sábado, 1 de septiembre de 2012
Un raro honor
El viernes se produjo uno más de los insólitos episodios a los que nos tiene
acostumbrados el Concejo Municipal de Santa Cruz, candidato a disputarle
el puesto a cualquiera de los caóticos mercados que abundan en nuestra
querida capital oriental. ¿Por algo debe ser no? En una sesión convocada
por Desirée Bravo, quien ya había sido elegida de forma irregular como
presidente del órgano deliberante, fue ratificada en el cargo, gracias
al voto de cinco concejales suplentes que ella misma habilitó, pese a
que -insistimos- su autoridad no gozaba del suficiente respaldo legal,
ni para hacer la convocatoria y menos para habilitar a nadie y peor
todavía, para posesionarse como presidente. Para la sesión estaban
convocados 22 concejales y solo fueron los cinco mencionados, que
obviamente votaron por Desirée, quien ostenta el honor de ser la
concejal más antigua del municipio. A la reunión no acudieron los
disidentes y tampoco los representantes del MAS, quienes nuevamente han
preferido mantenerse al margen para no ser vinculados con semejante
zafarrancho. Para que no queden dudas sobre la autoría intelectual de
esta escena tan grotesca, el concejal masista Saúl Ávalos fue elegido en
ausencia, vicepresidente del Concejo. Todo esto sucede para garantizar
la sesión de honor del 24 de septiembre. Qué raro y maloliente honor.
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