domingo, 3 de julio de 2011

Bolivia sin Chávez


Al vicepresidente García Linera poco le faltó pedir al pueblo boliviano que rece a Dios por la salud de Hugo Chávez, quien pronto cumplirá un mes desde que se fue a Cuba en busca de atención médica. Horas antes, el líder venezolano había aparecido en televisión, con el rostro demacrado, muy delgado y con la voz quebrada, admitiendo que tiene cáncer. No dijo qué tan grave es su problema, pero al reconocer que le han tenido que hacer dos operaciones y al no dar ni siquiera fecha aproximada de su retorno a Caracas, todos nos pudimos dar una idea de la situación en la que se encuentra.

El mundo entero se está preguntando qué pasará con Venezuela si ocurre lo peor o si es que el mandatario bolivariano quedara imposibilitado de continuar ejerciendo el poder. En algunos países como Bolivia, Cuba, Nicaragua, Ecuador y otros que generaron  una  gran dependencia del chavismo, la preocupación debe ser doble.

Chávez le permitió a Evo Morales convertirse casi en un mesías que baja del cielo varias veces en cada jornada hasta en los más recónditos poblados del país, donde nunca han visto un presidente y menos un helicóptero. Casi no hay municipio de Bolivia que no haya recibido un cheque venezolano y entregar esos recursos es casi lo único que ha hecho el presidente boliviano desde que asumió el poder.

Para la economía boliviana, el apoyo de Chávez es vital. Todo el diesel que importa Bolivia nos lo fía la petrolera PDVSA y es por ello que Venezuela se ha convertido en uno de nuestros principales acreedores. El dinero venezolano se ha invertido en la compra de empresas estratégicas, con el objetivo de darle al Estado la posibilidad de incidir fuertemente en negocios importantes como el de la soya. También han comprado medios de comunicación, se han metido en el negocio del petróleo y en la importación de numerosos productos bolivianos que perdieron mercados por la torpe intervención de las autoridades nacionales.

Venezuela no solo apoya a Bolivia con plata constante y sonante. El régimen bolivariano ha sido un invalorable sostén político para el Gobierno de Evo Morales. Bolivia está llena de asesores venezolanos, sobre todo militares. Han sido los servicios de inteligencia de ese país en conjunto con agentes cubanos, los que han diseñado toda la estrategia de apropiación del poder en el país. La mano de esos grupos está presente en la Policía y las Fuerzas Armadas; ellos han sido los artífices de La Calancha, de Porvenir, del atentado en Yacuiba y de tantos otros eventos que el posibilitaron al MAS su expansión territorial. Si Juan Ramón Quintana es hoy el mandamás de la Amazonia,  la Chiquitania y otras regiones fronterizas es gracias al inmenso apoyo que le ha dado Caracas, a través de dinero en efectivo, maquinaria para ejecutar obras y personal militar que lleva adelante el control disfrazado de solidaridad en todos esos territorios.

Chávez ha sido también el relacionador público de Evo Morales. Él ha sido quien lo conectó con los iraníes, con los rusos y, por supuesto, es quien establece el nexo directo con La Habana, el gran alimentador ideológico y político de todo el proyecto de expansión bolivariana. Chávez le prestaba su avión cuando el mandatario boliviano aún no tenía una forma decente para desplazarse por el mundo. En varias ocasiones el líder venezolano le ayudó a su colega a salir de algunos atolladeros, como ocurrió cuando la nacionalización de los hidrocarburos generó ciertas tensiones con Brasil. Chávez no es todo para Bolivia, pero el Gobierno actual ha generado una dependencia patológica de su mano. Eso explica los ruegos en tono de beato que hacía el vicepresidente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario