sábado, 13 de agosto de 2011

Vote por el fantasma


El tango “Siglo XX”, el que dice que “da lo mismo un burro que un gran
profesor”, se ha quedado corto frente a lo que está sucediendo con el
proceso “histórico”, “inédito” y “excepcional” de elección por voto
directo de las autoridades del poder judicial, sistema que sólo a
Bolivia podría habérsele ocurrido desde que los griegos comenzaron a
hablar de democracia hace 2.300 años. Resulta que acaba de aparecer un
candidato fantasma, que no sólo fue capaz de burlar el sistema de
admisión de postulantes, sino que también fue incluido entre los
depurados. Se trata de Víctor Adolfo Quiñajo Paredes, un simple
mensajero que acudió a la Asamblea Legislativa a registrar a Wilber
Choque Cruz, el verdadero interesado en convertirse en magistrado del
Tribunal Supremo de Justicia. Ahora todos se lavan las manos y dice
que la culpa de todo la tiene el o la secretaria que tuvo a su cargo
la recepción de los documentos. ¿Quién revisó? ¿Quién supervisó?
¿Quién verificó? En Bolivia estamos acostumbrados al “masomenismo”, al
“yo le meto nomás” y obviamente los resultados están a la vista. Votar
por un fantasma sería la mejor opción para rechazar este zafarrancho.

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