lunes, 19 de diciembre de 2011

Medidas extremas

La semana pasada el país ha visto una de las imágenes más penosas que se recuerde. Decenas de discapacitados ingresaron semidesnudos a la plaza 24 de Septiembre arrastrándose sobre el pavimento. Los cuerpos de esos pobres desdichados quedaron todos magullados, mientras el presidente jugaba fútbol en la cancha de una empresa petrolera. Ese mismo día, Evo Morales ratificaba que no accederá al pedido de un bono para las personas con capacidades disminuidas. Los dirigentes de la caravana que partió desde Trinidad y que ayer llegó a Warnes han amenazado con radicalizar sus protestas. ¿Qué más pueden hacer? En Bolivia se han inventado las formas de protestar más dramáticas que se pueden imaginar, como costurarse los labios, enterrarse y extraerse sangre para escribir carteles. Nadie puede anticipar qué más pueden hacer los discapacitados para hacerse escuchar. El Gobierno, por su lado, parece también dispuesto a llegar a extremos en la provocación a la ciudadanía. En esa competencia, siempre han ganado los sectores más débiles. Así discurre la gente en Bolivia.

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