domingo, 26 de febrero de 2012
El Chancho y la fábrica de chorizos
El periodista Gary Áñez definió así el acto de “entreguismo” en el que ha incurrido la Gobernación de Santa Cruz, al obsequiarle al centralismo un valioso edificio que formaba parte del patrimonio departamental. Durante una semana, los dirigentes del magisterio estuvieron presionando a las autoridades regionales, azuzados por la delegación del Ministerio de Educación, que no dijo ni “kiu” por los cinco días de interrupción de las clases en los colegios públicos. Seguramente ese es un precio muy bajo para la nueva humillación que ha tenido que padecer la autonomía, desprecio que parece no importarles a quienes antes rugían como leones y que gritaban a voz en cuello: “no tenemos miedo c…” La Gobernación de Santa Cruz no quería entregar el edificio, no porque esté haciendo resistencia al centralismo, sino porque temía que la devolución derive en un nuevo juicio. Pero precisamente cuando accedió a devolverlo, el director del Seduca y representante del Gobierno central, se presentó ante la Fiscalía para iniciar el decimoctavo proceso penal en contra de Rubén Costas. En otras palabras y como dijo aquel sabio inglés: “optaron por la indignidad por evitar la guerra y ahora tendrán la indignidad y también la guerra”.
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