El Censo y la viveza criolla

El Censo debería servir para sacarle una fotografía y también una radiografía al país, pero las chapuzas del Gobierno, que se suman a las avivadas de algunos sectores, nos están llevando al peligro de crear una realidad deformada, algo así como un cuadro abstracto, surrealista, lleno de pinceladas malintencionadas. En la ciudad de El Alto, por ejemplo, los dirigentes ligados al oficialismo, están promoviendo el acarreo de inmigrantes para que sean censados y que lógicamente “hagan bollo” para sumar también recursos en la coparticipación tributaria. Se teme que decenas de miles de bolivianos que viven en Argentina y muchos otros de la región andina que se han trasladado hace mucho al oriente boliviano, se tomen una “vacación censal” en sus lugares de origen. Los movimientos sociales que alientan el fraude están amenazando con quitarles sus propiedades a quienes desobedezcan la orden. La consigna es sumar para un lado y restar en otro, especialmente en el departamento de Santa Cruz, donde hace muchos años existe un amplio déficit de recursos y representación política en relación al número de habitantes que está bordeando los tres millones de acuerdo a las proyecciones del INE. Esa avivada de los alteños apenas beneficia a los burócratas y corruptos de siempre y no así a la gente que necesita hospitales, escuelas y agua potable en los lugares donde viven.