lunes, 14 de enero de 2013
Coca y legalidad
La prohibición del masticado de la coca es uno de los asuntos más absurdos que se puede considerar en Bolivia, sobre todo cuando el famoso "bolo" ha penetrado los círculos más elitistas de la sociedad. Pero eso no es lo mismo que establecer un control de la producción de coca, materia prima de la fabricación de la cocaína. Por esa razón es que el Gobierno del MAS se ha negado sistemáticamente a realizar un estudio para saber cuánta hoja de coca se necesita para acullicar. Ese dato inmediatamente arrojará la cifra de hoja que sobra para procesar su derivado más rentable. Ahora que Bolivia ha conseguido un gran éxito al despenalizar el acullico, la ONU y toda la comunidad internacional, a la cabeza de dos potencias como Rusia y Estados Unidos, nada menos, comenzarán a presionar con mayor fuerza para que nuestro país haga una demarcación mucho más precisa de los dos usos principales de la coca. De hecho, una de las primeras prohibiciones es la exportación de la "hoja sagrada", ¿lo cumplirá el Estado Plurinacional? El Gobierno ha celebrado el retorno a un escenario legal como la Convención de Viena, pero lo más probable es que dentro de poco, el Estado Cocalero de Bolivia se dé cuenta que lo más conveniente era la ilegalidad.
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