martes, 2 de abril de 2013

El sueño del niño

Varios niños lloraban en la puerta del hotel en el que pernoctó la selección argentina en Santa Cruz, porque no habían podido saludar a la estrella del equipo, Lionel Messi, quien apenas se asomó por la ventanilla del bus y agitó su mano derecha. Los encargados de la seguridad hicieron un fuerte cordón que impidió que los cientos de aficionados puedan acercarse al astro del Barcelona. Pese a todo, uno de los chicos que esperó varias horas por ver a “La Pulga”, dijo ante las cámaras de televisión que ver a Messi había sido el momento más feliz de su vida. Una sensación similar puede haber experimentado el presidente Morales, quien hizo todo lo posible por encontrarse el jugador, se inventó una condecoración y lo tuvo que ir a buscar al vestuario del estadio Hernando Siles para entregarle la medallita y un poncho que el argentino recibió con una reacción de sorpresa y algo de mal humor pues acababa de vomitar en la cancha donde hizo poco y nada de sus acostumbrados actos de magia con la pelota. La reacción del presidente causó molestia entre los jugadores bolivianos que no recibieron ni siquiera la visita del primer mandatario. Solo los que sienten el fútbol en las venas comprenden lo que es la ilusión de un niño de tocar a su ídolo. Así, vale la pena ser presidente.

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