martes, 26 de agosto de 2014

Malas noticias

Los voceros del Gobierno suelen molestarse con la difusión de malas noticias para el país, porque piensan que hay algunos que se alegran por ello, simplemente por cuestiones políticas. La novedad más reciente sobre la Jindal y un proceso de arbitraje que acaba de ganarle a Bolivia en París podría derivar en una reflexión de ese tipo, pese a que seremos todos los bolivianos los obligados a pagar 22 millones de dólares a cambio de nada, pues el Mutún sigue intacto, como un gigante dormido que no hace intentos por despertar. La Jindal es la empresa hindú que fue corrida del país por el Gobierno para que deje de exigir gas para echar a andar el proyecto más ambicioso de la historia de Bolivia. La compañía fue achicando sus exigencias, pues al principio pedía diez millones de metros cúbicos y al final dijo que por lo menos tres millones eran suficientes para comenzar. Pero YPFB nunca cumplió sus promesas puesto que sus prioridades mandan enviar el gas a Brasil y Argentina, pese a que la Constitución dice todo lo contrario. Lo peor de todo es que con este triunfo, la Jindal abre la posibilidad para ganar otros procesos que le podrían costar más de 150 millones de dólares a…los bolivianos. La pregunta es ¿quién debería molestarse y con quién?

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