitucional que paraliza la aplicación de los artículos la Ley Marco de Autonomías en relación al procesamiento de las autoridades y que le han servido al Gobierno para derrocar decenas de alcaldes y gobernadores. El dictamen llegó como el sonido de la campana para el gobernador Rubén Costas, quien peleaba el último round antes de ser destituido. Puede que el oficialismo esté esperando la devolución del favor y tal vez en los próximos días se produzca en la avenida Omar Chávez la misma confesión que hizo el alcalde Fernández.

Que Percy Fernández y Rubén Costas terminen de abrirle las puertas de Santa Cruz al MAS sería una gran ventaja para el oficialismo, que en siete años no ha podido conseguir el liderazgo regional. Se trata de dos figuras con una imagen blindada electoralmente, mientras que el masismo no consigue estructurar una dirigencia más o menos decente en la región. En los últimos años se ha mantenido con personajes prestados, algunos rostros llenos de sombras y la mayoría de ellos, con serias complicaciones morales que rayan en lo delictivo.

Pese a todo, al MAS todavía le falta mucho para conseguir imponerse en Santa Cruz. Más que nada, tiene que deshacerse de su imagen de pendenciero, avasallador y atropellador de las leyes y de la propiedad. En realidad, el mejor consejo que le han dado al MAS en los últimos tiempos se lo dio el cardenal Julio Terrazas, uno de los líderes más queridos, respetados e íntegros de Santa Cruz y que ha sido también uno de los más agredidos por el Gobierno. Mons. Terrazas sugirió perdón,  indulto y amnistía para buscar la reconciliación.

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