lunes, 26 de enero de 2015

Carnaval y cultura: sólo se trata de beber

El viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, quiso hacerse el desentendido con el único afán de ofender a los cruceños, al afirmar que “no entiende el origen y de las costumbres que caracterizan al carnaval de Santa Cruz”. Si el funcionario en cuestión se da una pasadita por alguna enciclopedia (si no es mucho ofender), se dará cuenta que el carnaval es lo más colonial que puede existir en América. Su origen se encuentra en el Imperio Romano y lo crearon las clases dominantes para que el pueblo se desahogue durante tres días y se olvide de sus penurias, muy lejanas de la opulencia en la que vivían sus opresores. A Bolivia el carnaval llegó con los españoles y pese a que aún queda muy poco de la costumbre de disfrazarse y realizar algunas parodias de la vida (como la de los caporales que representan la esclavitud del pueblo), en nuestro país la fiesta ha adquirido una característica muy especial que es común a todos los carnavales y la mayoría de las festividades. Si vamos a Oruro, Santa Cruz, El Gran Poder, El Corso de Corsos, la entrada universitaria de La Paz o cualquier otra, la idea no es otra que beber como por contrato y ensuciar las calles, como lo mencionó una periodista que fue objeto de la ira popular orureña. Así son las verdades. No por nada, la verdadera dueña del carnaval boliviano es una marca de cerveza propiedad de una multinacional.

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