martes, 2 de agosto de 2011

La nueva agenda con Chile

Los presidentes de Chile y Bolivia acaban de reunirse en Lima, luego de cuatro meses de mutua hostilidad provocada por el giro que adoptó el Gobierno del presidente Evo Morales, el pasado 23 de marzo, cuando se declaró estafado por la diplomacia chilena y anunció el inicio de un proceso judicial ante instancias internacionales para conseguir el acceso al Océano Pacífico que reclama desde 1879.

La reunión entre Morales y Piñera no dejó de ser una sorpresa para la comunidad internacional, sobre todo, porque fue el mandatario boliviano el que solicitó la audiencia. En todo este tiempo, la tensión llegó a extremos sumamente delicados. Tras los insultos y las acusaciones lanzados de este lado de la cordillera, el régimen chileno reaccionó de forma desmesurada al punto de poner de relieve su poderío militar. Luego vendría el conflicto por los “autos chutos”, los 14 soldados detenidos en la frontera y obviamente, el papelón que le hizo pasar Chile a la diplomacia boliviana durante la asamblea de la OEA en San Salvador.

Desde que Bolivia lanzó la piedra el 23 de marzo, siempre dejó en claro que estaba dispuesto a mantener el diálogo mientras  transcurrieran las acciones legales, algo que Chile no aceptó en ningún momento. Habría que entender entonces, que el gesto de la semana pasada, el de Evo Morales por supuesto, porque fue él quien buscó reacomodar las cosas y retomar el diálogo, es la afirmación implícita de que la diplomacia nacional renunciará a cualquiera de las acciones que ha estado anunciando en los últimos meses.

Lo más sorprendente de todo, además del rostro destemplado con el que Evo Morales apareció en la fotografía al lado de su colega chileno, es que en la reunión de Lima ni siquiera se habló del tema marítimo. Los temas abordados fueron el refuerzo de los controles fronterizos para frenar el narcotráfico, la devolución de miles de autos robados en Chile y que pasaron a Bolivia por obra y gracia de una ley de amnistía para los autos chutos y por último, el grave incidente de los 14 militares bolivianos detenidos al otro lado de la frontera en situación por demás de sospechosa. Es tal vez por eso que, posterior al encuentro, no hubo declaración conjunta y menos una conferencia de prensa de ambos mandatarios. El fracaso había sido más que evidente.

El presidente Morales aspiraba retomar el diálogo y la agenda de los 13 puntos con Chile, que al menos incluía la reivindicación marítima boliviana, pero resulta que el canciller chileno, Alfredo Moreno, ha dicho que la reunión de Lima fue positiva, sirvió para despejar los equívocos y para ponerle en claro a Bolivia que “la base principal indispensable para avanzar en cualquier conversación es saber qué le pertenece a cada uno y cuáles son sus derechos y obligaciones establecidos en el Tratado de 1904”. En otras palabras, tal como lo dejó sentado Moreno en una entrevista con el diario “El Mercurio”, “Chile no le debe nada a Bolivia”, y que obviamente existe el interés de seguir hablando, pero de otras cosas, como la droga y autos robados. 

Sobre el punto específico de la demanda marítima, Moreno ha reiterado que Chile está dispuesto a cooperar con Bolivia para facilitarle su acceso a las costas del Pacífico. Esto no es novedad y en todo caso, Chile ha mencionado incluso la posibilidad del canje territorial. ¿será esa la nueva agenda?

No hay comentarios:

Publicar un comentario