Con la Cumbre Social, el Gobierno pretendía lograr la fuerza necesaria para lanzar el “Gasolinazo II”, pero es obvio que ese encuentro quedó reducido a un típico ampliado “sindicatero” donde se habla de todo y de nada, sin mayor trascendencia. La cumbre se devaluó desde su convocatoria y mucho más todavía con el pobrísimo nivel del debate, en algunos casos cavernario, lo que le impide al oficialismo usar este encuentro para recuperar aunque sea en parte la credibilidad perdida y enfrentar un nuevo año en mejores condiciones que el 2011, seguramente el peor desde que Evo Morales accedió al poder. No hay duda que el 2012 será otra gestión llena de vicisitudes para el oficialismo, hecho que no le impide recurrir a una pequeña catarsis navideña, antes de que recrudezcan los problemas. Y como para que no queden dudas de que, pese a todo, el que manda, hace y deshace en este país es el Gobierno central y toda su parafernalia de persecución, una semana antes de la Nochebuena, el aparato masista le arruina el fin de año al obernador del Beni. Este nuevo golpe, sin embargo, apenas sirve para desfogar las frustraciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario