lunes, 7 de abril de 2014

Algo huele mal en el norte

Hace unos meses el Gobierno intentó posicionar a la región de Apolo como una zona roja del narcotráfico y se utilizó un misterioso incidente con los cocaleros como excusa para intervenir con fuerza en aquel lugar. Luego se comprobó que el norte de La Paz es poco menos que irrelevante en cuanto a la producción de coca ilegal, sobre todo cuando se la compara con el Chapare. Con algo más de credibilidad, las autoridades han sacado a relucir a Yapacaní donde, no cabe duda, se ha dado un proceso brutal de expansión de la coca y el narcotráfico. Pero de cualquier forma, tanto esa localidad como el resto de la provincia Ichilo está muy lejos de llegar al volumen de producción del Chapare, tanto de coca como sus derivados y por supuesto, tampoco es Yapacaní el "centro de producción de droga" como lo afirma una autoridad que impulsa -con toda razón-, la creación de un cuartel de Umopar en la conflictiva localidad ubicada a la vera de la carretera Santa Cruz-Cochabamba. El proceso de "satanización" de Yapacaní ha sido complementado con la difusión de la noticia (que ya es vieja en realidad) de que hay presencia de "emisarios" de cárteles internacionales. Muy bien todo, el cuartel, la lucha contra los narcos y contra la coca ilegal, pero no hay nada que despeje la duda de que simplemente se trata de la eliminación de la competencia.

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