Ray Rice, una de las máximas estrellas del fútbol americano, ha sido suspendido por la liga que reglamenta este deporte y no podrá jugar en su equipo, luego de que se difundiera un video en que se lo ve noqueando de un golpe a su esposa en un ascensor.
La decisión se tomó de manera casi inmediata, tal como se hizo con aquel propietario de un club de básquet grabado mientras utilizaba expresiones racistas. Ambas noticias me hacen recordar lo que sucedió con el delantero uruguayo Luis Suárez, a quien varias empresas patrocinadoras le suspendieron el apoyo a raíz de su conducta antideportiva. También menciono a la modelo belga que perdió un contrato con una compañía cuando se divulgaron fotografías que la mostraban cazando animales salvajes.
Todo esto me hace pensar que los ciudadanos, las empresas y las instituciones de la sociedad civil pueden ser mucho más eficaces a la hora de combatir conductas reprochables, delitos o falta de ética, mientras que el Estado casi siempre es ineficaz, lento e injusto a la hora de actuar.
En Bolivia se multiplican las leyes para frenar el abuso a las mujeres, se habla mucho, pero son las mismas entidades públicas y los políticos los que a veces se vuelven cómplices de casos muy graves cometidos en contra de las damas. Pese a ello, los ciudadanos solemos buscar cómo empoderar más al estado, darle más rienda e instrumentos y lo único que conseguimos es que ese poder se vuelva en contra nuestra. Nos falta tomar conciencia de que la ciudadanía es mucho más eficaz para resolver nuestros propios problemas.
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