martes, 11 de agosto de 2015
¿Cuáles traumas?
Han causado malestar en el gobierno las declaraciones del excanciller y embajador de Bolivia ante la Santa Sede, Armando Loaiza, quien afirmó hace algunas semanas que esperaba contribuir para que el presidente Evo Morales se quite el trauma anticatólico, que según interpretó, proviene de un entorno “marxistoide” que acompaña al primer mandatario. El vicepresidente García Linera ha reaccionado muy vehemente y dijo que están fuera de lugar esas declaraciones que hizo el representante diplomático ante un canal estatal de Chile. En lugar de incomodarse, las autoridades gubernamentales deberían desmentir a Loaiza. Deberían demostrar que en estos años el régimen plurinacional no ha hostigado en ningún momento a la Iglesia Católica; tampoco prohibió la enseñanza de la religión en los colegios; en ningún momento retiró la cruz y la Biblia del Congreso Nacional; no ordenó el cierre de la Normal Católica de Bolivia; no le ha hecho la guerra a los colegios de convenio y tampoco se ha burlado de la Iglesia cuando sus líderes se lamentaron hace poco que el doble aguinaldo ponía en riesgo la estabilidad financiera de los hogares que dependen de congregaciones religiosas católicas. Deberían desmentirlo.
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