domingo, 11 de noviembre de 2012
No sólo de ponchos vive el hombre
La pregunta que se hacen muchos bolivianos “¿En qué se va la plata del gas?” la acaba de responder la Fundación Jubileo, entidad que ha revelado que el Gobierno destina el 66 por ciento de los recursos provenientes del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) a lo que en contabilidad se llama “gastos corrientes”, pero que en la calle se conoce como “sueldos y salarios” o “pegas”, para hablar mal y pronto. El IDH es la mejor expresión de la renta petrolera boliviana que subió de los 2.285 millones de bolivianos en el 2004 a los 13.720 millones de bolivianos en el 2011; es decir, seis veces más. De acuerdo a la investigación una parte minoritaria de los recursos que genera el gas, un recurso no renovable y que representa el patrimonio nacional, se traduce en inversión que no siempre es productiva; o sea, que no está destinada a generar la riqueza que hoy nos brinda regalada la Pachamama, como muchos otros regalos que no conviene mencionar. Cuando los escritores y humoristas definieron hace mucho tiempo el Gobierno boliviano como “una agencia de pegas” estaban refiriéndose precisamente a este fenómeno que lamentablemente no ha cambiado. Justamente, para el 2013 y según el presupuesto consignado en la Ley Financial, los gastos corrientes del Estado Plurinacional se incrementarán en un 15 por ciento.
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