jueves, 28 de julio de 2011

Objetivos

Siempre hemos escuchado que hay que tener objetivos en la vida, pero
he descubierto que esta premisa puede tener sus trampas. Conozco mucha
gente que se propuso obtener un título universitario a cualquier
costo, pero después no supo qué hacer con el cartón y se dedicó a
vender “movilidades” o a ofrecer productos para adelgazar. Los padres
presionan a sus hijos para que estudien y sean “alguien en la vida”,
pero descuidan aspectos como los valores, la sensibilidad individual y
los anhelos personales. El resultado es frustración y pérdida de
tiempo.

Santa Cruz es una región entrampada en sus propios objetivos. Hace
unos 50 años, las élites cruceñas se propusieron la meta de convertir
al departamento en una potencia económica. Cuando se produjo la
explosión de la educación universitaria, las casas de estudios se
llenaron de ofertas para estudiar finanzas, economía, administración
de empresas, ingeniería comercial, informática, marketing, ingeniería,
arquitectura, etc, todo para apuntalar el vertiginoso desarrollo
local.

A nadie se le ocurrió que en la región había la necesidad de formar
también filósofos, historiadores, escritores, artistas, en definitiva,
gente que se dedicara a pensar, a hacer circular ideas y a visualizar
el futuro de Santa Cruz y del país, no sólo en función de números,
cemento y producción. Las élites creyeron que todo eso era caldo de
cultivo para el florecimiento del “zurdaje” y sofocaron cualquier
iniciativa dirigida hacia otros objetivos que no sean los marcados por
el potencial económico regional. Cuando surgió la necesidad de hacer
política y plantearse objetivos de liderazgo, los empresarios y los
administradores tuvieron que asumir ese rol y así nos fue. Por culpa
de esa mala puntería en el planteamiento de las metas, el departamento
no tiene quién lo defienda y lo que es peor, están en peligro todos
los logros conseguidos con tanto esfuerzo.

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