lunes, 22 de abril de 2013
La conversión de los pastores
En los primeros años del “proceso de cambio”, los más espantados con la denominada “revolución cultural” eran los pastores y líderes de las iglesias evangélicas que no toleran ni un ápice aquellas manifestaciones ancestrales que invocan las divinidades cósmicas y que promueven el retorno a las religiones precolombinas que adoran al sol, a la Pachamama y otros fenómenos de la naturaleza. Los evangélicos suelen ser enemigos acérrimos de la coca y del acullico y en el sector rural incentivan a los campesinos “convertidos” a no consumir la “hoja sagrada” porque la consideran droga. Para los autodenominados “cristianos”, cualquier cosa que no esté en la Biblia debe ser desechada y para ellos son abominables todas las actitudes de idolatría a cualquier objeto o ser que no sea Jehová. Durante años han estado orando y pidiendo para que el espíritu santo se pose sobre el país y ahuyente la hechicería, que según ellos, tiene que ver con los yatiris y chamanes que suelen estar presentes en las ceremonias oficiales del Estado Plurinacional, que para colmo, también es aliado de uno de los sectores más radicales de los musulmanes. Algo muy fuerte habrá tenido que pasar para que la Iglesia Evangélica Ekklesía le otorgue al presidente el premio “Liderazgo 2012” y lo califique como una “figura mundial”. Nadie ha sabido de ninguna conversión y tampoco que se haya puesto freno a la “revolución cultural” que tanto espantaba a los pastores.
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