viernes, 29 de abril de 2011

¿Dónde está la plata?

Cinco años después de haberlo prometido, el Gobierno de Evo Morales dice estar preocupado por la industrialización del país y para ello propone el uso de las Reservas Internacionales Netas (RIN). Hace poco el Presidente sugirió convocar a un referéndum que le permita disponer de unos dos mil millones de dólares que, según él cree, están listos y disponibles en el Banco Central. La idea no duró mucho, porque al parecer, alguien que entiende más de matemáticas en el gabinete, le dijo que semejante propuesta puede acabar en un fiasco.

Antes de hablar de echar mano a las reservas, el Gobierno debería explicar qué es lo que ha hecho con todo el dinero que ingresó a las arcas públicas entre el 2006 y el 2010. Según cálculos basados en los presupuestos ejecutados por el Estado Plurinacional, entre el 2006 y el 2009, el régimen del MAS tuvo en sus manos alrededor de 46 mil millones de dólares, cifra a la que hay que sumarle alrededor de cuatro mil millones de dólares de deuda contraída en este periodo. 50 mil millones de dólares ¿Dónde están? ¿En qué se fueron? Todo este monto, representa en apenas cuatro años, lo que le ingresó al Estado boliviano en los 15 años anteriores. ¿Qué pasó entonces para que hoy, el Gobierno esté peleando con la COB y los jubilados por uno o dos por ciento de aumento salarial? Tenía razón Evo Morales cuando decía que le sobraba la plata ¿Dónde se fue? Justo cuando Evo Morales asumió el poder, los ingresos nacionales se incrementaron notablemente, producto de los excelentes precios internacionales de las materias primas que exporta el país. En el 2005, estos ingresos eran de 40 mil millones de bolivianos y subieron a 107 mil millones en el 2008 y ahora se encuentran en los 105 aproximadamente.

Un aumento del 160 por ciento. Pero como todo Nuevo rico, el Gobierno inició una etapa de derroche pocas veces vista en el país sazonada por un proceso de endeudamiento inadmisible en una etapa de bonanza. La deuda interna subió de dos mil millones en diciembre del 2005, a los 5.600 millones de dólares en enero del 2010, lo que implica un costo financiero que ahora pone en aprietos al Tesoro.

El derroche que se produjo entre el 2006 y el 2009 fue descomunal y eso se puede ver en la erogación de recursos en lo que se denomina “gastos corrientes”, es decir, en el pago de sueldos, salarios y en el mantenimiento del aparato estatal que creció de manera desmesurada.

Estos recursos no se traducen en el incremento de los activos estatales y menos en la reactivación productiva. En el 2005, este gasto representaba alrededor de 22 mil millones de bolivianos y en el 2009 significó casi 68 mil millones de bolivianos, un 300 por ciento e incremento. Sólo en el pago de sueldos, esta cifra trepó de siete mil millones de bolivianos a 15 mil millones en el mismo periodo. En cuanto a servicios no personales (pago de servicios básicos, pasajes, viajes, viáticos, publicidad, consultorías, materiales y suministros), el monto creció de 4.500 millones de bolivianos a los 33 mil millones, con un 700 por ciento de aumento. Existen otros gastos consignados en acápites como “otras aplicaciones financieras”, cuyo destino es desconocido. Este ítem subió de 9.600 millones a los 25 mil millones de bolivianos. ¿Se trata de los nuevos gastos reservados?

Esta es apenas una muestra del manejo que ha hecho el régimen de Evo Morales de recursos que hoy cínicamente reclama para cumplir con un proyecto de industrialización que jamás podría concretarse en manos de una administración tan irresponsable.
 

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