jueves, 23 de junio de 2011

El peligro de los apagones

Aunque ninguna autoridad le ha pedido (todavía) a la población bañarse
en tres minutos y acudir al baño acompañado de una linternita, como lo
hizo hace algunos años el presidente venezolano Hugo Chávez, cada vez
son más insistentes las sugerencias que se hacen en Bolivia de
recurrir al racionamiento de la electricidad y a extremar los
esfuerzos por el ahorro de este recurso.

Los más preocupados son los empresarios de la industria, que desde el
2008 vienen alertando sobre los bajos niveles de la reserva del
Sistema Interconectado Nacional (SIN) y de la urgente necesidad de
realizar inversiones en la generación de electricidad. La sugerencia
de los industriales se ha transformado en clamor durante los últimos
meses, pues de producirse un colapso, podrían paralizarse numerosos
establecimientos productivos que lamentablemente no tienen otra opción
energética. Hace mucho que el gas natural dejó de ser una opción para
ellos debido a la escasez de este insumo, cuyo destino principalmente
es la exportación.

La única alternativa es la que ha encarado la Cámara de Industrias de
La Paz, que ha solicitado a sus asociados desarrollar programas
voluntarios de ahorro y mejor utilización de la energía, sobre todo en
horarios pico. La recomendación, que en primera instancia proviene del
Ministerio de Hidrocarburos, se ha hecho extensiva al resto de la
población. El titular del sector, José Luis Gutiérrez, aclaró que
todavía no se aplicarán planes de racionamiento, aunque ya habló de la
puesta en marcha de un programa de emergencia a nivel nacional.
La explicación que está detrás de esta amenaza es la misma que se ha
dado en todos los sectores de la economía que fueron “nacionalizados”
por el Estado Plurinacional. Mala gestión y ausencia de inversiones.
La temporada de invierno, que ocasiona una disminución de otras
fuentes alternativas de electricidad, especialmente la hidroeléctrica,
podría ser la que desencadene una crisis sin precedentes en el país.
Un estudio de la CNI muestra lo dramática que se ha puesto la
situación ya que la capacidad de generación de electricidad llega a
los 1.081 megavatios en todo el país, en tanto que la demanda es de
1.030 megavatios, lo que refleja una diferencia muy escasa que podría
ser rebasada en los próximos meses. La falta de inversiones redujo a
cero las reservas el año pasado, pese a que existía el compromiso del
Gobierno de llegar a los 150 megavatios adicionales. Para colmo, los
malos manejos de la planta de Guaracachi, en Santa Cruz provocaron un
siniestro en uno de los motores y la oferta se redujo drásticamente.
Sin este soporte, el plan de invierno está en grave peligro, con
amenaza de apagones y restricciones en algunos puntos del país.

Expertos en energía aseguran que el Gobierno de Evo Morales recibió el
sistema eléctrico del país con un amplio margen de seguridad que daba
incluso para proyectar exportaciones, pero en los últimos cinco años,
con el crecimiento y la falta de atención al sector, esta franja ha
desaparecido. Los planes gubernamentales para aumentar la capacidad de
generación y enfrentar exitosamente esta amenaza comenzarán a
funcionar entre julio y octubre. En caso de que no se cumplan los
programas de ENDE, que se ha fijado sumar 160 megavatios hasta enero
del 2012 y si no se reponen los 82 megavatios que se perdieron en
Guaracachi hasta fin de año, no habrá más remedio que recurrir a las
más mismas prácticas que popularizó el líder chavista en su país.

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