jueves, 27 de junio de 2013

Primero los bolivianos

El frío que azota en el país ha comenzado a provocar escasez de gas licuado en varias ciudades del país, especialmente en Santa Cruz, donde la gente peregrina con sus garrafas a cuestas y los comerciantes aprovechan subiéndole el precio. La “lluvia” de GLP que ha prometido el Gobierno a partir de la puesta en marcha de la planta separadora de Río Grande todavía se hace esperar y se prevé la normalización del abastecimiento a partir de finales de julio. Pese a que el gas, en general, es un combustible escaso en Bolivia (mejor dicho, para los bolivianos), los argentinos no tienen nada de qué preocuparse ya que el presidente de YPFB, Carlos Villegas, ha prometido que les va a enviar tres millones de metros cúbicos adicionales para que en el país vecino puedan hacer funcionar sus sistemas de calefacción. El Gobierno ha dicho que con la planta de Río Grande alcanzará y sobrará gas para el mercado interno y para la exportación. De hecho ya se han hecho contactos con empresas de Paraguay para enviarles GLP. Estamos muy cerca de la fecha fijada, veremos si esta vez los extranjeros vuelven a ganarnos “la tuja” en esto de llegar primeros al “gas de los bolivianos”. Habría que cambiar de eslogan: “En el gas, primero los bolivianos”.

lunes, 24 de junio de 2013

Interpelación a la democracia

El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana realizó una extensa, pormenorizada y brillante exposición ante el Congreso, de lo que supuestamente ha sucedido con los casi 500 millones de dólares que ha distribuido en los 357 municipios del país el programa “Bolivia Cambia, Evo Cumple”, sometido a una gran cantidad de sospechas desde que el líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, presentara un informe denunciando malos manejos y los medios de comunicación nacionales comenzaran a mostrar numerosas obras inconclusas financiadas por aquella iniciativa presidencial.

La presencia del ministro Quintana en la Asamblea Plurinacional se hizo bajo el  rótulo de una “interpelación”, pero lamentablemente y tal como ha sucedido en anteriores ocasiones, el acto no fue más que una estrategia mediática, que seguramente le ha costado una buena dosis de recursos al Estado, ya que el Ministerio de Comunicación contrató espacios en varios medios privados para difundir la prolongada exposición ministerial.

Pese a que se ha expuesto con minucioso detalle el destino del dinero invertido, se tiene que lamentar la no observancia de los procedimientos democráticos a la hora de rendirle cuentas a la población. En primer lugar no se respetaron los mecanismos estipulados para una interpelación y no se abrió el espacio necesario para que la oposición exprese sus posturas, confirmando que el Congreso Nacional es una instancia irrelevante para efectuar el control y la fiscalización de las acciones que emanan del Órgano Ejecutivo.

El Estado de Derecho falló desde el momento en que la Contraloría, bajo tuición de un militante masista, se negó rotundamente a realizar una auditoría completa del programa “Bolivia Cambia, Evo Cumple”, aduciendo falta de recursos, cuando en realidad, este organismo tiene la misión de observar el modo cómo se invierten los fondos públicos, así sean provenientes de donación o de cualquier lado, porque se trata de bienes que le pertenecen a la ciudadanía y no a un partido o a una persona, así sea el Presidente.

“El papel aguanta todo”, dice el refrán y desafortunadamente la exposición del ministro no es más que eso y obviamente las dudas siguen persistiendo, sobre todo cuando de la otra parte, se han mostrado fotografías, testimonios, pruebas y un sinnúmero de documentos que evidencian malos manejos que no han sido debidamente esclarecidos. ¿O es que a partir de la exposición del ministro de la Presidencia vamos a concluir que todas las obras sin terminar, muchas de ellas con presupuestos altísimos, son nada más que un invento de los medios de prensa y a partir de una exposición vamos a quedarnos de brazos cruzados seguros de que todo está perfecto?

Por otro lado, los que defienden los principios democráticos, deberían estar azorados con la apología que se ha hecho en la Asamblea de postulados retrógrados sobre el manejo de los asuntos públicos. El ministro Quintana ha realizado una defensa incalificable del centralismo como la mejor forma de conducir el Estado; ha tratado de mostrar que los Gobiernos se manejan con mayor agilidad y eficiencia cuando no tienen control alguno; ha echado por tierra todos los sistemas de licitación, adjudicación y fiscalización que aplican los estados, las instituciones y las empresas modernas, bajo la premisa de que esos procedimientos son costosos y por último, ha defendido la postura de un régimen paternalista y caudillista que obviamente va en contrapelo con el progreso de la democracia y la forma más eficiente de conducir un Estado.

sábado, 22 de junio de 2013

No llores por gas Argentina

Mientras que en Bolivia existen proyectos industriales paralizados porque YPFB no les asegura la provisión de gas, el presidente de la estatal petrolera, Carlos Villegas, ha salido a calmar las preocupaciones de los argentinos, que siempre chillan por más gas cuando aprietan los fríos de invierno. El ejecutivo ha dicho que el país dispone de tres millones de metros cúbicos diarios adicionales para enviar al mercado argentino en caso de ser necesario, lo que elevaría a más de 45 millones de metros cúbicos el nivel de las exportaciones de gas en Bolivia, mientras que el mercado interno tiene que conformarse con apenas cuatro millones de metros cúbicos. Se calcula que hay por lo menos 350 millones de dólares pendientes de inversión en varios proyectos industriales en el país, pero no se pueden ejecutar porque el gas que debería ser para los bolivianos, tal como lo expresaba la plataforma del MAS del 2005, en realidad se está yendo para Argentina y Brasil. Algo parecido sucede con el azúcar. No se permiten las exportaciones para no fallarle al mercado interno, salvo cuando quien demanda el gas es Venezuela y quienes exportan no son los industriales cruceños.

viernes, 21 de junio de 2013

Crímenes aberrantes

El país está conmocionado por dos crímenes aberrantes cometidos contra niños inocentes y lo que llama la atención es que en estas ocasiones suelen surgir voces desde el ámbito político haciendo propuestas no menos aberrantes, impropias de una sociedad civilizada. Ha vuelto a surgir la idea de la castración química, algunos proponen instaurar la pena de muerte y también en el Gobierno hablan de reformar el Código Penal para aplicar sanciones mucho más fuertes y ejercer de alguna manera una acción ejemplar.

La violación y el asesinato de una niña de tres años es indignante para cualquier ser humano y resulta natural que muchos sientan el impulso de aplicar mano dura contra el responsable del crimen. Hasta en las cárceles, donde conviven individuos que han rebasado los límites éticos y morales, este tipo de actos son castigados con la mayor rudeza y no son pocas las veces que han recurrido al asesinato de violadores que caen tras las rejas.

Pero la sociedad y menos sus líderes, no pueden pensar y reaccionar como un reo de Palmasola o de San Pedro. Las instituciones y sus normas no se pueden estructurar en base a reacciones hormonales retrógradas, pues debe imponerse la reflexión profunda guiada por las tendencias que marcan la humanización, el derecho, la justicia y la convivencia pacífica. En otras palabras, “el hombre que se come al caníbal se convierte en otro más de los que dice aborrecer” y de esa construcción social vengativa y revanchista tenemos demasiadas experiencias fallidas.

Los hechos de violación de niños y niñas menores no son aislados en nuestro país. A diario ocurren decenas de casos y muchos de ellos son debidamente registrados en las oficinas de atención y protección a la niñez. Casi todos tienen las mismas características, pues ocurren dentro de un entorno familiar o de confiabilidad, en el que el abusador aprovecha una situación de descuido, de abandono, de promiscuidad o de hacinamiento para cometer sus fechorías.

Existen muy pocas experiencias destinadas a educar a las familias y los niños para que puedan prevenir situaciones de riesgo. La gente de los barrios marginales padece condiciones de vida lamentables que pone a los niños en situación de vulnerabilidad y por más que se busquen maneras de escarmentar a los culpables (por si no fuera suficiente las penas que aplican en Palmasola), el peligro sigue siendo flagrante en las condiciones de marginalidad. Para colmo, la migración de bolivianos hacia el exterior del país sigue siendo un problema mayor que provoca desintegración familiar y una forma disimulada de abandono, que también se presta para situaciones lamentables.

Hablemos ahora del cuadro más preocupante de este fenómeno de los abusos, el que comete el sistema de administración de justicia. Quienes ahora proponen sanciones duras contra los violadores, deberían saber que la inmensa mayoría de estos delitos terminan en arreglos económicos tolerados por jueces y fiscales que obviamente se benefician de las transacciones, que dicho sea de paso son absolutamente ilegales, porque una violación es un crimen de orden público. En ese caso, las víctimas de los abusos sufren un doble ataque que sí resulta ejemplar para otros hechos similares en el futuro. La mayoría termina por no denunciar pues siempre es mejor “arreglar” en privado, pues el resultante final es la misma impunidad que campea en nuestro país ¿Quién hace algo para remediar este crimen aberrante?

Cuando se acaba el circo

Algunos políticos sudamericanos siguen aplicando una fórmula que inventaron los demagogos romanos 140 años antes de Cristo, que consistía en mantener contento al pueblo con comida regalada y espectáculo gratis. “Bono y cortinas de humo”, sería el nombre actualizado de esa estrategia que en el fondo es la misma cosa. Pero así como en el Imperio Romano esa treta llegó a agotarse, lo mismo podría estar sucediendo en Argentina y Brasil, donde el fútbol es una suerte de droga social que han usado los gobernantes para hacer de las suyas. Cómo no recordar aquel Mundial del ’78 que les sirvió a los dictadores argentinos como alfombra para esconder la basura que comenzaba a aflorar por todos lados, todo lo contrario de lo que sucede hoy, cuando los rebalses de la corrupción del Gobierno de Cristina Fernández tienen más rating en televisión que los partidos de la liga profesional, que se emiten en el mismo horario que el programa del periodista Jorge Lanata. En Brasil, muchos no consiguen entender cómo es que nada menos que la Copa Confederaciones no logra aplacar la furia popular que mantiene en vilo a las principales capitales y que se extiende por todo el territorio nacional.

jueves, 20 de junio de 2013

Dime qué cuelgas en tu Facebook...

Muchos, especialmente los jóvenes, se toman internet a la ligera. Piensan que la red es el reino del “Vale todo”, sobre todo cuando tienen que “investigar” y no hacen más que “copy paste” en la primera página que les señala el todopoderoso Google. Pero lo que más preocupa es que los jóvenes piensen que internet no vale nada y que todo lo que se haga en las redes sociales, en los chats y los blogs no tiene ninguna trascendencia. Algunos piensan, por ejemplo, que en internet se puede hablar y escribir de cualquier manera, violando todas las normas ortográficas y de sintaxis. Otros consideran que todo lo que se muestre y se publique es asunto menor y en ese sentido no tienen problemas en mostrar fotografías indecentes o comprometedoras y aparecer rodeado de personas que en la “vida real” no frecuentarían.
Algunos críticos afirman que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han eliminado por completo el sentido de la privacidad y en parte es verdad, pero a favor hay que afirmar que ha incrementado la transparencia, algo que incluso el Estado norteamericano está pagando muy caro, pues acaba de revelarse el escándalo del espionaje telefónico.
Pero no hace falta hablar de la Wikileaks o de la CIA para abordar los riesgos que se corre ahora nuestra reputación cuando nos exponemos a esa suerte de vitrina global. Facebook, por ejemplo, se ha convertido en la primera pista a la que recurre la Policía para investigar cualquier hecho y las empresas, según lo publica un reciente estudio realizado por la firma YPCC, observan muy bien lo que publican los postulantes en las redes sociales antes de darles trabajo. Obviamente, cada vez son más los que pierden excelentes oportunidades por culpa de su “comportamiento cibernético”.

Dos periodos, un camino

Las similitudes entre la dictadura de Hugo Banzer Suárez (1971-1978) y el régimen de Evo Morales son cada vez mayores. Ambos han conducido los periodos gubernamentales más longevos de la historia nacional y han coincidido con un lapso de bonanza económica originado en los altos precios de los hidrocarburos y los minerales, principales productos de exportación. Y si ahora es la soya la que contribuye a incrementar los ingresos, en el “Banzerato” fue el auge algodonero el que aportó lo suyo. Si bien hoy se habla también de un gran apogeo del narcotráfico, fue en el periodo dictatorial en que el cobró impulso esta actividad, gracias a la tolerancia de ciertos cuadros políticos que desbordaron los niveles de corrupción. Otro elemento más: si en el Gobierno de Banzer se perseguía y se exiliaba a los grupos de izquierda, hoy se hace exactamente lo mismo con los sectores denominados “de derecha” y los “neoliberales”, aunque en esa misma bolsa hay que meter a los indígenas de tierras bajas, a los librepensantes, a ciertos grupos de cocaleros, a la Iglesia, etc. etc. Cuando se cayeron los precios de las materias primas, automáticamente se les fueron las ganas de gobernar a los dictadores y entregaron el poder a los civiles. En esa época, cuando se hablaba de Banzer como un gobernante ejemplar, nadie imaginaba la UDP que se venía. Ahora tampoco existe esa previsión.

Revolucionarios somos todos

Revolución, transformación, conversión, reforma, cambio. Por todos lados escuchamos propuestas que nos invitan a hacer giros radicales en nuestras vidas y en el funcionamiento de la sociedad. La política, la religión, la economía y hasta los que manejan los conceptos innovadores sobre la salud nos bombardean con mensajes en los que va implícita la conclusión de que las cosas no marchan bien y hay que cambiar de rumbo. El medio ambiente necesita que actuemos de manera urgente y la última propuesta de la ONU es que nos iniciemos en el consumo de insectos ahora, si queremos evitar que mañana la humanidad no ingrese en un colapso por la falta de alimentos, ¿se atreve?.
En política han hecho crisis todos los modelos de organización social y no sabemos hacia qué lado nos orientarán las flamantes teorías. Desde Roma, el nuevo papa también nos convoca a romper estructuras y volver a las raíces cristianas para enfrentar el cambio de época. Miremos a la tecnología. No terminamos de adaptarnos a una “ñañaca” nueva y aparece algo que nos obliga a transformarnos.
Las sociedades se convulsionan porque mientras unos tratan de imponer los cambios, otros se resisten. Los clásicos “revolucionarios” nos mienten cuando dicen que las grandes transformaciones ocurren de arriba hacia abajo, por obra y gracia de “iluminados” que sin duda alguna logran hacer algunos maquillajes, solo porque tienen de su lado el uso de la fuerza. Las verdaderas revoluciones son obra de los individuos, de los hábitos, de la mentalidad, de la voluntad de muchos que contagian, seducen y suman, siempre para bien personal colectivo. ¿Y cómo opera una revolución? Actúa a cada instante, cada vez que se nos presentan alternativas para actuar. Depende de cuál elijamos, estaremos trabajando en función de una transformación.

miércoles, 19 de junio de 2013

Bolivia frente a los valores globales

La crisis europea, los problemas económicos de Estados Unidos y los vaivenes que trae el desarrollo de los países emergentes como China, India y Brasil copan los titulares de la prensa mundial y pareciera que estuviéramos viviendo un periodo de estancamiento, cuando la realidad es otra, pese ciertas señales negativas.

La humanidad transita inexorablemente por varios senderos que conviene remarcar y en todo caso corroborar si nuestro país, que vive supuestamente un periodo de grandes cambios y revoluciones, está sintonizado con esos valores que están en boga a nivel mundial y que sin duda alguna, nos llevarán a grandes avances en este periodo que muchos ya coinciden en remarcar como un “cambio de época”.

El primero de los elementos que hay que destacar es la educación. Las nuevas tecnologías, la explosión de los medios y mecanismos para almacenar, distribuir y compartir información han dado como resultado el apogeo de la denominada sociedad del conocimiento que reta al ciudadano, a los gobiernos, a la ciencia, a las empresas , a los educadores, a las universidades, etc. a modificar completamente sus estrategias y redirigirlas nuevas formas de aprendizaje. Esto supone no solo cambiar la educación sino revalorizarla y hacer nuevas apuestas por ella en función del desarrollo de los pueblos, pues se trata de la herramienta más importante de hoy para cambiar la historia.

Parece una paradoja, pero es lo más lógico que se puede concebir. Europa y Estados Unidos están redoblando la apuesta por la educación en plena crisis, porque justamente han observado que es la única manera de salir de los problemas. Mientras tanto, en algunos países latinoamericanos que hoy viven un auge histórico por el nivel de ingresos, la niñez, las aulas, la ciencia y las universidades siguen postergadas.

En el plano político también se producen grandes avances, sobre todo en la descentralización y la subsidiaridad. Los Estados centrales traspasan cada vez más competencias a las instancias de poder locales y regionales en vías de la eficiencia y de la transparencia. En Bolivia ahogamos un proceso autonómico en pos de más centralismo. Y mientras que el mundo está en un proceso acelerado de integración no solo en los ejes tradicionales, sino también entre el norte y el sur, como lo demuestra el bloque Asia-Pacífico, en nuestro país hacemos grandes esfuerzos por cambiar los nexos y los contactos por el aislamiento y la confrontación en todas las direcciones.

Queremos ser como Suiza, pero no hacemos los esfuerzos por profundizar la democracia e insistimos en apuntalar a los caudillos que en todo el mundo son una especie en necesaria extinción para dar paso al imperio de la ley y de la institucionalidad. Nos enredamos en divisiones, etnias, racismo y otros conceptos absurdos, cuando en el mundo entero están abocados en la búsqueda del ciudadano global, integrado, políglota, de mente abierta y dispuesto a contactarse con todas las culturas en un diálogo democrático y sin prejuicios.

Hay muchos otros esfuerzos, como el fortalecimiento de los sistemas políticos, lo contrario de la destrucción estatal que vivimos en Bolivia; los esfuerzos por consolidar la paz, muy distinto a los discursos belicistas que andamos pronunciando y la búsqueda incansable de los consensos nacionales, el lado opuesto de la disgregación social que desde hace siete años se agudiza en Bolivia.

Cuando cambiar es migrar

El Gobierno debe pensar que los bolivianos son unos malagradecidos, unos ciegos y unos eternos disconformes. Las autoridades nacionales se pasan el día entero diciendo lo bien que marcha el país, las maravillas que hacen en economía, la situación paradisiaca de la gente del campo y la ciudad. Los vemos comprar helicópteros, satélites, hacer viajes a todos los rincones de la tierra en lujosos aviones. Hay plata, hay obras, hay cambio, hay revolución pero ocurre que los tozudos bolivianos, de “puro gusto nomás” deciden irse de inmigrantes a Chile, a trabajar de peones en labores riesgosas, a veces en condiciones de parecidas a la esclavitud, cuando en su país podrían estar recibiendo los “jugosos” bonos y otras ventajas que ofrece el “Proceso de Cambio”.  Ya sabíamos de la avalancha de bolivianos que se va a San Pablo y otras ciudades brasileñas a gozar de las ventajas de vivir en una potencia que crece y se enriquece de verdad y ahora nos llega el dato que la migración a Chile ha crecido en un 115 por ciento en los últimos años y que las remesas que envían desde el otro lado de la Cordillera ocupan ahora el cuarto lugar, después de Estados Unidos, España y Argentina. Y hablando de remesas, en el último año han vuelto a repuntar en un siete por ciento pese a la crisis europea, sobre todo la de España, donde según lo reportó la televisión de Cochabamba hace unos días, muchos bolivianos siguen acudiendo en busca de trabajo.

martes, 18 de junio de 2013

Primavera en Irán

Lo que ha ocurrido en las elecciones de Irán recientemente es una muestra de que los pueblos pueden equivocarse…y mucho, a la hora de elegir a un individuo como Mahmud Ahmadineyad, pero son sabios al momento de evitar caer en la destrucción. En realidad el autócrata iraní ya había sido derrotado en las elecciones de 2009 y se impuso con el mismo fraude que lo hizo su amigo venezolano Nicolás Maduro. El pasado domingo, sin embargo, ha sido derrotada la línea política de Ahmadineyad, una combinación de fanatismo religioso, populismo y terrorismo. El triunfador de los comicios ha sido Hassan Rohaní, un clérigo moderado que ha sabido interpretar los temores de un pueblo hastiado de las confrontaciones, las guerras y el fundamentalismo. Los más entusiastas con el cambio de conducción son quienes alentaban en Irán la interrupción de los planes belicistas dirigidos hacia las armas nucleares. Los más preocupados son los líderes populistas, especialmente de América Latina, que habían establecido peligrosos nexos con Irán, que buscaban en todo el mundo apoyo para sus planes expansionistas. La mejor noticia es para los iraníes que no quieren que se repita la historia de Afganistán, Irak, Siria, Egipto o Libia.

Disidentes: más forma que fondo

La actitud asumida por un grupo disidente del MAS, denominado también “Libre pensantes” ha estado copando la agenda política del país y muchos consideran que existe al interior del oficialismo, una amenaza de fractura o cuando menos, la posibilidad de que se produzca una modificación al rumbo que ha adoptado el llamado “Proceso de Cambio”, cuyos principales exponentes son hoy cuestionados, sobre todo cuando se trata de su manera de actuar.

Las críticas de los disidentes están dirigidas hacia el entorno del presidente Morales, a quien no se cuestiona en lo más mínimo. Los dardos son apuntados hacia el vicepresidente García Linera, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana y otras autoridades a quienes se las acusa de haber secuestrado el proceso político, cuyas directrices –según afirman-, deberían ser reencausadas, buscando la verdadera revolución socialista y nacionalista que postuló el MAS en
su plataforma que lo llevó al poder en el año 2005.

Existe el riesgo de que este grupo de “críticos”, que hasta ahora no han hecho planteamientos de fondo, no sea más que una estrategia creada por el mismo Gobierno, para generar en la población la idea de que en Bolivia sigue existiendo el debate democrático que lamentablemente ha sido reducido a la mínima expresión, luego de que el régimen copara toda las instancias del poder y destruyera los mecanismos de control y de ejercicio del pluralismo en el país.

Entre los libre pensantes no se ha producido un verdadero cuestionamiento a los puntos débiles de este Gobierno y que pasan principalmente por haber fallado en la promoción social y la inclusión que tanto ha estado predicando en estos siete años. Además del ascenso socio-económico de algunos grupos como los cocaleros y de ciertos movimientos sociales leales al esquema gubernamental, existen muy escasas probabilidades de que en Bolivia se produzca una verdadera revolución en cuanto a la lucha contra la pobreza y la reivindicación de los derechos de las mayorías postergadas, sobre todo de los campesinos e indígenas que siguen sin acceso a los servicios, sin educación, sin salud y sufriendo condiciones de vida y de trabajo lamentables.

No hay entre los disidentes un diagnóstico adecuado de las fallas que ha cometido el Gobierno en materia de lucha contra la corrupción, en el tremendo problema que existe con el narcotráfico, en el increíble despilfarro de recursos que impiden al Estado volcarse con todo su esfuerzo hacia la salud y la educación, dos sectores claves para ejercer una revolución genuina y sostenible en el país.

Pareciera que a los disidentes no les molesta lo que pretende hacer el Gobierno con los indígenas de las tierras bajas, con los parques nacionales y tampoco cuestionan la manera cómo funcionan las instituciones, especialmente el Congreso y la Justicia, que han caído en una desacreditación aún mayor que la existente antes de la llegada del MAS al poder.

Ninguno ha cuestionado la persecución judicial que se ejerce contra los opositores y los continuos ataques al sistema democrático que se han producido estos años, que han derivado en una concentración nunca antes vista del poder. No se observa el afán destructivo del sistema institucional, no se mira a la falsedad del proceso autonómico que propone el Gobierno y tampoco se mira a la raíz de casi todos estos males, que es el centralismo que cada día se agudiza.

Érase una vez en “Truequelandia”

Últimamente, en las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Brasil las cosas parecen estar resumiéndose a un asunto de trueque, algo que ya fue denunciado oportunamente por las autoridades brasileñas que reaccionaron molestas cuando alguien del Estado Plurinacional propuso hacer el cambio entre la entrega del senador Róger Pinto y la liberación de los doce hinchas del club Corinthians detenidos en Oruro desde febrero. Pero pese a la molestia y a que los brasileños lo negaron en su momento, el trueque parece estar avanzando. Hace unos días, el fiscal que investiga la muerte del adolescente Kevin Beltrán, ordenó que siete de los aficionados queden en libertad y casi de manera mecánica, el Gobierno de Dilma Rousseff aceptó trasladar a Suecia al embajador brasileño en La Paz, Marcel Biato, supuestamente cediendo a una presión del Palacio Quemado que señala al diplomático como el responsable de haber otorgado el asilo a Róger Pinto. Inmediatamente después de esta medida se ha hablado de liberar a otros cuatro hinchas y de buscar al culpable en San Pablo. Alguien en este contexto más propio de un lugar llamado “Truequelandia” tiene la certeza de que algún momento Brasil aceptará entregar a Pinto a las fauces plurinacionales. Veremos hasta dónde llega la capacidad de convencimiento del Gobierno de Evo Morales.

lunes, 17 de junio de 2013

El embudo impositivo

Países como Suecia, Alemania, Suiza  e Italia, no tienen recursos naturales en abundancia como los tiene Bolivia, cuyos ingresos dependen en más del 80 por ciento de las ventas del gas y los minerales. En aquellas naciones, casi el 100 por ciento de lo que le ingresa al Estado proviene de los impuestos que pagan los ciudadanos sin excepción, que se benefician luego de la mejor educación, atención sanitaria y seguridad social del mundo.


En Bolivia, menos del 20 por ciento de la población paga impuestos y los pocos contribuyentes que hay, son objeto de un hostigamiento nunca antes visto en la historia boliviana. En todo el país se multiplican los letreros con las inmensas letras rojas que dice “CLAUSURADO”, mientras que casi el 80 por ciento restante, goza de lo más semejante a un paraíso fiscal, llamado en este caso “Informalidad”.

Mientras que en las naciones citadas arriba, los que más ganan pagan más impuestos, en Bolivia, un comerciante se da el lujo de decir públicamente que gasta 500 mil dólares en su participación en la fiesta del Gran Poder y aún así y por “cuestiones sociales”, recibe el beneficio del fisco de ser incluido en el “Régimen Simplificado”, pensado para microempresas cuyo capital no sobrepasa de los 37 mil bolivianos.

Recientemente, el Gobierno hizo intentos por hacer cambios en esta estafa pública que protege la evasión, proponiendo que el tope máximo del Régimen Simplificado suba a 110 mil bolivianos, lo que permitiría incorporar cientos de miles de comerciantes de los mercados y ferias al universo contribuyente. Las organizaciones de gremiales, entre los que figuran los vendedores de ropa usada, cuya actividad está prohibida desde hace años, organizaron varias movilizaciones e hicieron desistir de sus intenciones al régimen que se prepara para enfrentar un periodo electoral bastante agitado.

Esto quiere decir que los pocos que cometen el “pecado” de pagar impuestos y realizar todas sus contribuciones al Estado y la sociedad, seguirán sintiendo todo el peso de un régimen angurriento por recursos y cuyo despilfarro lo obliga a echar mano de todo lo que venga, especialmente de aquellos que no tienen la llamada “capacidad de calle”, como los gremiales, que organizan marchas multitudinarias para seguir gozando de sus privilegios.

La informalidad es un problema grave en América Latina que abarca el 56 por ciento de las economías. El Banco Interamericano de Desarrollo ha identificado a este fenómeno como uno de los responsables del bajo crecimiento de los países de la región, especialmente de aquellos que sobrepasan el promedio como Paraguay, Perú y Bolivia, donde el número de informales supera en más del 20 por ciento a la media continental.

La informalidad tiene graves consecuencias en las economías, pues impiden a las empresas ser más competitivas, frenan las exportaciones e impiden a los trabajadores gozar de mejores condiciones que les permitan trazar horizontes de futuro para ellos y sus trabajadores.

Las empresas informales no tienen acceso al crédito, se desenvuelven en la incertidumbre jurídica y los obreros de las factorías al margen de las leyes, no reciben salarios dignos y tampoco beneficios de seguridad, lo que se traduce en altos niveles de pobreza y marginalidad.

Bolivia y Alemania

Después de Hitler y el desastre de la Segunda Guerra Mundial, Alemania decidió establecer una Constitución en la que está totalmente prohibido tocar el sistema federalista. El Federalismo ha sido para los alemanes, la respuesta a la profundización de la democracia y por ende, la receta de la recuperación económica hasta convertirla de nuevo en una potencia mundial, después de haber estado en cenizas. El sistema federal ha sido el modelo de descentralización y de gestión; ha evitado que retornen al poder los viejos caudillos que le hicieron tanto daño al país y principalmente, ha sido vital para mantener la paz durante más de sesenta años. El modelo alemán es hoy uno de los pocos en Europa que se mantiene firme frente a la crisis que azota al resto de las naciones del viejo mundo.  En el territorio que hoy se llama Bolivia ha cambiado todo una y mil veces. Se ha probado con todos los regímenes, ideologías y sistemas políticos. Pero hay algo que no ha cambiado desde que éramos colonia: el centralismo, definido por muchos, como el peor de los males de la sociedad. Mientras que los alemanes insisten en perfeccionar la descentralización a través del federalismo, los bolivianos nos aferramos al modelo totalmente opuesto. Los resultados están a la vista.

La propuesta de Santa Cruz

El modelo de país que propone el “Proceso de Cambio” está basado en la explotación de los recursos naturales, esquema que no ha variado desde la época colonial. Ahora se pretende destruir los parques naturales para ir por más de algo que no ha conseguido hacer cambios significativos en un país que sigue lamiendo pobreza, miseria y marginalidad. Los políticos andinocentristas suelen afirmar que la oposición, cuya base más importante está en Santa Cruz no tiene una “propuesta nacional”. Hace 80 años, Santa Cruz contribuía con el uno por ciento del PIB nacional, el uno por ciento de los impuestos y su agricultura de subsistencia apenas le permitía aportar con alimentos al resto del país. En 80 años, mientras que todos los centros mineros del país han colapsado varias veces, Santa Cruz ha pasado a aportar con el 30 por ciento del PIB, el 45 por ciento de los impuestos y el 75 por ciento de la producción de alimentos que se consumen en los nueve departamentos, especialmente en el occidente. En 80 años, mientras se producía un vaciamiento de las principales regiones mineras, Santa Cruz pasó de los 200 mil a los dos millones de habitantes, ocupando hoy el puesto número 19 de las ciudades que más crecen en el mundo. Hace falta ser ciego para no ver la propuesta que hay implícita en este fenómeno.

viernes, 14 de junio de 2013

Insomnio por los disidentes

Los disidentes del MAS, también llamados “librepensantes” le quitan el sueño al oficialismo. Tanto así, que la bancada que se mantiene fiel a las órdenes del vicepresidente de ceñirse al denominado “centralismo democrático”, se reunió con García Linera y con algunos integrantes del grupo rebelde, para “hacerlos entrar en razón” y que desistan de seguir haciéndole críticas al Gobierno. La reunión iniciada el miércoles por la noche se prolongó hasta las cinco de la madrugada del jueves y no consiguieron convencer a Rebeca Delgado, a los parlamentarios, exdirigentes y exasambleístas que defienden la idea del pluralismo interno en el MAS y que han llegado al extremo de poner en tela de juicio la legitimidad del mandato del presidente Morales, por considerar que ha violado las bases del “proceso de cambio”. La reunión concluyó con pedidos vehementes de renuncia de los disidentes a quienes se amenaza con un proceso para expulsarlos de las filas masistas. Una de las más duras cuestionadoras de los librepensantes del MAS es la exsenadora y presidenta del MAS en Cochabamba, Leonilda Zurita, quien afirma que por “ética y moral” los parlamentarios críticos deberían abandonar sus curules.

La Guardia: De Modelo a Mamarracho

Para saber cómo anda el municipio de La Guardia sólo hace falta recorrer el tramo de 20 kilómetros que une a esta capital con la capital cruceña y descubrirá que los baches que se multiplican en varios tramos de la carretera son apenas una señal de que las autoridades guardieñas están abocadas a otros asuntos, menos a la atención de los problemas ciudadanos.

El asunto principal que consume las energías públicas en La Guardia es precisamente el elemento fundamental y la razón de ser del régimen actual: la pelea por el poder, que ocasiona conflictos, atrasos en las obras públicas, desatención, falta de transparencia y por supuesto, altos niveles de corrupción que se acrecientan por el clientelismo que se agudiza en este “proceso de cambio”.

La Guardia es el ejemplo más claro de esta nueva “cultura política” que se nutre de los falsos conceptos como el “control social”, la “democracia participativa” y la “obediencia al pueblo”, que en términos reales no es más que el des-gobierno de las montoneras que deriva en caos, en golpismo y en inestabilidad.

Pese a que a nivel nacional, el caudillismo no se discute  y se enarbola la idea de un pensamiento oficialista único y monolítico, en los hechos y precisamente donde la democracia debería funcionar con mayor eficacia, la angurria de poder de los movimientos sociales masistas y de las diferentes facciones del MAS han deteriorado severamente el funcionamiento de cientos de municipios hasta convertirlos, como el caso de La Guardia en un mamarracho de alcaldía, después de haber sido considerada un modelo de administración y ejecución de proyectos en bien de la gente.

Lo mismo pasa con Buena Vista, por ejemplo, lugar que se perfilaba para convertirse en un gran polo turístico y cuyos días transcurren hoy entre bloqueos, enfrentamientos y golpes. En ambos casos la opinión pública ya perdió la cuenta de cuántas veces han cambiado de cabeza tanto en el Concejo como en la parte Ejecutiva y ese fenómeno naturalmente es sinónimo de obras inconclusas y proyectos postergados, algo que se puede ver con perfecta claridad en el programa “Evo cumple”, que ha destinado cuantiosos recursos sobre todo en alcaldías controladas por el partido de Gobierno.

En todos los municipios sometidos a fuertes disputas, la pelea de fondo es por el manejo de cuantiosos recursos, pues se trata de importantes bastiones urbanos con sólida presencia empresarial que implica impuestos y coparticipación tributaria. Por esa misma razón, esas comunidades necesitan autoridades serias, decididas a construir obras y expandir el progreso que genera empleo y actividades productivas, de lo contrario, el resultado es el estancamiento y la pobreza. En el caso de La Guardia, el proyecto más importante de la actualidad es el desarrollo de su parque industrial que necesita infraestructura, planificación, innovación y el desarrollo de proyectos anexos que están consumiendo el tiempo y las energías de los concejales y todos los funcionarios.

La política, la democracia, la participación y la inclusión son justamente para eso, para mejorar la vida de la gente, para que haya más trabajo, más obras y bienestar para todos. Por ahora, la política, mejor dicho, la politiquería sigue siendo una mala palabra que se puede ver claramente en los sucesos que ocurren todos los días en La Guardia y en muchos lugares del país.

jueves, 13 de junio de 2013

El Dakar se mueve

El rally Dakar, que originalmente se llamaba Paris-Dakar, es la competencia automovilística más famosa del mundo, que a lo largo de su historia ha experimentado grandes cambios. Se la denominaba así porque en sus inicios partía de la capital de Francia y terminaba en la sede de Gobierno de Senegal, en el noroeste de África. Desde 1995 ha cambiado en varias ocasiones su lugar de inicio y también el punto de la meta, llegando incluso a Ciudad del Cabo, el sitio más austral del continente africano. En el 2008, la carrera tuvo que trasladarse hacia Sudamérica por recomendaciones del gobierno de Francia, ante la amenaza de atentados terroristas en algunas de las convulsionadas naciones del denominado Magreb. Fue así que el Dakar ha recorrido Argentina, Perú, Chile y desde el 2014 se propone extender una parte del recorrido hacia el Altiplano boliviano. El Gobierno boliviano está muy entusiasmado con esta idea y está haciendo grandes esfuerzos políticos y económicos para que los organizadores no cambien de idea. Mucho más ahora que el Congreso de Estados Unidos parece decidido a estropearle los planes al Estado Plurinacional. Algunos dicen que esta idea es ridícula, pero tomando en cuenta la gran susceptibilidad de los franceses y su gran habilidad para cambiarle de ruta a la carrera, la cosa es como para preocuparse.

miércoles, 12 de junio de 2013

Famosos en Brasil

Otra famosa revista brasileña, “Istoé” también ha puesto su mirada en Bolivia con una nueva denuncia de corrupción que rodea al caso de los hinchas del club Corinthians que fueron detenidos en relación a la muerte del adolescente Kevin Beltrán, el 12 de febrero de este año. Según la publicación, que le dedica la portada y cuatro páginas interiores al tema, a los familiares de los detenidos les pidieron 200 mil dólares para que se ordene la liberación.  El reportaje titulado “La farsa boliviana” contiene relatos de los arrestados y califica como político este caso, porque está muy relacionado con el proceso del senador opositor Róger Pinto, refugiado en la embajada brasileña en La Paz desde hace un año. A propósito de esta relación, altas autoridades del vecino país han llegado a afirmar que se trata de un secuestro con intenciones de realizar un canje de los hinchas por el parlamentario. La revista habla de un “vía crucis” que han padecido los brasileños, que han sido víctimas de un sistema inquisitivo que se presta al chantaje y los vejámenes a los que han sido sometidos dentro de la cárcel de Oruro. Recientemente liberaron a siete de los recluidos preventivamente. La revista no aclara si se trata de una transacción.

lunes, 10 de junio de 2013

Por una nueva conciencia

Le preguntaron al mejor maestro del mundo cuál era la palabra clave para la transformación de la humanidad y respondió sin vacilar: “Conciencia”. ¿Y si fueran tres? “Conciencia, conciencia, conciencia”, dijo. Es ahí precisamente donde apunta la gran campaña de educación ciudadana denominada “La Revolución del Jigote”, que busca un sujeto más consciente, capaz de asumir sus propias responsabilidades y obligaciones hacia la comunidad y su entorno, sobre los pilares del respeto, el cuidado y el cambio de actitud. Bolivia ha experimentado todas las revoluciones posibles, ha vivido dictaduras, democracias de todos los colores, gobiernos populistas, procesos de cambio y transformación y lamentablemente son pocos los avances que se pueden contabilizar a favor de la generación de una nueva mentalidad conducente a una vida más digna y menos conflictiva. No hay duda que los jóvenes de Jigote van a tener éxito y van a lograr que el ciudadano adopte nuevos hábitos sin la necesidad de que se los impongan, lo amenacen o lo multen. De eso se trata la conciencia. Pero como en Bolivia somos pesimistas y eso también hay que cambiar, no ha faltado quién proponga la “Revolución Chicote”. Ojala no haga falta.

Que boten a todos

El deporte y la música son las actividades más difíciles del mundo, porque tanto en el escenario como en el campo de juego no se puede mentir o disimular y hay que ser Maradona para hacer una “estrategia envolvente” como la que les clavó a los ingleses en 1986 con la ayuda de “la mano de Dios”. Cuando un deportista sale a la cancha se ve todo y no hay mediocre o patadura que se escape a las críticas, incluso de quienes no entienden nada del juego. Lo mismo pasa con los músicos. Los críticos –entendidos o no- destrozan cualquier nota desafinada y no hay propaganda, discurso o explicación que los pueda salvar. No se trata de justificar ninguna mala actuación, ni siquiera las de la Selección Boliviana, que hace mucho que no pega una, pero tiene razón Xavier Azkargorta, cuando dice que en cada partido se nota todo lo desorganizado que es el fútbol nacional, la falta de promoción al deporte y la carencia de políticas de incentivo a la juventud. Qué lindo sería botar a todos, como dice el vicepresidente y dar con los once jugadores que nos lleven al Mundial en cada eliminatoria. Pero antes de pensar en una medida tan drástica deberíamos identificar escenarios mucho más significativos para el país, aquellos que nos mantienen en el atraso desde nuestro nacimiento como república independiente. En realidad habría que pensar en botar, antes que en votar. Eso sería más saludable.

viernes, 7 de junio de 2013

El otro sur también existe

Durante más de una década, los grandes protagonistas de América Latina han sido aquellos países que se encaminaron hacia el denominado "Socialismo del Siglo XXI", que no es otra cosa que autoritarismo populista adosado con algunas hilachas de lo que queda de la Revolución Cubana. Aunque en ese carril no se puede meter del todo a Brasil y Argentina, estos países fueron en gran medida los alentadores del proceso político, cuyo máximo líder ha sido el expresidente venezolano Hugo Chávez.

Estimulados por un período de bonanza económico originado en el incremento de los precios de las materias primas, los regímenes de Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Ecuador iniciaron un período de grandes cambios, destinados supuestamente a derrotar a la pobreza, luchar contra la exclusión social y combatir el imperialismo norteamericano.

El resultado, largamente pronosticado por todos, porque la hecatombe socialista de finales de los '80 sigue dando sus últimos coletazos en Europa, se puede ver muy claramente hoy por todos lados, en la inflación, en la escasez, en las cartillas de racionamiento que se imponen en Venezuela, en la corrupción, el narcotráfico y, por supuesto, en una larga lista de abusos contra las libertades fundamentales y los derechos humanos.

Mientras que toda esta ola populista copaba la prensa, generaba tumultos en los eventos internacionales y sus discursos grandilocuentes despertaban algarabía en muchos círculos internacionales otras naciones lucían agazapadas, cargando en silencio estereotipos y estigmas que los facinerosos de turno se encargan de repetir y machacar, muy bien encimados en sus poses de "progres" e izquierdistas.

Nos estamos refiriendo a países como Colombia, Chile, México, República Dominicana, Costa Rica, El Salvador y Perú, que transitando por el liberalismo económico, la democracia representativa y la apertura de los mercados, sí han logrado grandes avances en productividad, en competitividad, en incremento de las exportaciones de manufacturas y mercancías industrializadas y,  por supuesto, han dado pasos importantes en el combate a la pobreza y el achicamiento de las brechas sociales, a través de acciones en salud, educación y generación de empleos dignos.

En ninguno de estos países sus líderes se metieron en alocadas aventuras por acaparar todo el poder, por perpetuarse en el mandato y tampoco han iniciado absurdas carreras armamentistas ni se han embarcado en repartijas del dinero que también les ha llegado a manos llenas, porque el fenómeno de los ingresos, el aumento de las reservas y el récord de exportaciones de materias primas ha sido general en América Latina.

Afortunadamente esta parte del sur ha comenzado a llamar la atención del mundo y no solo de Estados Unidos, que ha retomado su mirada hacia a América Latina, en el momento exacto en el que comienza a declinar la arremetida populista. Recientemente el vicepresidente norteamericano Joe Biden realizó una gira por Colombia, Trinidad y Tobago y Brasil y ha prometido volver muy pronto. En la Casa Blanca se produjo un encuentro efusivo entre Sebastián Piñera y Barack Obama, quien ha calificado a Chile como un país líder en el mundo. Por si fuera poco, China también pone la mirada en el otro sur, no precisamente el de los chavistas y socialistas. El nuevo líder del gigante asiático, Xi Jinping, se encuentra de gira en el continente y ha elegido justamente a México Trinidad y Tobago y Costa Rica para hablar del mismo idioma; es decir, la modernización y la globalización.

jueves, 6 de junio de 2013

Más del viejo modelo

Cuando el Gobierno levanta polvareda sobre algún tema, urge mirar justo para el lado opuesto, porque se puede ver con claridad qué es lo que trata de esconder. Y precisamente cuando vuelve a desatar una nueva polémica sobre el TIPNIS y las supuestas viejas intenciones de indígenas y opositores de construir la carretera Villa Tunari-San Ignacio, el Centro de Documentación e Información de Bolivia (CEDIB) lanza un comunicado en el que se observa el avance de las actividades petroleras en, al menos 22 áreas protegidas y parques nacionales del país.

El informe se ha conocido luego de que el vicepresidente García Linera expresara en un reciente encuentro internacional que el Gobierno boliviano está dispuesto a abrirle las puertas de todos los parques a las empresas transnacionales para buscar petróleo y gas, actitud que según lo confirman algunos expertos, no es nada más que un acto desesperado por evitar una hecatombe energética en Bolivia, donde la producción de los campos antiguos ha comenzado a declinar y urgentemente se requieren nuevos pozos para no fallar los contratos de exportación a Argentina y Brasil, posibilidad que sería catastrófico para la economía nacional.

Las pretensiones de expansión de las actividades hidrocarburíferas en los parques superan ampliamente la “voracidad” de los gobiernos neoliberales tantas veces denunciada por este régimen, declarado protector de la madre tierra, ecologista y salvador de los pueblos indígenas que habitan los parques. Según el CEDIB, mientras que la mayor ambición del pasado llegó a proponer que se exploren 13 millones de hectáreas de parques, el Estado Plurinacional ha fijado como meta comprometer más de 24 millones de hectáreas, es decir el 25 por ciento del territorio nacional, algo que puede ser lapidario para un país que alberga una de las diez mayores riquezas naturales del planeta.

En ese sentido, el CEDIB ha hecho una evaluación de lo que ocurrirá con los 22 parques citados cuando se consolide el ingreso de las empresas petroleras. La afectación alcanzará hasta el 90 por ciento de las reservas en algunos casos, lo que llevaría a la desaparición de la flora y fauna natural en por lo menos cinco parques, entre ellos la famosa reserva del Madidi en el norte de La Paz.

La sorpresa es mayor todavía, cuando se menciona que el Gobierno ha ido más allá de los anuncios y arengas y ya tiene un camino recorrido en la negociación con los pueblos indígenas para que otorguen el consentimiento. Obviamente, la posibilidad de la consulta previa fijada constitucionalmente como requisito básico no ha sido mencionada ni remotamente.

Más allá de que este proyecto implica un riesgo de daño severo al medio ambiente, con consecuencias duras para el cambio climático y todas sus secuelas en el tema productivo agropecuario, también desnuda que el cambio de modelo productivo no figura en los planes del Gobierno que dice llamarse revolucionario. Esta noticia confirma que Bolivia seguirá insistiendo con el esquema extractivista, depredador, monoproductor y rentista, que a su vez, tiende a eternizar la fragilidad de nuestra economía y por supuesto a mantener los abismos sociales y los tremendos índices de pobreza históricos.