miércoles, 15 de febrero de 2012

Venezuela se mueve

Los históricos comicios celebrados en Venezuela han tenido también resultados que posiblemente cambien la historia de la nación caribeña, gobernada desde hace trece años por el autócrata Hugo Chávez, aquejado por graves problemas de salud y una caída de su popularidad que ponen en peligro su continuidad en el Gobierno.

Por primera vez, cinco candidatos de la oposición se midieron en comicios abiertos para determinar el contendiente de Hugo Chávez en las elecciones que se celebrarán el 7 de octubre. Las autoridades electorales abrieron todo el padrón venezolano de alrededor de 18 millones de votantes para que la ciudadanía pueda acercarse a las urnas. Los cálculos más optimistas preveían una participación de alrededor del 10 al 15 por ciento. La gran sorpresa, además de la contundencia que obtuvo el candidato ganador, ha sido la apabullante participación de casi cinco millones de personas, lo que equivale casi el 30 por ciento de los empadronados.

El ganador, Henrique Capriles Radonski, un político de 39 años, pero de amplia trayectoria política, exdiputado y gobernador del Estado capitalino de Miranda, ha obtenido más de tres millones de votos a su favor, lo que le aseguró una victoria con el 62,5 por ciento. La jornada electoral se llevó a cabo en un ambiente muy tranquilo y fue la culminación de una campaña caracterizada por la concordia y el desprendimiento. El pasado domingo, luego de conocida la victoria de Capriles, todos los postulantes perdedores, de gran renombre en el contexto político venezolano, lo acompañaron a festejar y se fotografiaron juntos, dando lugar a una imagen pocas veces vista en la convulsionada realidad de Venezuela y de América Latina en general.

En su discurso de agradecimiento por el apoyo, Capriles ha convocado a los venezolanos a acabar con la profunda polarización que vive su país, agobiada también por graves problemas como la inflación, la escasez de alimentos, la inseguridad y la confrontación azuzada de las esferas del poder. El ganador de las primarias ha pedido a la población que no lo tomen como a un mesías, ya que las esperanzas de cambio en Venezuela, pasan por manifestaciones de unidad como la demostrada en los comicios del domingo, un evento al que se llegó después de varios intentos fallidos de conformar una coalición opositora para enfrentar a la aplanadora electoral en la que se convirtió Hugo Chávez, gracias a su política clientelar y prebendaria.

Todavía es muy prematuro anticipar qué va a pasar el 7 de octubre. El presidente Chávez, cuya popularidad ha caído a menos del 50 por ciento, ha comenzado a recuperarse en la medida en que el mandatario se ha repuesto del cáncer que lo había mantenido alejado de las tarimas públicas durante varios meses. Paralelamente, el aparato chavista ha iniciado su trabajo mediático y de promoción social y los acostumbrados gestos histriónicos del caudillo, lo que conforman un estado de campaña electoral permanente, que podría intensificarse luego de conocidos los resultados del domingo, que sin duda alguna, dejan plenamente fortalecida a la oposición.

El camino de aquí hasta octubre será muy duro para los opositores. La maquinaria oficialista es capaz de utilizar todos los métodos posibles –ya lo ha demostrado-, para perpetuarse en el poder. El fraude, la intimidación, la inhabilitación judicial, son armas que ya ha usado el chavismo para deshacerse de sus detractores. La oposición venezolana le ha demostrado al mundo que busca la democracia. En los próximos meses ese gesto tan loable pasará por una dura prueba de fuego.

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