jueves, 11 de septiembre de 2014

La educación boliviana en capilla


Sin quererlo, el presidente Morales acaba de dar en el clavo sobre el problema educativo boliviano y ojalá que no suelte el tema hasta conseguir los resultados que se esperan. Mientras observaba las demostraciones de gimnasia que hacían los estudiantes de una escuela de educación física en Villa Tunari, el jefe de Estado se dio cuenta de la pésima formación que allí se imparte y exclamó que aquellos muchachos parecían mujeres embarazadas, porque ni siquiera podían saltar una valla. A continuación amenazó al ministro de Educación, Roberto Aguilar, que "van a rodar cabezas" si no se mejora. Han pasado nueve años, pero nunca es tarde para darse cuenta que construir canchas, edificar escuelas, obligar a los profesores a sacar el título de licenciados, regalar bonos, traer cubanos para enseñar a leer y regalar computadoras aquí y allá, no son garantía de que se está mejorando la educación. Y el propio presidente lo puede comprobar, si elige una escuela al azar y manda a los chicos de quinto de primaria a que lean de corrido y demuestren sus habilidades en matemáticas. Que les tome examen a los bachilleres, a los maestros y se dará cuenta qué tal lejos estamos del promedio, mucho más de los mejores.

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