Si Cristo hubiera sido boliviano

Tal vez hubieran usado hojas de coca en lugar de palmas para recibirlo en el Chapare, el centro del poder del país. No hubiera sido raro que alguien lo hubiera perseguido, tal vez para condecorarlo o quizás para iniciarle una buena docena de juicios, obligándolo a escapar o a refugiarse en alguna embajada, no precisamente la venezolana, aunque algunos traten de asegurar que el difunto Hugo Chávez se encuentre con él en las alturas ejerciendo algunas influencias como la elección del papa. Para Cristo hubiera sido difícil predicar en Bolivia, pues trasladarse de un lugar a otro es algo conflictivo por el tema de los bloqueos y a lo mejor hubiera tenido que someter su sabiduría a la consulta de los movimientos sociales, que la hubieran  llevado a votación, con fuertes probabilidades de que Judas le gane en la pulseada. En lugar de concentraciones para escuchar al Maestro, los bolivianos hubieran organizado entradas folklóricas con bailes de caporales y diabladas y en el juicio final, en lugar de Pilatos o Herodes, los protagonistas hubieran sido el fiscal Soza o alguno de los abogados extorsionadores que ahora están en la cárcel. Finalmente, luego de la crucifixión, todos en el Gobierno hubieran salido raudos a gritar “yo no fui”.