sábado, 30 de julio de 2011

Sarna con gusto…

 Evo Morales se ha estado quejando durante cuatro meses que los chilenos lo engañaron con diálogo, los trece puntos y la construcción de confianzas mutuas. El jefazo pateó el tablero el 23 de marzo pasado, amenazó con recurrir a la justicia internacional y ha estado desparramando hostilidad a diestra y siniestra en todo este tiempo. Las cosas no le salieron como lo planeó el Gobierno. El nuevo discurso antichileno no pegó en la población y en el plano internacional, terminaron en papelón las paradas de “gallo tuerto” que intentó hacer el régimen de Evo Morales. Lo de la OEA en San Salvador fue un verdadero desastre y a partir de ahí, los diplomáticos criollos no tuvieron más remedio que callar en siete idiomas. Todo ha comenzado a girar nuevamente desde que el presidente Morales anunció el reinicio del diálogo con Chile. Dijo públicamente que llamaría a su colega Sebastián Piñera para pedirle audiencia, cosa que sucedió en Lima este jueves. El propio mandatario chileno ha dicho que en la reunión nadie habló del mar, ni él ni Evo y tampoco se ha dejado en claro el restablecimiento del diálogo. No hubo conferencia de prensa ni declaración conjunta y el encuentro terminó en un simple apretón de manos. El presidente Morales no se ha quejado de este trato displicente.

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