jueves, 16 de febrero de 2012

Ahogar a Santa Cruz

El vicepresidente acaba de exponer en México, ante un grupo de intelectuales, el gran meollo de las relaciones de poder en Bolivia que por supuesto, rodea a todos los grandes conflictos que se producen en el país. Álvaro García Linera ha dicho que el proyecto de construcción de una carretera a través del Parque Isiboro Sécure, tiene que ver con una estrategia geopolítica destinada a conectar las regiones andina y amazónica de una manera distinta a la actual, es decir, sin tomar en cuenta a Santa Cruz, que actúa como eje articulador de ese encuentro.

Para el vicepresidente, quien reiteradamente les ha dicho a los líderes cruceños que están prohibidos de hacer política, la ruta por el Tipnis es vital para reducir el poderío económico de Santa Cruz, cuyas élites, según él, son separatistas y amenazan a la integridad nacional.

Más allá de esas consideraciones subjetivas y sobre todo, imaginarias, habría que analizar el papel que juega Santa Cruz en las posibilidades reales de sostenibilidad del territorio y la población boliviana y qué ocurriría en caso de que el régimen del MAS, cuyo principal ideólogo es García Linera, tenga éxito en su estrategia de “ahogar” al departamento. Vamos a dar por descartado que las élites cruceñas estén interesadas en disputarle el poder a los círculos andinocentristas que han dominado este país desde su nacimiento y que, por supuesto, se han sentido amenazadas por la hegemonía económica cruceña. Se ha demostrado con mucha claridad que la dirigencia local carece de la experiencia y la vocación política y que el destino de esta región es la de aportar al país con impuestos y producción sin derecho a la protesta y menos a la toma de decisiones.

Con el avance hacia la Amazonia por el Tipnis ocurrirán dos fenómenos muy claros. Habrá una intensa penetración de los cocaleros y colonizadores minifundistas que limitarán la frontera agropecuaria y que ya están ocasionando estragos en la industria forestal, en todo el cordón verde, parques y reservas que rodean al departamento. Por otro lado, la abrupta apertura del Tipnis, le abrirá el paso a la industria petrolera, que no es negativa en sí misma, pero que no hace más que profundizar el perfil extractivista de la economía nacional. Alrededor de todo esto, por supuesto, se encuentra el narcotráfico, que también cobrará fuerza y que desde hace mucho ejerce mucha presión sobre todas las actividades legales del país.

Santa Cruz alberga el mayor patrimonio productivo no tradicional del país. Tiene la economía más diversificada, la más competitiva y en los campos de cultivo y de pastoreo se produce casi el 80 por ciento de los alimentos que consume el país. Todo este aparato, necesita, por supuesto, un campo de expansión que es precisamente el que se propone limitar la estrategia de la que habla el vicepresidente. El Beni y Pando son una alternativa, pero a muy largo plazo. Ninguna de esas regiones tiene la vinculación caminera, la infraestructura, los servicios y el capital humano capaz de encarar los tremendos desafíos que enfrenta Santa Cruz, que además del lado económico, también cumple un rol cultural enorme, pues en este territorio se forma la nueva bolivianidad, mestiza, integrada al mundo, moderna y productiva, aspectos que precisamente le estorban al proyecto aimarizante y regresivo del Gobierno.

Para concluir, hay que decir que la estrategia de la que habla García Linera, que está en marcha hace mucho tiempo, con la penetración hacia Pando, el Beni, el Chaco y la Chiquitania, no es más que una táctica para reforzar la hegemonía de un grupo y dotarle de más poder a la actual estructura gobernante. En los hechos y desde el punto de vista del futuro del país, es una visión destructiva.

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