lunes, 29 de abril de 2013

Que tire la primera piedra...

El presidente Morales ha sugerido que los obispos y el cardenal, las máximas autoridades de la Iglesia Católica en Bolivia, deberían saber quiénes fueron los que se robaron unas valiosas joyas del santuario de Copacabana y los ha instado a ordenar que las devuelvan. Eso suena muy atrevido en un país en el que ningún gobernante ni autoridad, ni de alto ni de bajo nivel quiere hacerse cargo, por ejemplo, de la salvaje represión de los indígenas en Chaparina, que dentro de poco, será atribuida a una versión darwiniana similar a la “generación espontánea”. Otro ejemplo es el de la red de abogados extorsionadores o del general René Sanabria, quienes actuaban muy estrechamente ligados a varios ministerios y a las más altas cúpulas del poder del país, pero que según la versión oficial simplemente operaron por cuenta propia. No cabe duda que las autoridades eclesiales perdonarán el atrevimiento, harán todo lo que esté de su lado para ayudar a esclarecer lo ocurrido en Copacabana y estarán de acuerdo con que se sancione a los responsables, ya sean curas o sacristanes. Lamentablemente no se puede decir lo mismo de los que hoy tienen muchas ganas de arrojar piedras.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, Eduardo. No se puede generalizar y sobre todo acusar sin ninguna clase de pruebas, eso es demasiada osadía ya!

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