Carlos Villegas y el cáncer de la corrupción en la petrolera.
Cuando en enero de 2009 saltó el escándalo que mandó a la cárcel al expresidente de YPFB, Santos Ramírez, además de corrupción hubo muerte y también líos de faldas que terminaron ventilándose por todos los medios. Pese a ello, ese episodio por lo menos tuvo dos virtudes: el principal inculpado fue a dar a la cárcel y el contexto de esa novela policial fue la construcción de una planta separadora de gases, una obra importantísima para la industria gasífera nacional. En la gran olla de corrupción que se ha destapado últimamente también hay ingredientes relacionados con el sexo, pues tal como se está denunciando, el expresidente de la petrolera Carlos Villegas es bastante apegado a los romances, también hay corrupción y aunque no se ha producido ninguna muerte, no podemos decir lo mismo de quien es blanco de las sospechas, que ha sido solapado por el gobierno y retirado del cargo argumentando que padece de cáncer. Lo peor de todo, sin embargo, es que este escándalo refleja las minucias en las que anda metida YPFB, una empresa dedicada a hacer propaganda, a pagar costosos auspicios, a organizar eventos y a construir stands en las ferias de exposición, en lugar de dedicarse a incrementar las reservas hidrocarburíferas.
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