El Gobierno ha tratado insistentemente de convertir en "multiuso" a las Fuerzas Armadas de Bolivia. Puso a los militares a amasar pan, los convirtió en cajeros para pagar el bono Juancito Pinto y hasta los usó de títeres cuando el MAS dio el golpe de estado en Pando. Los ha puesto a las órdenes de cubanos y venezolanos en varias misiones y últimamente hemos sabido también que los militares están en medio de un plan financiado por Irán para la formación de nuevos cuadros. Desde el más ahidalgado general hasta el último soldado son obligados a gritar como revolucionarios guevaristas y cuando se presentó la necesidad de luchar contra los contrabandistas, ahí estuvieron los militares, firmes como papayos, aunque después se supo que los uniformados ni siquiera eran capaces de atajar mamaderas con diesel. Recientemente, las Fuerzas Armadas quedaron en ridículo cuando 14 de sus efectivos fueron arrestados en Chile en situación sospechosa. Ayer, el presidente Morales anunció el desplazamiento de más militares a las fronteras para combatir el contrabando de automóviles y de productos alimenticios que salen del país y que amenazan con provocar escasez. ¡¡¡Qué paciencia!!!
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