jueves, 25 de abril de 2013

Las otras "palabras mágicas"


Las expresiones “por favor” y “gracias” son conocidas mundialmente como las palabras mágicas y aunque son muy fáciles de pronunciar, el ego y la soberbia nos vuelven “boca de fierro”, cuando para otras cosas, la lengua suele ser muy suelta y ágil en demasía.
Hay otras palabras mágicas también muy simples, pero que a diferencia de las anteriores pueden sacarle mucho provecho a la vanidad, cuando no se trata de bondad. Estas son “no sé” y “no puedo”. Es increíble la cantidad de personas que por no pecar de ignorantes, no saben decir “no sé” y con ello se pierden la oportunidad de aprender. “Más vale un minuto de ignorancia que cien años de oscuridad”, dice una vieja expresión. ¿Y por qué hablé de vanidad? Pues porque a la gran mayoría le gusta presumir de sus conocimientos y estoy seguro de que estarán gustosos de atender el pedido clamoroso, que debería estar a flor de labios: “enséñame”.
Y cuando decimos “no, puedo, ayúdame” ocurre lo mismo. Lo ideal sería que aflore la bondad de los otros, pero lo más probable es que sobren las manos para tendértelas aunque sea por lucirse, como sucede frecuentemente. Pero eso es lo que menos importa cuando le necesidad apremia.
Al revés, no reconocer que no sabemos algo (“Solo sé que nada sé”) y creernos autosuficientes hasta en los peores momentos, puede ser un gesto de vanidad innecesario pero que no nos libra de la queja posterior. El problema es que en este país tenemos un gusto especial por las protestas, por la disconformidad, que nos convierte en campeones mundiales del conflicto, como lo asegura un reciente informe del PNUD. 

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