sábado, 10 de septiembre de 2011

Hay Morales y morales

Ya quisiera el “proceso de cambio” tener en sus filas a una persona de la calidad humana y profesional del expresidente del Banco Central de Bolivia, Juan Antonio Morales, detenido en la Policía por orden de un fiscal de la peor calaña, que actúa bajo las órdenes de sujetos peores que él. Con Morales han consumado lo que intentaron hacer en algún momento con el cardenal Julio Terrazas, a quien sañudamente trataron de vincularlo con los gastos reservados. El tiro por la culata resultó muy caro aquella vez y seguramente hoy causará el mismo efecto contra los que intentan demostrarle al país que la gente de la administración estatal en el pasado, fue tan mala o peor que los actuales. El hecho de que los “sucios neoliberales” le hubieran dado espacio a Juan Antonio Morales en el Banco Central es un atenuante de todo lo que puedan decir los plurinacionales sobre los gobiernos anteriores. Su encarcelamiento es, por el contrario, la señal más clara del fango en el que se encuentra el país y de las cosas que son capaces de cometer nuestros queridos aventureros.

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